Las tensiones que acechan la llegada de Coloma a la presidencia del Senado

FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

Aunque los votos están para que se cumpla el acuerdo administrativo y el senador UDI llegue a la cabeza de la testera, en RN algunos buscan arrebatarle sus opciones, mientras que en Apruebo Dignidad otros manifiestan sus inquietudes por el perfil del parlamentario.


Será en las próximas semanas que los senadores deberán reunirse a votar un tema pendiente en la Cámara Alta: la presidencia de la mesa del Senado.

Tras el acuerdo administrativo alcanzado el año pasado -entre el Socialismo Democrático, Apruebo Dignidad, la DC, la UDI y Evópoli-, Álvaro Elizalde (PS) llegó a la testera, y este año es el turno del senador Juan Antonio Coloma (UDI).

Pese a que están los votos para que Coloma arribe a la presidencia de la Cámara Alta, en Renovación Nacional (RN), partido que no forma parte del acuerdo administrativo, analizan disputar la testera.

La vez pasada, la colectividad encabezada por el senador Francisco Chahuán buscó fallidamente la opción de Manuel José Ossandón como presidente del Senado, pero no encontró apoyo en sus pares de Chile Vamos. Así, levantaron la alternativa de Chahuán, quien solamente fue apoyado por los 12 senadores de RN y el republicano Rojo Edwards.

Hoy el partido, dicen en sus filas, evalúa volver a intentarlo, especialmente tras la tensión que dejó con la UDI ese episodio. En esa oportunidad, RN congeló su relación con Chile Vamos. Mientras que hoy se transmite que Ossandón está negociando con parlamentarios para obtener apoyo a su opción.

La alternativa de Coloma, hasta ahora, no corre riesgo. Para ser elegido requiere los votos de la mitad del Senado, es decir, 25 sufragios.

La vez pasada, 35 senadores votaron por Elizalde. De esta forma, se ve cuesta arriba que Ossandón y RN puedan conseguir 12 apoyos adicionales a los que obtuvieron la vez pasada.

De todas formas, en RN apuestan a contar nuevamente con el apoyo de Edwards, y están atentos a lo qué harán los independientes Karim Bianchi y Fabiola Campillai. No obstante, ninguno de ellos votó por Elizalde como presidente.

Otro grupo que ven con atención es Demócratas, ya que los senadores Matías Walker y Ximena Rincón se descolgaron de la DC, que formó parte del acuerdo administrativo. Walker, en todo caso, asegura que “los acuerdos se cumplen. Respetamos lo acordado, así como exigiremos que se respete nuestra presencia en las comisiones”.

Entre quienes buscan evitar que Coloma asuma la presidencia, también ven con expectativa si resurgirán las tensiones entre el PPD y el PS por ir en listas separadas en las candidaturas al Consejo Constitucional, lo que es poco probable, pues al partido liderado por Natalia Piergentili le corresponde el próximo año la presidencia de la testera.

Dudas en senadores oficialistas

Ha sido motivo de discusión por estos días en Apruebo Dignidad, una de las coaliciones del oficialismo.

En marzo pasado, los cinco senadores de esa alianza estuvieron con Elizalde, pero hoy algunos llaman a revisar el acuerdo.

En ese sector transmiten que, en un año en que se conmemoran los 50 años desde el Golpe de Estado, es “incómodo” votar a favor de alguien que respaldó la dictadura de Augusto Pinochet.

Por ello es que los senadores del Partido Comunista, Frente Amplio y la Federación Regionalista Verde Social (FRVS) se juntarán la próxima semana para planificar qué harán.

La senadora Alejandra Sepúlveda (FRVS) también sostiene que hay compromisos sobre las comisiones que no se han cumplido. “Lamentablemente, las grandes coaliciones como el Socialismo Democrático y la derecha no cumplieron. Estamos en un minuto de revisión. Sin duda que, en unos más y en otros menos, en los sectores de Apruebo Dignidad es emblemático el tema de los 50 años del Golpe y quién esté liderando la testera”, dice.

Su par Esteban Velásquez, en tanto, sostiene que “habrá que revisar. No me atrevo a decir que se van a mantener los mismos nombres”.

En el PS, en tanto, el senador Fidel Espinoza también manifiesta sus dudas.

Este último dice que su voto está “abierto”, porque considera que fue una “humillación” que la UDI, en el 2017, se retirara de la sala cuando él salió electo como presidente de la Cámara. También el tema del Golpe le incomoda.

“Me provoca ruidos. Fue (Coloma) un defensor acérrimo de un régimen que violó los derechos humanos. Si bien debemos avanzar dejando atrás los traumas del pasado, se avanza cuando al menos se pide perdón. Y nunca he escuchado a Coloma pedir perdón”, asegura Espinoza.

Pese a sus palabras, su par del mismo partido, Juan Luis Castro, afirma que los senadores socialistas (que son siete) “van a cumplir el acuerdo de gobernabilidad”.

Así, aunque se desmarcaran el senador Espinoza y los cincos parlamentarios de Apruebo Dignidad, con los votos de la UDI, el PS, el PPD, la DC y Evópoli se alcanzan 27 votos, lo que basta y sobra para elegir a Coloma.

Además, senadores recalcan que, a diferencia de lo que pasa en la Cámara de Diputados, en el Senado los acuerdos se respetan.

Aliado inesperado

A pesar de haber sido uno de los fundadores y coroneles de la UDI, que históricamente representó a la derecha más conservadora, en La Moneda existe una alta expectativa de la relación con Coloma en la presidencia de la Cámara Alta.

Coloma tiene un conocido aprecio por Boric, desde que firmó el acuerdo del 15-N, y tiene una buena relación con el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la titular de la Segpres, Ana Lya Uriarte.

Sin embargo, su principal lazo es la subsecretaria Segpres, Macarena Lobos, con quien se conoce de memoria, pues vienen siendo interlocutores en negociaciones políticas desde que ella era asesora de la bancada DC y de otros legisladores de la Concertación.

Con Elizalde ha logrado, además, reconstruir un pacto de gobernabilidad a prueba de tironeos internos. Incluso cuando RN se salió del acuerdo, la UDI con Coloma no se movieron y votaron en forma inédita por el actual presidente de la Cámara Alta. Era la primera vez en la historia política del país que un grupo de derecha apoyaba a un socialista para presidir el Senado. Solo había ocurrido algo similar en la Cámara en los 90.

Otro elemento que el Ejecutivo considera favorable es que Coloma no tiene una agenda personal que suponga una colisión con La Moneda. Por el contrario, el senador está cerrando su carrera política y su paso por la presidencia puede ser para él una forma de coronar una trayectoria como un político con sello de estadista, dialogante y articulador de acuerdos.

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