El Deportivo

Un recorrido por el Claro Arena a días de su histórica y anhelada inauguración

La Tercera inspeccionó el nuevo estadio de Universidad Católica junto a Juan Pablo Pareja, gerente general de Cruzados. El recinto tiene el visto bueno del Minvu y la Delegación Presidencial, y solo está a la espera de la recepción definitiva de la Dirección de Obras Municipales. La idea es estrenarlo el 10 de agosto, ante Ñublense.

El Claro Arena ya es una realidad. El ansiado nuevo estadio de Universidad Católica se erige, imponente, sobre la precordillera, en San Carlos de Apoquindo. A lo largo del recinto se ven cuadrillas de trabajadores ultimando los detalles finales para su puesta en marcha.

El recorrido, que se extiende por una hora y 45 minutos, lo encabeza Juan Pablo Pareja, gerente general de Cruzados, quien recita de memoria una serie de características. Durante los últimos tres años, es probable que el ejecutivo haya visitado ese sitio más que cualquier otro.

En el nuevo hall de acceso que da hacia la tribuna Sergio Livingstone, se ubican numerosas losas con los nombres de hinchas y personalidades. Entre las principales se encuentra la de Fernando Zampedri y su familia. Un poco más allá aparecen las de Enzo Roco y Francisco Sierralta, también con sus respectivos núcleos cercanos.

De inmediato se puede apreciar una innovadora combinación de vigas de madera con hormigón, que le da al coloso un ambiente más armónico con el entorno. Desde la altura, por ejemplo, se aprecia cómo el sector norte está cubierto de policarbonato. “Invertimos casi US$ 8 mil en paneles. Esta es una medida que no teníamos la obligación de tomar, pero la hicimos precisamente con la consideración de tratar de atenuar los impactos de ruido que van hacia el norte, pensando en los vecinos que están más cerca en ese sector”, explica Pareja.

El sector de palcos del Claro Arena. Pablo Vásquez R.

De hecho, todos los espectáculos que se van a realizar en el Claro Arena tendrán el escenario ubicado en el sector norte, así la proyección del sonido se dirigirá hacia el sur, lejos de los vecinos. “Contaremos con el mismo aforo en modo estadio como en modo concierto”, adelanta el directivo estudiantil con relación al público que pretenden albergar.

La capacidad máxima es de 20.249 espectadores, quienes llegarán por los múltiples accesos que tendrá el recinto. En ese sentido, 46 de ellos contarán con torniquetes y un sistema biométrico de última generación, que permitirá cruzar los datos con el Registro Nacional de Hinchas y alertar a Carabineros de cualquier situación anómala.

De hecho, el estadio posee más de 200 cámaras de alta resolución, cuyas imágenes se analizarán con inteligencia artificial, lo que permitirá identificar ciertos patrones y conductas sospechas.

El camarín de Universidad Católica cuenta con un moderno equipamiento. “Las principales características que distinguen este estadio es que el vestuario es exactamente igual que el de la visita. Tenemos las mismas características en términos de espacios y comodidades. Cada uno cuenta con 25 cubículos individuales, tienen 14 duchas, baños de contraste y un jacuzzi de relajación al otro costado”, destaca Pareja.

Cada cubículo, en el caso del local, tiene la imagen personalizada de cada jugador. Además, la calefacción es por losa radiante, de modo que se evita el aire caliente, y también cuenta con un sistema de extracción de aire para neutralizar el siempre mal ponderado “olor a camarín”.

En esa zona también resalta un vestuario exclusivo para el cuerpo técnico, una amplia sala médica y un espacio de calentamiento. “Siempre los deportistas requieren un área de estiramiento y elongación o un lugar, incluso, para botar los nervios antes de los partidos, por lo que esto responde a cubrir esa necesidad”, apunta.

A la salida se encuentra una zona mixta, donde los jugadores podrán detenerse a atender las preguntas de la prensa. Ese sector está conectado con una sala de trabajo para los periodistas, que cuenta con espacios para entrevistas individuales. Mientras que, a continuación, se encuentra el salón de conferencias. “Cuenta con 77 posiciones, una tarima para las cámaras de televisión y una interesante combinación con la madera. Además, tiene una muy buena panelería que permite controlar los rebotes del ruido y tener una muy buena aislación acústica”, señala el anfitrión.

Como en San Mamés

La inspiración tiene que ver con el País Vasco. “Este formato es similar, guardando las proporciones, al del estadio San Mamés. De hecho, son los mismos arquitectos del Claro Arena, y busca que esté todo conectado”, afirma. Sobre ese sector se encuentra el VIP del recinto, donde el público puede apreciar la salida de los jugadores desde el túnel hacia la cancha, a la usanza de los estadios norteamericanos.

Los torniquetes del Claro Arena. Pablo Vásquez R.

La cancha sintética luce radiante. Se levantó 30 centímetros para generar una mejor visión desde todos los sectores. “Mejoramos de manera muy potente el índice que tiene la FIFA para poder medir la calidad visual. Sobre todo, en las esquinas, que son las que están más distantes al punto central de la cancha”, resume Pareja.

A nivel de piso se pueden notar las pendientes que facilitan el drenaje hacia los costados del terreno de juego. Debajo de ella, hay una capa plástica y una serie de elementos que facilitan la amortiguación.

“La durabilidad de esta cancha es mínimo de ocho años. Obviamente, sujeto a que cumplas con las mantenciones correspondientes, pero que son mucho más sencillas que una carpeta de pasto natural, protegiéndola en caso de los conciertos. Y después, aproximadamente, con unas 180, 200 horas de uso tienes que ir pasándole un par de rastrillos, por así decirlo, que te ayudan a peinar el pasto, a distribuir el corcho y que se mantenga siempre bien homogéneo y descompactarlo, en temporadas más secas”, complementa.

La idea es que el césped artificial tenga 1,5 centímetros de largo y se vaya complementando con el relleno de caucho, corcho y arena, de manera que el bote ayude a la sensación de juego de los futbolistas.

El agua tiene un destino distinto, que apunta hacia la sustentabilidad. “La captura de agua se hace por el drenaje y la llevamos al estanque de tratamiento de aguas grises, lo limpiamos, lo acumulamos y la utilizamos nuevamente, lo mismo con las aguas lluvias”, resalta el gerente de Cruzados.

El recorrido continúa por las partes altas del estadio, donde aparecen en el paisaje las suites y palcos del reducto, con una vista privilegiada y numerosas comodidades. De hecho, muchas de esas zonas están pensadas para eventos distintos al fútbol, como, por ejemplo, convenciones, ferias de emprendedores y otro tipo de eventos.

La zona preferencial del Claro Arena. Pablo Vásquez R.

La inauguración

La Delegación Presidencial habilitó este sábado al Claro Arena para albergar partidos de fútbol y la intención de la directiva de Universidad Católica es inaugurar el estadio el 10 de agosto, frente a Ñublense. Sin embargo, falta la aprobación de la Dirección de Obras Municipales de Las Condes.

“Nosotros tenemos la tranquilidad, y así es como nos lo dijeron en la visita y en la última audiencia que, desde el punto de vista del edificio, estaban absolutamente cumplidas todas las observaciones que ellos habían planteado en su visita anterior y, por tanto, cumple el edificio para poder entrar en funcionamiento”, sostiene el ingeniero.

En ese sentido, clama por una respuesta pronta. “Necesitamos que así sea, porque hay que informar a la Delegación Presidencial, hacer la presentación del partido, comunicarlo, vender los tickets... De hecho, todavía ese partido no está programado, porque precisamente la ANFP nos está ayudando y está teniendo todas las consideraciones del caso. Está programado el día, pero está pendiente la hora, por si lo jugamos acá o si tenemos que ir, eventualmente, a Santa Laura”, advierte.

El mismo Pareja adelanta cuál sería el horario que tienen en vista. “Pensamos que debiese ser durante la tarde, tipo 18.00, aproximadamente”, anticipa.

De ser así, también entraría en funcionamiento el sistema de iluminación. “Tiene 1.800 lux, cuando la Conmebol exige 1.300. O sea, estaríamos incluso con una holgura en el tiempo, en el caso de que sigan exigiendo aumentar esos estándares”, apunta el ejecutivo.

También, los modernos paneles LED que estarán en varias zonas del Claro Arena, a la usanza de los estadios italianos, generan un potente efecto visual.

Una vez inaugurado el recinto, el próximo hito será la realización de un amistoso de celebración. “Estamos pensando en las fechas FIFA de septiembre u octubre. Con un poquito más de calma, buscaremos un rival. Por la época, traer un equipo europeo es imposible. Así que estamos viendo los calendarios de Sudamérica para ver qué ligas podrían estar paradas. Porque no todas paran en las fechas FIFA, entonces ahí de nuevo se empiezan a restringir eventualmente ciertos países”, lamenta Pareja.

“No hay que matar la sorpresa, pero la idea es generar una experiencia en plenitud, con actividades recreativas, activaciones comerciales, concursos, homenajes, algún número artístico, cultural y aprovechar todo el sistema audiovisual que tenemos. La idea es hacer un show completo, que también se puede replicar en cierto modo en los otros partidos, y así la familia puede pasar acá una tarde completa”, proyecta.

La cancha del Claro Arena. Pablo Vásquez R.

El primer clásico

Con respecto al público visitante, en Cruzados ya existe una definición para el primer clásico en el nuevo estadio, frente a Universidad de Chile, el 26 de octubre. “Hoy día, tal cual está la situación, mientras los partidos sean declarados clase A por la autoridad, el reglamento ANFP permite que el club local prescinda de la obligación de venderle aforo al público visitante”, indica el gerente general.

“Yo diría que nos vamos a mantener así hasta que podamos evaluar cómo se siguen generando los comportamientos de algunas hinchadas. Pero con aquella hinchada que uno sepa que tiene un buen comportamiento, nosotros vamos a estar felices de recibirla acá”, asegura.

Antes de cerrar la caminata por el Claro Arena, Juan Pablo Pareja se despide con una reflexión. “Los jugadores y el cuerpo técnico siempre van a poder contar con la cancha en perfectas condiciones, haya un concierto o llueva. Y, desde el punto de vista de los espectadores, la calidad visual del espectáculo será de altísimo nivel, resaltando las aposentadurías, la calidad de iluminación, el sonido, el nivel de los baños y griferías, las pantallas..., cosa de que puedan disfrutar al máximo la experiencia de un estadio de raza y clase mundial. Me da muchísimo orgullo que podamos tener la mejor cancha en Chile”, concluye. El costo de la obra superó los US$ 50 millones.

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