Firmas que se retiran y otro round opositor: Lo que dejó el proyecto de Vallejo para reformar los 2/3 de la Convención

La diputada Camila Vallejo desdramatizó que, incluso, se pueda establecer un quórum de mayoría simple.

Ingreso de proyecto -que incluyó a firmantes de partidos que suscribieron el pacto del 15 de noviembre- abrió distintas pugnas en la centroizquierda. Mientras desde la ex Concertación criticaron la medida e incluso en la DC la calificaron de "chavista", en el PS la diputada Maya Fernández decidió retirar su firma ante la división en la centroizquierda. Vallejo, en tanto, llamó a que se diera "un debate democrático".


“Ataques” entre el PC y la DC, división en los partidos y el retiro de la única firma socialista de la iniciativa. Esos fueron algunos de los efectos que tuvo al interior de la oposición la reforma constitucional que presentó la diputada Camila Vallejo (PC), con el fin de que los miembros de la convención constitucional sean quienes definan el quórum de aprobación de las materias que se plasmen en la nueva Constitución.

En la centroizquierda no dejaron pasar el hecho de que esa iniciativa -que también contó con las firmas de parlamentarios del Frente Amplio, del PS, del PPD, la Federación Regionalista Verde Social e independientes- planteara modificar uno de los puntos esenciales del acuerdo del 15 de noviembre: que las normas que revisara el órgano constituyente debían aprobarse por los 2/3 de sus miembros.

En ese sentido, a un día de los “primeros rounds” que se generaron entre los parlamentarios y dirigentes de la DC y el PC -que incluyeron acusaciones de “chavistas” por parte de Fuad Chahin o de “autoritarios” por la diputada Carmen Hertz (PC)- esta mañana continuaron los conflictos y se extendieron al resto de la centroizquierda, incluso entre los firmantes de la iniciativa.

De hecho, en medio de los cuestionamientos, la diputada socialista, Maya Fernández, retiró su firma de la reforma. “Lo lamentamos profundamente, pero ella tendrá sus propias razones y entendemos quizás las presiones internas que pudo haber tenido”, sostuvo Vallejo al respecto.

Quienes conocieron las razones de la parlamentaria PS aseguran que, ante la reacción que provocó en el resto de la centroizquierda el ingreso del texto, la diputada habría transmitido que la iniciativa sería “contraproducente” a los esfuerzos por la unidad que ella misma ha impulsado.

No obstante, desde el PS afirmaron que no habrían “presionado” a Fernández, a pesar de las críticas que provocó la reforma al interior de esa colectividad. “Ellos no firmaron el acuerdo del 15 de noviembre, por lo tanto, el PC está en su derecho a presentar lo que le parezca, lo que yo creo es que quienes suscribimos el pacto tenemos que atenernos a él y el corazón del proyecto es la hoja en blanco y los 2/3 y eso no se puede dejar de lado”, señaló el senador José Miguel Insulza.

En el PPD, en tanto, si bien la diputada Cristina Girardi reiteró su respaldo al proyecto de Vallejo, desde esa colectividad también le cerraron la puerta a la iniciativa. De hecho, el jefe de los diputados, Raúl Soto, aseguró que sería “riesgoso cambiar las reglas del juego”, mientras que el expresidente del Senado, Jaime Quintana, sostuvo que “el PC se equivoca rotundamente si cree que Chile necesita una Constitución de revancha, eso serían 40 años más de divisiones. La convención constitucional es el lugar menos indicado para pasar la retroexcavadora y los 2/3 son la garantía de un texto convocante”.

No obstante, en esa colectividad la presidenta del Senado afirmó que la iniciativa era “legítima”. “Si el tema es controvertido, lo veremos en el debate que tendremos en el Parlamento”.

A su vez, la diputada Vallejo salió a defenderse reiteradamente en el Congreso y en las redes sociales. “Es relevante que a aquellos que no les gusta este proyecto puedan dar sus argumentos en el debate democrático legislativo, pero no a priori generar fantasmas ni críticas infundadas de lo que debe ser debatido”, dijo.

Por su parte, la iniciativa también causó división al interior del Frente Amplio. Desde ese conglomerado, solo la diputada Camila Rojas (Comunes) respaldó el proyecto con su rúbrica, pero en el resto de las colectividades, como RD y el Partido Liberal, criticaron duramente la idea. “No estoy de acuerdo con la iniciativa, creo que los dos tercios le hacen bien a la convención (…) los defiendo, no fue solo fruto de una negociación, hay que respetar los acuerdos y voy a honrar mi palabra”, manifestó hoy Pablo Vidal (RD).

Desde ese partido, no obstante, aseguraron que el proyecto “no tendría piso” y que sería “difícil” respaldarlo. Pese a esto, en otros sectores del conglomerado, como Convergencia Social -colectividad que no respaldó institucionalmente el acuerdo el 15 de noviembre- se abrió un debate al respecto.

Desde el partido fundado por el único firmante a título personal del histórico pacto, Gabriel Boric, sostuvieron que veían “con buenos ojos democratizar” la convención, pero que tendrían dudas sobre si le correspondería al Congreso o al mismo órgano fijar su reglamento.

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