El proyecto que busca rehabilitar el Café Literario de Parque Balmaceda
A mediados de julio la Municipalidad de Providencia ingresó una licitación para recuperar el edificio vandalizado tras el estallido social de 2019. Se espera que los trabajos se inicien en diciembre de 2024 o enero de 2025.
Luego de casi cinco años cerrado e inhabilitado producto de los daños y vandalizaciones sufridos durante el estallido social de octubre de 2019, a fines de este año o comienzos del próximo el Café Literario del Parque Balmaceda podría iniciar su proceso de reconstrucción para abrirse nuevamente al público. Esto luego de que a mediados de julio la Municipalidad de Providencia llamara a licitación pública por un proyecto que busca recuperar el edificio emplazado entre Avenida Providencia y la Costanera Andrés Bello, en medio de uno de los parques urbanos más relevantes de la Región Metropolitana.
Antes de su vandalización el edificio registraba la visita de más de 50 mil personas al año, quienes llegaban a disfrutar de una colección de más de 18 mil libros.
El proyecto “Recuperación Café Literario Parque Balmaceda”, que busca ser un símil de lo realizado con el Café Literario de Parque Bustamante, consiste en la rehabilitación y mejora del edificio de biblioteca junto a su entorno más cercano, manteniendo el concepto de café literario, es decir, cafetería y libros.
Su diseño estuvo a cargo del Estudio Factoría Limitada junto al arquitecto Claudio Iglesias Gac, quienes se adjudicaron la tarea tras el paso de la pandemia. En concreto, el proyecto cuenta con un costo estimado de $1.400 millones. De ese total, $1.200 millones serán para remodelar el espacio y $200 millones para habilitarlo con nuevo mobiliario.
La idea, según el municipio, es generar un espacio que permita el desarrollo de actividades relacionadas al fomento lector colectivo, tales como talleres, charlas, exposiciones, ciclos de cine, entre otras, para público de todas las edades, con el fin de consolidar nuevamente el lugar como un encuentro en torno a la literatura.
Desde el 19 de octubre de 2019 el recinto sufrió distintos ataques y actos vandálicos que obligaron a suspender su funcionamiento. Pero lo peor vendría en marzo de 2020, cuando desconocidos incendiaron el espacio, generando importantes daños en su interior, como la pérdida de su mobiliario, la red eléctrica y de datos, además de destrozos en baños, oficinas y otras instalaciones.
A la fecha el edificio luce rayados, con grafitis y placas de metal que impiden su acceso. Incluso, debido al desuso, gente en situación de calle llegó a utilizar el mobiliario y sus alrededores, ocupándose como un espacio donde pernoctar.
“En concreto, es principalmente el edificio y su entorno adyacente. Se considera la rehabilitación total del edificio y una nueva redistribución de los espacios. Además, se considera aumentar la superficie útil, ampliando las salas de lectura hacia la terraza techada. Además se recupera el entorno más próximo, que corresponde a las jardineras y el patio inglés”, explica la alcaldesa Evelyn Matthei (UDI).
Luego de ser adjudicado, los trabajos de recuperación deberían iniciarse en diciembre de este año o como máximo en enero de 2025. Mientras, las obras deberían extenderse por 10 meses desde la entrega del terreno. Sin embargo, la alcaldesa aclara que el plazo dependerá de la oferta que entregue la empresa que se adjudique la licitación.
Los cambios y reestructuración
El proyecto considera la mejora del espacio infantil, el cual se amplía y se abre hacia el exterior en un patio inglés.
Asimismo, se flexibiliza el uso del auditorio incorporando dispositivos de paneles móviles, que permitan salas de uso múltiple para talleres de diversa convocatoria y que puedan funcionar en simultáneo.
Además de aumentar su superficie desde 674 a 729 metros cuadrados, el proyecto se hace cargo del edificio y su fachada, manteniendo la originalidad de su diseño, pero reformula el criterio de seguridad.
Esto ya que el diseño propone un sistema mixto de protección en ventanas, puertas y paños vidriados, considerando para algunos de estos una estructura de perfiles metálicos como resguardo y, para otros, cortinas metálicas que se ocultan mientras se encuentre en funcionamiento, sumado al control en los accesos de entrada y salida de la biblioteca, reubicando mesones de atención e incorporando un nuevo sistema de control de libros para evitar su robo.
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