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Pizza napolitana: las 6 pizzerías chilenas que están entre las 50 mejores de Latinoamérica

50 Top Pizza, un ranking elaborado por expertos italianos, elige cada año a los lugares que venden las más excepcionales pizzas de estilo napolitano alrededor del mundo. Entre las 50 de América Latina hay 6 de Chile. Estas son.

Pizza napolitana: las 6 pizzerías chilenas que están entre las 50 mejores de Latinoamérica

Hay tantas pizzas como barrios en el mundo: el arte de llevar al horno una masa con salsa de tomate, queso y otros ingredientes se ha vuelto tan diverso que se hace difícil comparar a una pizza de Nápoles, puerto donde se inventó esta maravilla, con otra de Chicago, más parecida a un pastel, o con una de la Plaza de Armas de Santiago, de miga espesa y queso gouda.

Pero los italianos, obsesivos con su tradición culinaria, establecieron una diferencia para que no se confundiera su pizza, la vera pizza napoletana, con el resto de blasfemias que se venden con ese nombre alrededor del mundo. En 1984, un grupo de pizzaioli de Nápoles creó un Estatuto Internacional, una especie de tabla de la ley en la que se define qué es (y qué no es) una verdadera pizza napolitana.

“La verdadera pizza napolitana”, dice ahí, “debe ser suave, fragante, fácilmente plegable en forma de librillo, con el sabor característico del pan bien fermentado y bien cocido resultante del borde”. Se regula desde el tipo de harina, el tiempo de fermentación (mínimo 12 horas) e incluso el tamaño del borde o cornicione.

Una pizza al estilo napolitano. la-tercera

Estos fanáticos, para asegurarse de que la pizza napolitana se haga como ellos dicen que se hace, también elaboraron un ranking internacional: se llama 50 Top Pizza y sus jueces, obviamente todos italianos, se pasearon por el mundo para comprobar en qué restoranes se prepara este plato igual que en su país.

La versión latinoamericana de este ranking lleva algunos años y en la edición 2025 hubo seis pizzerías chilenas instaladas entre las cincuenta mejores. Todas están en Santiago pero sus margheritas, de masa delgada y queso mozzarella fior di latte, es como si nunca hubiesen abandonado el mar Tirreno.

Estas son las 6 mejores pizzerías napolitanas de Chile, según 50 Top Pizza:

Alleria

La primera es Alleria, la pizzería del carismático Michele Puzio, pizzaiolo napolitano que decidió continuar en Chile una larga tradición familiar con este plato. Su abuelo materno fue el fundador de Oliva, una conocida pizzería de Nápoles, historia que Michele replica con su propio sello en el Barrio Italia.

Michele y su pizza. Foto: Carolina Vargas. la-tercera

En el ranking 50 Top Pizza de 2025, Alleria apareció como la tercera mejor pizzería napolitana de Latinoamérica, tres puestos más arriba que el año anterior, solo superada por Leggera, de Sao Paulo, y Ti Amo, de Buenos Aires.

Por eso, hoy se hace difícil encontrar mesa en el pequeño local en la calle Malaquías Concha, siempre lleno de familias, parejas o amigos que saben que estas pizzas, hechas con harina del mulino Caputo, tomates San Marzano y mozzarella napolitana, no tienen competencia.

Su masa fermenta por más de un día, lo que se traduce en una pizza liviana, suave y esponjosa, con un cornicione crujiente y nuboso a la vez. Su margherita (salsa de tomate, mozzarella, aceite de oliva y albahaca) cuesta $11.100 y es una obra de arte.

Una pizza de Alleria en el horno. Foto: Carolina Vargas. CAROLINA VARGAS

Pero también tienen pizzas originales como la Don Vittorio ($22.760), que lleva mozzarella, queso gorgonzola, provolone de cabra, nueces y miel de campo. Incluye además un canasto de queso Grana Padano crocante, relleno con ricotta fresca y albahaca.

Además tienen ñoquis, risotos y postres típicos, como helados artesanales (el de mozzarella es un sueño), cannoli y el infaltable tiramisú.

400

“Pizza napolitana contemporánea” es la definición que usa 400, el restorán de Javier Ortega y Constanza Quiroga que quedó en el lugar número 20 del 50 Pizza Top Latinoamérica.

Aunque bajó seis puestos (el año pasado estaba en el 14º), la calidad sigue siendo la misma en esta pizzería ubicada en General Holley, Providencia, que en poco más de un año ha llamado la atención de críticos y público, tanto en Santiago como afuera. El éxito fue tal que abrieron un segundo local en Las Condes.

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El sello de 400 está en su cornicione, un borde bastante más contundente que el tradicional y donde se concentra todo el trabajo que hay detrás de esta masa: una fermentación lenta, ingredientes de máxima calidad y un horneado en altísima temperatura.

La Diavola ($12.990) es su pizza más famosa: tomates pelados San Marzano, mozzarella fior di latte, aceitunas, un toque de queso grana padano, salame picante napolitano y albahaca fresca.

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También tienen algunas innovaciones: para la marinara, la clásica pizza sin queso, usan una pasta de ajo chilote, mientras que en La Criolla ($14.800), una variedad de invención propia, al queso y el tomate le suman chorizo, cebolla morada, ají verde y cilantro.

Davvero

Después de haber tomado un curso como pizzaioli en la mismísima Nápoles, a Bastián Campos y Camila González los pilló la pandemia con sus diplomas en la mano y un montón de entusiasmo. En vez de deprimirse, como casi todo el mundo, decidieron abrir Davvero, una pizzería que comenzó solo con delivery y que hoy es de las más conocidas en Ñuñoa.

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Muy cerca de la Villa Frei, en Battle y Ordoñez 4723, Davvero cautiva primero por su diseño, rosadísimo, intenso y centennial, que contrasta alegremente con sus pizzas, tradicionales y novedosas al mismo tiempo.

Esa propuesta los puso en el lugar 27 del ranking 50 Top Pizza Latinoamérica, que valoró el “toque femenino en los detalles” y los ingredientes de alta calidad. Quienes vayan a Davvero se encontrarán con dos formatos: uno individual de pizzetas, que miden 22 cms, cuestan solo $4.990 ($5.990 con bebida) e incluye variedades como margherita, tartufo (con champiñones trufados), calabria (con nduja, un embutido picante napolitano) o pesto; y otro de tamaño estándar.

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En estas últimas —también disponibles para el delivery— hay más opciones, casi todas típicas de Nápoles pero con un toque distintivo. Como la marinara, que tiene tomatitos confitados, o la parmigiana, con berenjenas y tomates asados. La estrella de la casa, eso sí, es la Spicy Stracciatella, que viene con tomates San Marzano, nduja, queso stracciatella, miel, albahaca y un buen chorro de oliva virgen extra.

Capri

La pizzería Capri, sin tener un nombre muy original, sí consiguió distinguirse entre sus pares por la excelencia del producto. Detrás de ese éxito está Nicolás Saavedra, un joven ingeniero comercial que hace cuatro años apostó por las pizzas y que salió con vida del horno.

Este año quedó en el lugar 30 entre las mejores pizzerías de Latinoamérica, uno menos que el 2024, pero esa baja no se condice con la sostenida calidad de sus pizzas. Tanto así que el 2022 abrió un segundo local en La Dehesa, mucho más grande y con un estilo restobar, que se sumó al pequeño negocio original en Gerónimo de Alderete, Vitacura.

La principal virtud de las pizzas de Capri está en la fermentación de su masa, que toma un total de 48 horas. ¿Por qué tanto?, se preguntará más de alguien, pero quienes saben de esto entienden que un reposo largo hace todo más fácil: la masa se vuelve más dúctil, los sabores se amplifican y la digestión es mucho más ligera. Piano piano va lontano, como dicen en la península.

Capri Catalina entrada listo la-tercera

Y luego están las variedades de pizza. Aquí, además de las infaltables, se arriesgan con propuestas que pueden sonar excéntricas pero que funcionan muy bien. Por ejemplo la Bellisima, que tiene tomate italiano, mozzarella, pesto, mortadela bologna, ricotta y aceite de oliva. O la carbonara, que tal como el plato de pasta, lleva una salsa con yemas de huevo, pecorino, grana padano, guanciale y pimienta. Y la más exclusiva de todas: la pizza e caviar, que tiene una base de mascarpone casero, mozzarella, tártaro de esturión, camarones salteados y 10 gramos de caviar. Cuesta 32 mil pesos. El que puede puede.

St Giovanni’s

Justo un lugar más abajo, en el 31, está ST Giovanni´s, una pizzería que partió pequeña y familiar, en la calle Rafael Sanzio de Las Condes, pero que ahora tiene dos sucursales más: una en Badajoz, cerca del metro Manquehue, y otra un poco más al norte, en Alonso de Córdova muy cerca de Vitacura.

Un radio en el sector oriente que supieron conquistar de un estilo napolitano bien tradicional, con muchas variedades e ingredientes importados de primer nivel. Su virtud es que, a pesar de su calidad y la ubicación de sus locales, los precios de sus pizzas son muy razonables.

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Tienen dos categorías: normal o premium. La diferencia está en el queso: el segundo es fior di latte y el primero no. Así, la margherita normal, si uno la pide para llevar, cuesta solo $8.100. Pero en versión premium (o verace), vale $12.500. La roquette, que tiene rúcula fresca, jamón serrano y queso parmesano —aparte de tomate y mozzarella—, cuesta $12.800 normal y $15.200 en variedad verace.

En ST Giovanni’s no hay prejuicios ni sesgos: tienen la polémica pizza hawaiana con piña, también una muy chilena con jamón, choclo, cebolla y aceitunas, y una carnívora con salame, jamón ahumado y jamón serrano.

La pizza de rúcula y jamón de St Giovanni's.

También existen pizzas precocidas para llevarse a casa y comerlas cuando uno quiera. Solo hay que meterlas al horno bien fuerte por 5 minutos y listo.

Raffaella

Más que una pizzería, Raffaella es un restorán napolitano, pues ofrece una contundente carta de antipasti, pasta, ensaladas, menú para niños y, obviamente, pizzas.

A la margherita, marinara y diavola, que no pueden faltar, le agregan unas interesantes opciones propias. Como la Francesca ($16.990), con base de bechamel, burrata, mortadela, pesto, tomate confitado, pistacho y albahaca. O la Valentina ($13.990), con mozarella fior di latte, pera caramelizada, gorgonzola dulce, nueces y una reducción de aceto balsámico.

También hay una versión carbonara ($14.990), pero las que vale la pena el riesgo son aquellas con nombre de mujer: Josefa ($14.990), con salmón ahumado, alcaparras, pesto y ralladura de limón; o Alessandra, con tomate italiano, provola (mozzarella ahumado), fiambre coppa, tomate cherry, albahaca y pimienta.

El horno napolitano, con forma de iglu y decorado con cerámicas, es el corazón de Raffaella, pues de ahí emanan las suaves masas que destacaron los expertos de 50 Top Pizza: “la masa se inspira en la tradición napolitana, con una larga fermentación de 24 horas. Suave y sabrosa, realmente se siente como si uno estuviera en la ciudad de Nápoles”.

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