Universidade Chile entró en un bucle de malos resultados. Tras un prometedor inicio de temporada en todos los frentes, el cuadro universitario se ha ido desmorando en las últimas semanas: fuera de Copa Libertadores, eliminados de Copa Chile y pobres resultados en la Liga de Primera.

El golpe más reciente que padecieron los azules fue la caída de este domingo, ante Coquimbo Unido, en el Francisco Sánchez Rumoroso. Los laicos jugaron un buen primer tiempo, sin embargo, a la primera llegada del conjunto pirata terminaron sucumbiendo y concedieron un gol. Posteriormente, no tuvieron respuestas desde lo futbolístico ni tampoco desde lo anímico: no inquietaron la portería rival y Maximiliano Guerrero cometió una irresponsable agresión que le significó la expulsión.

En ese sentido, por parte de la parcialidad universitaria ya comenzaron a caer las primeras críticas por el irregular andar de un elenco que prometía acercarse a los líderes en las últimas jornadas. El apuntado es Gustavo Álvarez.

Por ello, una vez terminado el compromiso en el norte del país, el entrenador argentino salió al paso de los cuestionamientos. “Todo se resume en una palabra: irregularidad. Tenemos que estabilizar el nivel de rendimiento dentro del partido y entre fecha y fecha. El aspecto más notorio de este déficit es la falta de contundencia, aunque no puedo perder de vista que nuestro equipo es el más goleador del Campeonato y de Copa Chile. Hoy generamos más que el rival, pero no estamos siendo efectivos. En segundo lugar, hay que mejorar el funcionamiento, porque las situaciones de gol fueron producto del buen juego del equipo. Pero luego nos desmoronamos por la pérdida de la pelota. Tuvimos una parte del semestre donde teníamos a todos los jugadores a disposición y las cosas fluían, pero hoy atravesamos lo inverso”, partió diciendo.

El DT se ha visto nublado en los cotejos recientes, en gran parte, porque los rendimientos individuales que hace un tiempo funcionaban a la perfección, hoy no están mostrando su mejor cara. Un ejemplo de esto es el presente que viven Javier Altamirano y Maximiliano Guerrero. “El cambio de Javier fue por rendimiento, lo noté bajo. Consideré que no podía esperar a ningún jugador porque los primeros minutos estaban siendo buenos. A Maxi lo vi impreciso. La expulsión en términos de juego puede pasar, pero una por indisciplina no”, criticó.

Seguido de esto, el adiestrador también abordó la seguidilla de malos resultados. Aunque también trató de manifestar que están tranquilos. “Después de Everton ganamos siete partidos y perdimos uno. Creo que cortamos la racha con Estudiantes. Es fútbol. Es difícil mantener la constante ganadora en un equipo porque van confluyendo mermas de rendimiento, lesiones y cuestiones anímicas. Por eso digo que hay que mantener los pies sobre la tierra y tener la tranquilidad de la victoria y la autocrítica de la derrota. Son cosas prácticamente inevitables en el deporte”, lanzó.

Por último, Álvarez entregó una pincelada de las cosas que buscarán mejorar de cara al próximo partido, ante Deportes Iquique, en el Estadio Nacional. “Tenemos que trabajar en todo; en la definición para tener más argumentos técnicos, en lo mental para sobreponernos a los goles que determinan segmentos anímicos en los partidos. Soy muy consciente de eso”, concluyó.