Cristina K bajo ataque: intentos de atentados previos y un llamado con amenazas de muerte preocupan al gobierno

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, en un discurso en las afueras de su residencia en Buenos Aires, previo al fallido intento de asesinato en su contra. Foto: Reuters

Además de la detención de una tercera persona en el marco de la investigación del fallido atentado contra la vicepresidenta argentina, la Justicia confirmó “otro intento de ataque a Cristina que no se concretó”. Sumado a esto, amenazas de muerte contra la exmandataria obligan a reforzar su seguridad.


La trama del intento de magnicidio frustrado contra Cristina Kirchner, expresidenta y actual vicepresidenta de Argentina, continúa su desarrollo con el pasar de los días, donde cada nuevo descubrimiento ha abierto nuevas tramas. Este lunes, tras la recuperación y triangulación de datos de los teléfonos de los imputados, una tercera persona fue detenida por su presunta participación en el ataque del 1 de septiembre, cuando Fernando Sabag Montiel apuntó una pistola Bersa calibre 32 a centímetros de la cara de Kirchner.

Así lo detalló el diario Clarín, que confirmó a través de fuentes judiciales reservadas que el arresto se habría concretado gracias a la intervención de los celulares de los principales sospechosos, Fernando Sabag Montiel y su pareja Brenda Uliarte. La tercera involucrada, una amiga de Uliarte de apellido Díaz, fue detenida la noche del lunes por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Premeditación y cooperación

Luego de que se decretara el secreto de sumario, María Eugenia Capuchetti, jueza a cargo del caso, ordenó la detención de Díaz, quien se abría comunicado con Uliarte después del ataque a CFK. Según el periódico trasandino, el análisis del celular de la pareja de Sabag reveló comunicaciones “de contenido fuerte e importante” entre las dos mujeres tras el intento de asesinato.

Durante la semana pasada, la Fiscalía determinó a partir de los nuevos antecedentes que “hubo un trabajo de premeditación en base al estudio de las comunicaciones, intercambio de mensajes, como también del estudio de imágenes”, reveló Clarín. Sin embargo, con la aparición de más mensajes durante los últimos días, el ente persecutor determinó que el 27 de agosto de este año la pareja habría intentado otro atentado contra la vicepresidenta.

“Tuvieron un intento de ataque a Cristina Kirchner que no se concretó”, dijeron fuentes judiciales, donde estaban conscientes de la “presencia de cámaras de C5N (canal de televisión)”, así como de los horarios y movimiento de la gente que se acercaba al lugar a ofrecer muestras de apoyo. Días después, los fiscales que investigan el Caso Vialidad pidieron cárcel efectiva y la imposibilidad de postular a cargos públicos para la expresidenta argentina.

Brenda Uliarte tras ser detenida por la policía de Argentina en Buenos Aires, el 4 de septiembre. Foto: Reuters

La pareja imputada por el intento de “dar muerte a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner -Vicepresidenta de la nación y Presidente de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación-, contado para ello con la planificación y acuerdo previo entre ambos” tendría aún más pruebas en su contra sobre la premeditación del ataque. En correspondencias previas de Uliarte, la joven de 23 años declaraba que “tenemos que generar hechos, no protestas”, detallando incluso la forma de cómo quería realizarlo. “No hay que seguir puteando, hay que pasar a la acción. Pongamos molotov en la Casa Rosada”, afirma el expediente judicial.

“Ella (la vicepresidenta) ya subió, ya no creo que salga a esta hora así que ya fue, deja, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada”, se lee en uno de los mensajes enviado de parte de Fernando Sabag hacia Brenda Uliarte y al que la policía tuvo acceso. Pese a que en un principio Uliarte aseguró no haber conocido al presunto perpetrador del fallido disparo, tanto los mensajes como los videos presentados por la Fiscalía lo desmienten. En uno de los registros audiovisuales incluso se le ve huyendo del lugar en que Sabag Montiel intentó asesinar a Cristina Kirchner.

Es precisamente luego de este hecho cuando se dio el vínculo con la tercera involucrada de apellido Díaz. Una red de comunicaciones entre los integrantes de un grupo que comercializaba algodones de azúcar, conjunto de personas del que la pareja formaba parte, vincularía el ataque con un mayor número de imputados, cree la Fiscalía.

Simpatizantes de Cristina Kirchner en las afueras de su hogar tras el ataque, manifestando su apoyo a la vicepresidenta, el 2 de septiembre de 2022. Foto: Reuters

Los “mensajes que hacían referencia” al ataque justo después de que este se llevara a cabo, detalló Clarín, serían el vínculo que la Justicia busca probar ahora, donde el grado de implicancia con el hecho será clave. Tras huir, sostienen los persecutores, la joven habría contactado a este grupo a través de una aplicación de mensajería instantánea, quienes “le brindaron contención”, además de recomendar “no utilizar el celular para comunicarse”. Perfiles falsos de Facebook le permitieron seguir en contacto en los días siguientes, afirmaron las autoridades trasandinas.

Nuevas amenazas

Lo ocurrido antes del ataque, con todo lo que implica un intento de magnicidio contra la segunda autoridad política más importante del país, no es la única preocupación de las autoridades trasandinas.

Este martes, el titular del Ministerio de Seguridad, Aníbal Fernández, informó a los medios que una amenaza de muerte contra Cristina Kirchner se registró a través de un llamado telefónico al 911. La autora, detalló el líder de la cartera encargada de la policía argentina, fue una mujer que llamó desde ciudad de La Plata.

Bajándole el perfil a la amenaza, el ministro aseguró que “un llamado nada más fue”, para luego confirmar que se contactó con la expresidenta para evaluar un posible operativo de seguridad en torno a ella. Clarín confirmó que la jueza federal, María Eugenia Capuchetti, quien está a cargo de la investigación del intento de asesinato, dispuso que se refuerce la seguridad de la vicepresidenta.

Consultado por este hecho, Aníbal Fernández afirmó que tanto la investigación por el ataque como el refuerzo en la custodia de la exmandataria van por carriles separados. “Tengo un llamado, un parte a la Justicia; me llega el oficio por ese tema, instruyo al jefe de la Policía Federal por ese tema: uno por la investigación y otra por las consultas de la evaluación respecto de los efectivos que tienen que participar”, detalló el ministro.

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