Gran señor voto obligatorio: la exigencia DC que se transformó en uno de los protagonistas del referéndum

Fuad Chahin, junto a otros dirigentes de centroizquierda por el Rechazo.

Algunos negociadores del 15-N recuerdan que Fuad Chahin, entonces presidente falangista, fue quien insistió en el punto. Primero logró el respaldo de los negociadores de la centroizquierda y su primera propuesta fue tratar de reponer el sufragio obligatorio para el plebiscito de entrada, la elección de convencionales y el referéndum de salida.


“Si no hay voto obligatorio, no hay acuerdo”, fue la advertencia que lanzó -cerca de la una de la mañana el 15 de noviembre de 2019- Fuad Chahin (DC) al toparse con la entonces senadora Ena von Baer (UDI) en los pasillos del segundo piso del Senado en Santiago.

La exigencia del entonces diputado y presidente falangista -que entrampó el acuerdo aquella madrugada, pero finalmente quedó incluida en el pacto del 15-N-, fue un hito recordado en la noche del domingo, ya que el sufragio obligatorio se transformó en un factor decisivo de la jornada electoral en la que el Rechazo se impuso por 62%, con un récord de 85,81% de participación (13.021.063 de votantes).

Según el relato de algunos protagonistas de la madrugada del 15 de noviembre de 2019, las fuerzas políticas que negociaron el acuerdo constitucional llevaban varias horas reunidas.

La entonces senadora Von Baer llevaba en su computador portátil la redacción del texto y tras la advertencia de Chahin -quien era diputado y presidente de la DC- escribió, a las 01:23, “voto obligatorio” con letras rojas y un signo de interrogación.

Si bien en esos años ya eran varios los actores políticos que se habían arrepentido del voto voluntario -que comenzó a regir en 2012 con un mecanismo de inscripción automática- la DC había transformado la recuperación del sufragio obligatorio en una de sus banderas políticas en vista de la caída de la participación electoral en aquella época. De hecho, entre las propuestas del V Congreso Ideológico y Programático, realizado en 2007, la DC ya había definido avanzar en la inscripción electoral automática (antiguamente era un trámite voluntario), pero manteniendo el voto obligatorio que regía en esos años.

Además, el planteamiento de Chahin se sustentaba en un consenso de la Comisión Constitucional de la DC, donde la obligatoriedad del sufragio era uno de los aspectos centrales.

Para ello, Chahin primero logró el respaldo de los negociadores de la centroizquierda. Y la primera propuesta fue tratar de reponer el sufragio obligatorio para el plebiscito de entrada, la elección de convencionales y el referéndum de salida.

Sin embargo, en la misma derecha había reticencia. Además, de Von Baer, el entonces presidente de la DC advirtió a varios interlocutores de Chile Vamos que no firmaría un acuerdo sin voto obligatorio.

“Nuestra convicción en ese momento era que la única manera de darle legitimidad al nuevo texto constitucional era que fuera ratificado con voto obligatorio. Fuimos absolutamente intransigentes”, recuerda Chahin.

Al final, la exigencia DC terminó siendo aceptada únicamente para el plebiscito de salida por el grupo de negociadores entre los que se encontraba Jacqueline van Rysselberghe, Javier Macaya y Juan Antonio Coloma por la UDI; Andrés Allamand y Mario Desbordes por RN; Felipe Kast y Hernán Larraín Matte por Evópoli; Álvaro Elizalde por el PS; Ricardo Lagos Weber y Felipe Harboe por el PPD; Gabriel Boric (como representante del Frente Amplio); además de Jaime Quintana (PPD) y Alfonso de Urresti (PS), en su calidad de presidente y vicepresidente del Senado, respectivamente. Por su parte, Von Baer (UDI), junto a Miguel Crispi (RD), oficiaban como secretarios y redactores del acuerdo.

Según relata Von Baer, a las 02:08 de la mañana quedaron grabados los párrafos que sellaron ese punto, que semanas después fue aprobada en una reforma constitucional: “El sufragio en este plebiscito será obligatorio para quienes tengan domicilio electoral en Chile. El elector que no sufragare será penado con una multa a beneficio municipal de 0,5 a 3 unidades tributarias mensuales”, dice el artículo 142 de la Constitución.

“Fuad Chahin fue quien con más tenacidad insistió en que el voto tenía que ser obligatorio. A él personalmente le reconozco esa perseverancia. En nuestro sector hubo una discusión y la razón por la que aceptamos es que creímos que esta iba a ser una Constitución para los próximos 50 años, donde nos encontráramos todos los chilenos”, recuerda Von Baer.

La decisión no fue sencilla, pues existía el riesgo de que aflorara la calculadora electoral detrás de cualquier decisión.

Por ejemplo, la obligatoriedad/voluntariedad del voto era un tema que dividía a los partidos de derecha. Algunos referentes del sector, como el exministro Cristián Larroulet, destacaban la voluntariedad como un avance democrático, ya que daba más libertad a los ciudadanos y llevaba a los partidos políticos a hacer un mayor esfuerzo para conquistar el electorado. Detrás estaba la presunción de que la voluntariedad favorecía la opinión del votante más informado, donde supuestamente la derecha tenía una ventaja.

Por su parte, el voto voluntario también era defendido por el PPD y PS como una iniciativa de sello progresista. De hecho, la expresidenta Michelle Bachelet trató de implementarlo sin éxito en su primer gobierno.

No obstante, a juicio de Von Baer a la luz de los resultados de ayer es altamente probable que el voto obligatorio sea repuesto para las próximas elecciones. De hecho, hay un proyecto en esa línea en tramitación e, incluso, la misma propuesta de la Convención Constitucional, que fue rechazada, también lo contemplaba para los mayores de 18 años.

“Es muy difícil volver al voto voluntario después de lo que vimos ayer y por el espíritu que se produjo. Es muy relevante construir la democracia entre todos y creo que eso fue lo que se mostró ayer. La lectura que hacen los sectores políticos cuando la participación no es amplia, quedó demostrada que es errónea. En su momento se equivocó la centroderecha, la centroizquierda y la izquierda extrema... Lo importante ahora es aprender de los fracasos”, señaló Von Baer, quien hoy es investigadora del centro Clapes UC.

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