El Deportivo

Pagos, promesas y obligaciones: revisión al contrato por el uso de los símbolos entre la Universidad de Chile y Azul Azul

Tras el fallo de la CMF que golpea a Michael Clark, la rectora Rosa Devés manifestó por primera vez que se debe revisar el vínculo con la concesionaria. El documento, al que tuvo acceso este medio, fue firmado en el 2008 y tiene vigencia hasta diciembre de 2052.

La rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, está preocupada por la compra de Michael Clark. Foto: @udechileoficial.

Como pocas veces, la Universidad de Chile sacó la voz frente a las irregularidades que golpean a Azul Azul, la concesionaria encargada de dirigir los destinos del equipo de fútbol estudiantil.

Rosa Devés, la rectora de la casa de estudios, no quedó indiferente a la dura sanción que recayó sobre Sartor y que involucra directamente a Michael Clark, presidente de la sociedad anónima. A través de un extenso fallo, la CMF ordenó cursar una multa de 65 mil UF (US$ 2,5 millones), además de quedar impedido por 5 años para ejercer cargos directivos.

"Nosotros eventualmente vamos a tener que revisar nuestro acuerdo con Azul Azul, creo que eso es necesario. Se debe proteger mejor a la universidad de este tipo de acciones", aseguró la máxima autoridad.

Frente a tal escenario, en la casa de estudios analizan el Convenio de Autorización de Símbolos Distintivos entre la Universidad de Chile y Azul Azul. Este documento, al que tuvo acceso El Deportivo, se firmó el 18 de agosto de 2008 entre el rector Víctor Pérez y el presidente estudiantil Federico Valdés. También aparece acreditando el acuerdo Cristián Aubert, en calidad de gerente general. Hoy es uno de los directores de la concesionaria. Cabe mencionar, que la validez del vínculo será hasta diciembre del 2052, luego que en el 2022 Azul Azul pagara la deuda tributaria histórica de la Corfuch a la Tesorería General de la República y pudiese incrementar su mandato por 30 años.

“Se ha celebrado el presente convenio de autorización de uso y goce de los símbolos distintivos de la Universidad de Chile, sujeto a las siguientes cláusulas”, establece, de entrada, el escrito.

Michael Clark en la facultad de economía de negocios de la Universidad de Chile.

En las primeros párrafos, la Universidad de Chile aprueba el uso de su nombre, logos y distintivos a la concesionaria que debe pegarse a los valores y a la misión de la tradicional casa de estudios. “La Universidad de Chile es la única y exclusiva propietaria de su nombre o denominación, ‘Universidad de Chile’, teniendo como Símbolos Distintivos el diseño de la letra “U”, la figura del búho o chuncho, y las Marcas Registradas a su nombre, así como de todas las demás acepciones, diseños o figuras que constituyan derivaciones del nombre, símbolos o marcas registradas, propiedad que la Sociedad reconoce explícitamente. Respecto de las marcas y dominio que actualmente contienen el nombre o símbolos de la Universidad de Chile y que no están registradas a su nombre, la Universidad entiende que su utilización por Azul Azul S.A. se ampara en el presente acuerdo", señala.

También se entregan los lineamientos para los acuerdos comerciales que la concesionaria estimara conveniente de cara al futuro. “En ejercicio de este derecho de uso y goce, Azul Azul S.A. podrá emprender la contratación de avisos, propaganda, letreros, etiquetas, impresos, estampados, etcétera, en cualquier producto de consumo masivo, incluso en combinación con otras marcas; contratar merchandising, intermediación de terceros en la gestión de negocios o actividades, y, general, ejercer el uso y goce de lo autorizado para los fines de gestionar profesionalmente su concesión del club, pudiendo contratar con terceros la utilización del nombre, logos y símbolos en artículos e instalaciones comerciales, pero siempre en forma parcial y limitada”, fijan.

“La Universidad no asume ni asumirá responsabilidad alguna por los compromisos que la Sociedad contraiga con terceros en ejercicio de sus facultades de administración, lo que se expresará así en los contratos que Azul Azul S.A. contraiga con terceros”.

El acuerdo entre ambas partes tiene obligaciones económicas de parte de Azul Azul. Aparte de entregar acciones a la Universidad de Chile, que permitan ubicar a dos miembros en la mesa directiva (hoy esos cargos están cubiertos por Andrés Weintraub y Héctor Humeres), se debe pagar el “1,05% de los Ingresos Brutos Totales, o sea de todos los ingresos de la Sociedad antes de impuestos sean estos de cualquier naturaleza”.

Este ítem económicos ha generado mucho debate entre los hinchas. ¿La razón? Los fanáticos atribuyen que el pago de esta anualidad ha mantenido a la Universidad de Chile sin capacidad de reacción frente a los hechos que suceden.

Para cerrar, el contrato establece cómo se deben zanjar las diferencias entre ambas partes. Este último punto, hoy está siendo analizado por la plana mayor de la casa de estudios. “Toda diferencia o dificultad entre las partes, relativa a este convenio, será sometida a un árbitro de derecho designado por las partes de común acuerdo. Si no se llegare a acuerdo dentro de los treinta días siguientes desde que se planteare por escrito la controversia, el árbitro de derecho será designado por el tribunal ordinario competente”.

La voz de la Universidad

La revisión exhaustiva del contrato no es lo único que está haciendo la Universidad. Devés encabezó la ofensiva comunicacional contra Clark y mandató a Humeres y Weintraub a transparentar la relación que tienen con Azul Azul.

“No nos gusta cómo se ha llevado el club; no ha sido transparente, y lo que vemos ahora es cómo esas preocupaciones se respaldan de manera institucional”, fueron las conclusiones de la académica apenas estalló el escándalo.

“La situación de Clark no le hace bien al club. ¿Si debe renunciar? Es algo que él debe analizar, pero claramente lo que está pasando no le hace bien a la institución", dijo Héctor Humeres a El Deportivo.

Mientras que Weintraub puso sobre la mesa la posición del ingeniero en el directorio. “Hay que recordar que él tiene mayoría en el directorio y tiene derecho a defenderse, pero esto es muy grave desde lo valórico”, aseveró.

Pero lo que más enfatizaron ambos fue que no hay una dependencia económica entre la Academia y la sociedad anónima laica que les impida quitarle el nombre o los símbolos a la sociedad anónima. “He escuchado en muchas personas que la casa de estudios no se pronuncia por el dinero. El presupuesto de la Universidad de Chile es de US$ 1.000 millones al año, y del club recibe cerca $ 300 o $ 400 millones. Es nada, es insignificante... es insultante cuando se habla que la Universidad no se pronuncia por el dinero que recibe del club. La Casa de Estudios ya se pronunciará cuando lo estime conveniente”, detalló Weintraub.

Andrés Weintraub. Foto: U. de Chile.

En tanto, el trabajo de los juristas sigue avanzando para pedir analizar si se pide o no el arbitraje que finalmente separe a la universidad de la concesionaria. Aunque todo puede variar si hay un cambio radical en la dirección de la sociedad anónima, pues en los pasillos de la Casa Central también piensan en el rol social que cumple el fútbol y los millones de seguidores que tiene este club a lo largo del país.

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