Retrato del Chile de los últimos 30 años en datos

Ilustración: Matías Naranjo, Unholster

Chile en 30 años: desde el regreso a la democracia al estallido en datos. Así se llama la plataforma lanzada por Unholster en alianza con La Tercera. Y aquí, Antonio Díaz-Araujo, gerente general de Unholster, y Cristóbal Huneeus, director de Data Science, explican este esfuerzo por reforzar el debate a través de los datos. En este proyecto no solo se responde si bajaron los índices de desigualdad o de pobreza. También se entra en terrenos culturales, como la baja en matrimonios o el aumento explosivo de cobertura de internet. En estas dos entrevistas, Díaz-Araujo, enfocado más en lo cualitativo, y Huneeus, con énfasis en lo cuantitativo, subrayan la necesidad de que los datos hablen por sí solos, dejando aparte el lado emocional del revisionismo de los 30 años tan ampliamente discutidos posestallido social.


Antonio Díaz-Araujo: “Si uno quiere progresar como país, uno no se puede guiar siempre por las emociones”

Para Antonio Díaz-Araujo, gerente general de Unholster, el objetivo del proyecto “Chile en 30 años” es que las personas puedan formarse su propia opinión en base a los datos desplegados del Chile de las últimas tres décadas.

¿Por qué se quiso tomar el eslogan de los 30 años, considerando que detrás de esa frase hay un juicio crítico a lo que han sido las últimas décadas?

Lo llamamos “Los 30 años” porque efectivamente queremos mirar y exponer los 30 años. Sea doloroso o feliz para quien le genere dolor o felicidad, pero en esto es importante que los datos sean referentes del relato. Si no fueron solo los 30 pesos y son los 30 años y son tan malos, bueno, que la gente se forme su opinión.

¿Cuál es el objetivo de este proyecto?

El objetivo del sitio es que si bien muchos de estos datos están disponibles en los sitios de los ministerios o servicios, nosotros queremos mostrarlos de forma amigable y con artículos muy cortos que tratan de mostrar gráficamente datos que están disponibles, pero para que el procesamiento lo haga el usuario. Acá lo que hemos hecho es un procesamiento de los datos, visualización y relato de los datos desde un punto de vista descriptivo. El objetivo no es reemplazar las fuentes originales, sino que resaltar el componente de interés que pueda tener cada una de ellas desde la perspectiva de entender qué es lo que está ocurriendo.

¿Los últimos 30 años han sido tan malos para Chile?

Entre ser defensor o detractor de los 30 años yo soy defensor de que tengamos datos para que podamos conversar de los 30 años. La opinión de los últimos 30 años es importante que se la formen los lectores y los que visiten el sitio, más que uno tener una opinión propiamente definida o no definida al respecto. La percepción final que queda del discurso y del diálogo que uno tiene hoy día en la sociedad es que si bien tenemos como país grandes ventajas, porque tenemos ley de transparencia, hay datos públicos disponibles, nos falta un esquema para visualizarlos y darlos a conocer para así generar una discusión más profunda. Eso es lo que busca este esfuerzo, por lo menos reconocer dónde estamos hoy día y mostrarlo de una forma menos tosca que un archivo en excel o formato más complejo de difusión de datos.

¿Qué rol les caben a los datos en un contexto en que son los discursos emotivos o emocionales los que suelen apropiarse del debate público?

Desde la perspectiva global, cuando tomas los discursos emotivos hay una parte que es difícil de contrarrestar. En este mismo discurso de ‘no son 30 pesos, son 30 años’ estás develando luces y sombras de todo un periodo, porque efectivamente hay luces y hay sombras. Si uno quiere progresar como país, uno no se puede guiar siempre por las emociones, en algún momento tiene que haber algo de racionalidad respecto a qué se ha avanzado y qué no se ha avanzado.

¿Cómo se compatibiliza la realidad que muestran los datos con las percepciones personales que tiene cada persona respecto de su realidad?

Ese es un desafío que tienen todas las sociedades, sobre todo con las redes sociales, que es donde se generan estas percepciones que muchas veces no están acompañadas de evidencia empírica. Entonces el punto que busca el sitio no es discutir la política pública, es mostrar dónde estamos. Las percepciones de las personas son importantes de contrarrestarlas con datos, porque las percepciones muchas veces se construyen en base a evidencia muy escasa, no tienen una evidencia tan profunda como los datos que estamos mostrando en el sitio. Estos son datos globales de todo Chile, no son los que yo creo o los que a mí me ha tocado vivir. Ese es el punto en el cual las percepciones se tienen que contrarrestar con la evidencia empírica.

El lector podrá navegar el sitio y formarse su opinión, pero luego de trabajar en este proyecto, ¿qué opinión se formó respecto de los 30 años?

La percepción más grande que me da es que si uno mira los datos de los últimos años, hay luces y sombras, hay cosas que se han desarrollado mucho y hay otras en las que falta mucho por hacer. La pregunta de fondo que nos guía es desde dónde seguimos la conversación. Es un periodo que tiene bastantes datos y la pregunta es por qué no los estamos usando de forma más extensiva para mirar el futuro. Decir que solo fue bueno o solo fue malo es no considerar el matiz que es propio de la realidad.

Foto: Constanza Herrera

Cristóbal Huneeus: “Es difícil que un relato sin datos sobreviva”

Cristóbal Huneeus, director de Data Science de Unholster, relata el origen del especial “Chile en 30 años”. En esta entrevista cuenta de dónde se obtienen los datos, de qué manera los procesaron, cuántas historias hay disponibles y también, que más adelante se irán sumando nuevos temas.

¿Cómo surgió esta iniciativa?

Cuando hicimos en 2018 este estudio llamado “Chile, datos de una transformación social”, nos dimos cuenta de que no había un lugar en el Estado o en alguna institución pública en Chile que agrupara todos los datos para construirse una imagen de lo que había sido Chile. Cuando vino el estallido social y toda esta discusión de los 30 pesos y los 30 años pensamos que había una oportunidad de contribuir al debate con datos. Lo que hacemos en Decide Chile es justamente eso, simplificar el análisis a nuestra audiencia con visualizaciones interesantes para que sean ellos los que saquen sus conclusiones.

¿Ustedes seleccionan los temas o los amarra la disponibilidad de datos?

En general, estamos más restringidos por los datos que por nuestras ideas. Hoy día hay 12 temas y 50 historias, vienen otras 50 más adelante y tratamos de cubrir todas las áreas que se nos pueden ocurrir. No hay un tema en el que nos hemos restringido, sino que simplemente estamos más restringidos por la disposición de los datos. Nos ha pasado que hemos tenido ideas, pero no están los datos.

El lector que ingrese a este especial, ¿con qué se va a encontrar?

Lo que muestra el sitio es la caracterización de la evolución de Chile desde el 90 hasta el 2020 para que las personas se formen su opinión sobre si esto fue bueno, malo o qué cosas fueron buenas y cuáles malas, para que así la discusión por los 30 años sea más basada en datos y menos en guata.

¿Muestran los datos en bruto o procesados por ustedes?

Hay datos que están en bruto, como la matrícula en educación superior, el crecimiento del PIB, pero hay otros datos que van a venir más adelante, como por ejemplo las multas de la CMF en la que no existe una base de datos y la hemos tenido que procesar nosotros a partir de documentos públicos.

¿Todo está basado en fuentes de datos públicas abiertas?

Sí, son todos datos públicos en donde las personas pueden replicar el análisis y ver qué pasa si hago la serie más larga, qué pasa si la hago de otra manera. Entonces el objetivo es abrir el debate y que toda la audiencia pueda formarse su opinión, y si tiene interés puede ir a la fuente original de datos para ver qué más se puede aprender.

¿El especial irá creciendo en sus historias disponibles?

Sí, la idea es que vaya creciendo y que haya la mayor cantidad de temas en términos de dimensiones de distintas índoles, para que las personas puedan tener un abanico más grande. A veces nos concentramos en dos o tres datos que muestran solo una parte de la historia y nosotros estamos tratando de juntar las distintas imágenes de la historia.

¿El lector solo puede ver los gráficos o puede manipularlos o filtrarlos?

Hoy día todos los artículos tienen un resumen que incluye tres hitos relevantes que pasaron en los 30 años respecto del tema, se presenta el gráfico, la tendencia y después hay una breve descripción para ayudar al lector a fijarse en la parte que sea de su interés. No hay ningún juicio, no hay ninguna intención de emitir un juicio de valor, eso se lo dejamos al lector. En la versión de ahora hay algunos gráficos que son animados, pero todavía no hemos subido historias en las que las personas puedan hacer filtros y jugar con los datos, eso es algo que vendrá en las próximas versiones.

¿Cuál cree que es la relevancia que tiene para el debate público contar con evidencia empírica?

El dato va a ayudar a que la discusión sea un poquito más elaborada. Hoy día si alguien quiere buscar información o datos, le cuesta un montón de esfuerzo y esta herramienta permite agrupar la información para que la gente se pueda educar y así tener una discusión más informada sobre estos temas. El dato va a influir en el relato, es difícil que un relato sin datos sobreviva.

¿Cuál es su opinión personal sobre lo que han sido estos 30 años?

No quiero sesgar a mis audiencias, ha habido cosas buenas, muy positivas, y ha habido cosas donde hay que mejorar, y cosas no tan positivas. Lo que nosotros exploramos con los datos nos permite mostrar esas características que ha tenido Chile, porque es indudable que hay aspectos que se han hecho muy bien y otros que se tienen que mejorar.

Foto: Constanza Herrera

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