El final feliz de la historia del niño de la camiseta del Chapa Fuenzalida

La búsqueda fue incesante e intensa para dar con el paradero de un inocente niño hincha de la UC. Fue en el partido del fin de semana pasado, ante Curicó en San Carlos, cuando el pequeño Augusto se hizo viral. En realidad, no su nombre. Ni siquiera su cara. Fue la creación que él mismo hizo en su espalda la que se viralizó.

En el choque ante los del Maule, el pequeño lució una camiseta con el apellido "Fuensalida" y un largo número 19 escrito con un plumón. Alguien le tomó una foto, y la subió a las redes. Eso bastó para revolucionar a la UC y, en general, al fútbol chileno.

"Mi mamá me pasó el plumón y yo la hice", contó el menor de seis años.

La jineta de capitán, el hecho de ser canterano y quizás cuántas cosas más provocaron la idolatría por el Chapa, quien lideró la búsqueda del menor que lo había homenajeado a su manera.

"Cuando me mandaron la foto uno se ve identificado, para nosotros como jugadores es un lindo homenaje. Es muy lindo tener un estadio con niños con esa pasión", agregó el Chapa.

Tras varios días de búsqueda, la UC dio con el paradero del niño. No fue fácil. Por las redes sociales no fue posible encontrarlo, aunque sí dar con la pista concluyente: un fanático alertó de que el padre del pequeño era abonado y dio las coordenadas del asiento que ocupaba en San Carlos de Apoquindo. Ahí se cruzaron datos hasta encontrar al pequeño, quien este viernes vio hecho realidad mucho más que su anhelo de tener una camiseta con el nombre y número de Fuenzalida.

La empresa que viste a la Católica diseñó una camiseta especial para el menor, con la tipografía de su autoría, y lo llevó hasta la precordillera para que esa camiseta fuera entregada por el mismísimo José Pedro Fuenzalida.

"Para mí es muy especial, lo veo en mis hermanos, mis hijos lo hacen, yo lo hacía, mis sobrinos lo hacen", agregó el jugador instantes después de haberle regalado no tan solo la prenda creada al menor, sino que también la oficial con que juega el Chapa.

Final feliz para un pequeño fanático de la UC, que de escribir el nombre de su ídolo con plumón, pasó a conocerlo y tener una camiseta que él mismo ayudó a diseñar.