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Jorge Soria, senador

Soria en el Senado: Los meses de un "Choro" fuera de su canasto


El 11 de septiembre Jorge Soria Quiroga (82) cumplió sus primeros 6 meses como senador de la República. Es el único cargo que ha ejercido en el que todavía no tiene experiencia.  Al otro extremo está su trayectoria de 50 años como alcalde de Iquique, una cifra que reitera con frecuencia en el Parlamento. "Casi hasta el hartazgo", comentan un compañero de la bancada PPD.

En el Senado, el "Choro" Soria  está lejos de ser el caudillo que maneja la Región de Tarapacá desde la década del 60, cuando con solo 23 años fue elegido regidor -alcalde al decir de hoy-. De ahí en más, su trayectoria cosechó un poder local incontrarrestable, el cual fue interrumpido el 2007, cuando fue destituido por fraude al fisco. Pero ni ese hecho, ni las críticas a sus vaivenes políticos -inició su militancia en el PS, estableció alianzas con el PPD, PC,  regionalistas, y apoyó a Piñera en 2005-, mermaron su influencia en el norte, ni impidieron que el PPD le ofreciera el cupo que hoy tiene en el Parlamento.

Gracias al poder de Soria, parte de su familia ha logrado también optar a cargos de representación popular; su hijo Mauricio es hoy es alcalde de Iquique. Antes, su otro hijo, Jorge, había sido electo dos veces como diputado; el mismo mismo miembro del clan que celebró el triunfo de su padre en el Senado gritándole por TV a Fulvio Rossi "te eliminamos de la vida política. Chao sinvergüenza de mierda...".

En el Congreso,  Soria es de pocas palabras. Camina despacio y se relaciona con poca gente. Su compañía permanente es su esposa, María Inés Macchiavello, quien lo acompaña en cada sesión, y su asesor, el abogado Cristián Beltrán. En el PPD dicen que este último llegó a trabajar con Soria por sugerencia del senador Guido Girardi, luego de que su anterior asesor renunciara a su trabajo en un duro intercambio de palabras con el propio "Choro".

En su rol de parlamentario, hay solo dos temas que a Soria realmente le interesan: los puertos y las cooperativas de vivienda. Aborda estos tópicos en cada reunión de bancada o de la oposición, tengan o no que ver con la tabla.

En la Sala del Senado ha intervenido solo tres veces desde que llegó la Parlamento. La primera vez fue el 20 de junio. "Es la primera vez que hablo en este Honorable Senado. Y mi intervención se cuadra con una de las primeras políticas que, hace cincuenta años, viví como alcalde de Iquique. Yo recibí la ciudad cuando estaba llena de campamentos, porque habían quebrado doscientas oficinas salitreras...", partió diciendo ese día.

La sucesión

Soria llegó al Senado en un cupo PPD a contrapelo de la opinión de varios senadores y miembros de la mesa directiva de ese partido. Pero pesó más la opinión del senador Guido Girardi, quien vio en el ex alcalde la posibilidad de aumentar el número de senadores para su partido, intentando dar vuelta la merma que sufrió el PPD en la negociación con el resto de la Nueva Mayoría por la nómina de candidatos a la Cámara de Diputados.

Por lo mismo, en la oposición hoy responsabilizan a Girardi por la gestión senatorial del ex alcalde de Iquique. "Le advertimos que era una irresponsabilidad con el país traerlo, pero no escuchó. Es un persona mayor, que no conoce ni le interesa conocer nada de lo que aquí pasa", dice un parlamentario PPD que, naturalmente, prefiere mantener su nombre en reserva.

La llegada de Soria a la papeleta fue controvertida desde el inicio. Todavía recuerdan en el PPD que el ex alcalde pidió expresamente que el partido le asegurara que en caso de que algo le sucediera, sería su hijo quien termine el periodo senatorial. ¿Qué respondió el partido? Hay dos versiones: unos aseguran que jamás se aceptó y otros sostienen que hubo acuerdo.

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Los Soria, el día del triunfo senatorial.

FOTO : CRISTIAN VIVERO BOORNES / AGENCIAUNO[/caption]

"Yo no vengo a hacer uso de la palabra"

El martes de esta semana, en la Sala del Senado se discute el proyecto de desalinización de aguas. Soria, en una sala contigua, conversa con La Tercera PM. Dice que el ritmo parsimonioso del trámite legislativo le resulta "angustiante", que el sistema es malo y no concibe que pocas veces se llegue a cosas concretas como lo hacen los alcaldes.

"Para mí es angustiante. Estuvimos como tres meses discutiendo si podíamos tapar hoyos o no. O la mecánica nos consume, o no queremos que este país ande. Por ejemplo, no me cabe en la cabeza que pavimente el ministerio de la Vivienda y no los municipios", dice.

Soria reconoce que en el Parlamento sus intereses son concretos y pocas veces conectados de lo que contiene la tabla del Senado. "Yo no vengo a hacer uso de la palabra en el Senado. Ni a verlos a ustedes los periodistas, que nunca me han tirado pelota. Tengo 50 años  de alcalde mijita, la obra más grande de este país está en Iquique y jamás se ha escrito nada", asegura.

Soria se describe como socialista y empresario. Para nada como PPD, la bancada que lo acoge hoy en el Parlamento. Hasta ahora su voto ha estado cuadrado con la oposición, pero tampoco asegura que eso siga así en el futuro. Dice que es de los que vota por el pueblo.

"Aquí en la bancada, como le llaman todos, los votos deben ser siempre para Chile. Yo no voy a votar porque Piñera lo pone. Si lo intereses que él está poniendo son contra Chile, yo voy a estar contra él. Si son a favor de Chile, voy a estar cuadradísimo", dice.

Elevando un poco la voz, Soria añade: "No me cuadro al 100% de lo que sería mi partido. Soy socialista de ideas,  pero soy socialista de Tito. Y Tito tenía el pecado de ser socialista, pero para él la empresa privada era el motor del desarrollo. Yo soy empresario. Yo tengo tengo mi pequeña fábrica y nunca he dejado de tenerla".

¿Osea mañana podría votar contra la decisión de su bancada?

-Yo soy socialista. Y si el socialismo lo hace el que lo hace, yo voy a estar con él. No me interesa su nombre o el partido. Todo eso es una mentira. A mí no me va a venir nadie a decir "vota contra lo que está haciendo Piñera para la educación". ¡Estás loco! Si es bueno para el pueblo, yo estoy siempre ahí.

Soria no quiere conversar más de partidos políticos o del estado de la oposición. Quiere hablar de Iquique, de los puertos, de esas cinco décadas en que supo lo que era reinar.

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