Cuba: se abre a una nueva era sin un Castro en el poder

Raúl Castro conversa con Miguel Díaz-Canel durante la primera sesión anual del Parlamento cubano en el Palacio de Convenciones de La Habana, el 8 de julio de 2016. Foto: AFP

Está previsto que Raúl Castro deje el cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba durante su VIII Congreso, que se inicia la próxima semana. Expertos explican a La Tercera el significado de este hito en una isla gobernada por el castrismo desde 1959.


Jon Lee Anderson, escritor estadounidense: “Los efectos simbólicos de la salida de Raúl son profundos”

Para Jon Lee Anderson, periodista de investigación estadounidense y autor de Che Guevara: Una Vida Revolucionaria (1997), “no se puede percibir intenciones de cambios bruscos próximamente” tras la salida de Raúl Castro del poder.

¿Qué efectos prácticos tiene para el PC y Cuba la salida de Raúl del poder?

Los efectos simbólicos de la salida de Raúl del poder en Cuba durante el próximo congreso del Partido Comunista de Cuba son profundos. Por primera vez 62 años, no habrá uno de los hermanos Castro al mando del país. Sucederá además dentro de marco del 60 aniversario de Playa Girón, el histórico arranque de hostilidades entre EE.UU. y Cuba en que Fidel Castor hizo su declaración de la “naturaleza socialista” de la revolución cubana. El evento marcará un hito en la historia cubana, un antes y después que no es repetible. En términos prácticos, no se puede percibir intenciones de cambios bruscos próximamente. Pero queda claro que de ahora en adelante será la segunda generación de comunistas cubanos, hombres y mujeres sesentones, como Miguel Díaz-Canel, el actual Presidente cubano, (y que sucederá a Castro en el cargo de secretario general), que tendrán el mando del país. Son ellos los que podrán determinar el rumbo de la isla sin tener que rendir pleitesía a los históricos líderes de la generación de los Castro, octogenarios y nonagenarios ya todos. Es un cambio generacional substantivo.

¿Miguel Díaz-Canel seguirá las órdenes de Raúl Castro o tomará su propio rumbo?

Uno de los mayores retos de la generación de Díaz-Canel es, y será, cómo satisfacer los anhelos de la nueva generación de poder vivir vidas como los jóvenes que viven en Alemania, Argentina y Estados Unidos, con libertades económicas, sociales y políticas que todavía no existen para ellos en Cuba. Creo que Díaz-Canel enfrentará estos retos en su mandato pronto, y será complicado, porque habrá división entre los cuadros del partido de cómo administrarlo.


Philip Brenner, académico estadounidense: “Cuba no está ahora al frente de la agenda de Biden”

Profesor emérito de Relaciones Internacionales e Historia de la American University y coeditor del libro A Contemporary Cuba Reader: The Revolution under Raúl Castro (2014), Philip Brenner la sucesión en Cuba “plantea una pregunta sobre la legitimidad” de los nuevos líderes.

¿Qué consecuencias tiene la decisión de Raúl para Cuba?

Aunque Miguel Díaz-Canel no sea elegido primer secretario, lo cual es una posibilidad, alguien de su generación seguramente reemplazará a Castro. Esto plantea una pregunta sobre la legitimidad. La legitimidad de la generación anterior se basaba en sus credenciales revolucionarias. La legitimidad de los nuevos líderes deberá apoyarse en las instituciones que se han creado y que ellos crearán.

¿La Habana tendrá que acentuar las reformas encaminadas a una mayor apertura a las empresas privadas?

Es poco probable que el Congreso del PCC apruebe una nueva apertura, porque eso no resolvería los problemas causados por las fuentes inmediatas de dificultad.

¿Puede el castrismo sobrevivir sin un Castro en el poder?

No hubo ideología del castrismo. A lo sumo, se podría argumentar que Fidel intentó seguir la visión del Che Guevara de un socialismo igualitario, confiando en los “incentivos morales”, pero Raúl no adoptó esa postura. Miguel Díaz-Canel es igualmente pragmático y no ideológico, aunque los líderes cubanos aún mantienen el objetivo de obtener un desarrollo con equidad y un piso básico de una vida humana para todos.

¿Cuál será la estrategia de Joe Biden con el gobierno cubano? ¿Hay más opciones de acercamiento entre Washington y La Habana sin Raúl Castro en el poder?

El portavoz del presidente Biden ha dicho que Cuba no está ahora al frente de la agenda del presidente. Está a la espera de un informe de la Comunidad de Inteligencia sobre la designación de Cuba como “Estado patrocinador del terrorismo”, que la administración Trump anunció en enero de 2021. Hasta que se elimine esa designación -que no tiene ningún mérito- solo habrá pequeños movimientos para mejorar las relaciones. Todavía hay más de 20 memorandos de entendimiento vigentes que los dos países firmaron entre 2015 y 2017, y podría haber reuniones de bajo nivel (que Trump suspendió) para implementar los memorandos de entendimiento. También es probable que Biden restaure las licencias de viaje para los ciudadanos estadounidenses. Pero se verá obstaculizado para hacer movimientos importantes por la oposición activa de los senadores Robert Menéndez (presidente demócrata del Comité de Relaciones Exteriores) y Marco Rubio (miembro republicano de alto rango del Comité de Relaciones Exteriores).


Reinaldo Escobar, periodista cubano: “No parece probable que Raúl siga en la sombra”

“Pensar que (Raúl Castro) seguirá en la sombra no parece una realidad probable”, estima Reinaldo Escobar, periodista cubano y editor jefe de 14ymedio, el diario digital fundado por su esposa, la activista Yoani Sánchez.

¿Qué efectos prácticos tiene para el partido y Cuba la salida de Raúl del poder?

Efectos “prácticos” ninguno, aunque en la práctica cubana lo simbólico tiene mucha importancia y su retirada tiene el valor simbólico de marcar el momento en que la llamada “generación histórica” cede su espacio de poder definitivamente. Raúl Castro cumplirá 90 años en junio de este año. Pensar que seguirá en la sombra no parece una realidad probable. Si de alguna manera se mantuviera al tanto de lo que ocurre no será por mucho tiempo. Es posible que se quede como miembro de fila del Comité Central (incluso en el Buró Político). Con toda seguridad en este Congreso se tomará el acuerdo de consultar a Raúl las decisiones más importantes en economía y política exterior, aunque esté formalmente jubilado.

¿Miguel Díaz-Canel seguirá las órdenes de Raúl Castro o tomará su propio rumbo?

Díaz-Canel empezó su mandato frente al gobierno prometiendo “continuidad”, esa ha sido la palabra que más ha repetido. Si Raúl Castro lo promovió hasta la presidencia (popularmente le dicen “el puesto a dedo”) y si lo propuso públicamente para sustituirlo también al frente del partido, es porque Díaz-Canel lo convenció de que le sería fiel hasta después de muerto. Si cumple su promesa o no después que Raúl Castro muera, o quede sin contacto con la realidad, eso no lo sabe nadie. Ni siquiera Díaz-Canel.

Se especula con la salida de Ramón Machado Ventura de la segunda secretaría del PC y la de Ramiro Valdés del Buró Político. ¿Si esto se confirma que perfil podría adoptar el partido sin la vieja guardia?

Los optimistas que aspiran a que el país cambie hacia la democracia y el mercado sueñan con la escena donde los nuevos lobos de la camada se miran los unos a los otros en una reunión y se dicen. “Ya se fueron los viejos. Ahora nos toca a nosotros.”

¿Cuba tendrá que acentuar las reformas dirigidas a una mayor apertura a la empresa privada?

Aunque parezca una frivolidad la rapidez y garantía de que se hagan esos cambios como fruto del VIII Congreso depende de que Raúl Castro tenga la lucidez y la entereza de hacer un discurso de despedida donde convide a su relevo a hacer los cambios que él no se atrevió a llevar a cabo. Si por el contrario se despide exigiendo “mantener en alto las banderas del socialismo” habrá que esperar a que la biología cumpla con su deber.


Máximo Omar Ruiz Matoses, exteniente coronel cubano: “El hombre fuerte seguirá siendo la familia Castro”

Máximo Omar Ruiz Matoses, exteniente coronel del Ministerio del Interior cubano, quien cumplió 20 años de prisión en la isla por pedir las renuncias de Fidel y Raúl Castro, considera que “el hombre fuerte del régimen totalitario seguirá siendo la familia Castro”.

A su juicio, ¿qué efectos prácticos tiene para el Partido Comunista de Cuba y el país la salida de Raúl del poder?

El poder es una cosa, su administración es otra. Cuba realizó una transición al caer la URSS, pero no fue hacia la democracia sino hacia un Estado poscomunista mafioso. La mafia manda mientras que el partido, el presidente, los ministros y la Asamblea Nacional obedecen. El Congreso no va a cambiar esa ecuación sino apenas algunos rostros de esa coreografía.

¿Cuáles fueron los logros de la gestión de Raúl al mando del PCC? ¿Qué diferencias marcó respecto a Fidel?

Fidel destruyó la economía que en 1959 era la tercera de la región y realizó una transición hacia una sociedad mediocre y totalitaria dependiente en todos los sentidos de la extinta URSS. Raúl continuó la obra destructiva de Fidel estrechando aún más los lazos con estados mafiosos y narcotraficantes como la Venezuela de Hugo Chávez.

¿El castrismo puede subsistir sin un Castro en el poder? ¿Díaz-Canel seguirá las órdenes de Raúl Castro o tomará su propio rumbo?

Pase lo que pase en este VIII Congreso, el hombre fuerte del régimen totalitario seguirá siendo la familia Castro y otros históricos como Machado Ventura, etc. De continuar Díaz-Canel al frente del gobierno e inclusive del PCC, no pasará de ser lo que ha sido hasta ahora: “Un pelele sin voz ni voto” de los Castro.

¿Ha crecido el descontento entre los veteranos combatientes de la revolución cubana?

El descontento es visible y va en aumento, sobre todo en las filas de los militares en retiro que no son capaces de solventar siquiera sus mínimas necesidades alimentarias. Se sienten engañados, traicionados, después de haber entregado prácticamente su vida útil a la supuesta revolución de los pobres, con los pobres y para los pobres.

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