Columna: El rol de ProChile en las exportaciones del futuro

La crisis sanitaria, económica y social originada por la pandemia aceleró cambios que se estaban desarrollando a escala global, imprimiendo mayor sentido de urgencia a los cambios en los que hemos avanzado.



Este mes conmemoramos los 46 años de ProChile. Tras 30 años de un proceso sostenido de apertura comercial y una activa estrategia de promoción, el comercio internacional se ha consolidado como motor del crecimiento económico del país, aumentando su participación en el PIB desde un 33% en 1990, a un 57% en 2019.

Sin lugar a duda es una historia de exitosa inserción internacional, tras el que podemos abrir un nuevo capítulo, sobre la base de lo que hemos trabajado desde 2018. Ese año, junto con el sector privado, redefinimos la misión, visión y objetivos estratégicos de ProChile, con el objetivo no sólo de aumentar las exportaciones y su valor agregado, sino además trabajar para que el comercio exterior sea más inclusivo, diverso, sostenible y competitivo, sobre la base del talento humano de nuestro país, apoyando la inserción de Chile a la Economía del Conocimiento.

Tenemos la convicción de que los cambios los lideran las personas, por eso, para implementar esta nueva estrategia, empezamos fortaleciendo la profesionalización y capacitación del servicio y, para abordar para nuevas áreas de gestión, nos basamos en uno de los principales activos forjados a lo largo de estos 45 años: la capacidad de articulación de ProChile. Quiero destacar dos ejemplos.

En primer lugar, hemos trabajado en una profunda transformación digital de ProChile. Como resultado de una estrategia en la que inicialmente recibimos apoyo de Fundación País Digital, para fines de diciembre de 2021, seremos el primer servicio público en contar con un sistema de gestión integrada, con una estrategia de administración, abarcando de principio a fin la relación con las empresas exportadoras, comprendiendo cinco áreas. Primero, inteligencia de mercado, con un data warehouse y la implementación y capacitación de funcionarios en el uso de herramientas de visualización y análisis de datos. Segundo, plataforma de eventos y capacitaciones virtuales: ruedas de negocios y ferias virtuales, además de un aula virtual para exportadores en distintas etapas. Tercero, en e-commerce, con la inserción en grandes marketplaces, como Amazon, JD y Tmall, entre otras. Cuarto, servicios digitales para clientes, incluyendo un sistema de rendición en línea para empresas que se adjudican fondos y concursos, una operadora virtual, autodiagnóstico, biblioteca digital y un nuevo sitio web. Y quinto, el pilar de la modernización de nuestro servicio: herramientas digitales para la gestión, incluyendo el ya implementado, en todas las oficinas de Chile y la red externa, Ceropapel para todos los actos administrativos, la totalidad de documentación compartida en la nube y capacitaciones masivas para su uso, 16 máquinas virtuales para habilitar el trabajo remoto de 180 personas y la futura implementación de Zecompra, para flujos de compras en línea, ayudando a agilizar la gestión, ahorrando horas de trabajo y dando mayor transparencia y trazabilidad a nuestros procesos.

En segundo lugar, hemos generado y fortalecido alianzas público – públicas. Estamos convencidos que, para transitar hacia esa nueva etapa, el sector exportador tradicional y la oferta emergente requieren de la acción de un Estado moderno y ágil. ProChile es el último eslabón de la cadena exportadora, por eso sabemos que para abordar de forma eficaz las nuevas oportunidades, debemos trabajar de la mano de las instituciones expertas en cada ámbito.

Un primer caso de éxito en este sentido es nuestro trabajo con Corfo en la creación e implementación del programa de softlanding Go Global, para empresas innovadoras que buscan expandirse a los mercados de EE.UU., México, Colombia y Perú. En 2019, el programa apoyó a 55 empresas. Este año estamos trabajando con 39 empresas, de las cuales un 74% ya tiene ventas en otros mercados y un 62% ya ha levantado capital.

Un segundo caso que me gustaría destacar es el trabajo que estamos haciendo con Conadi. En este segundo año de trabajo conjunto, hemos realizado dos convocatorias para empresas de Pueblos Originarios de todo el país para la participación de un Programa de Internacionalización y la definición de protocolos y buenas prácticas de comercialización para productos de patrimonio indígena.

Además de eso, estamos iniciando un trabajo con el Ministerio de Energía y Comité Solar para poner a disposición nuestras capacidades en el exterior para el desarrollo y futura comercialización de Hidrógeno Verde.

En este esfuerzo, no puedo dejar de destacar el apoyo y la confianza de gremios y el sector privado, en general. En este sentido, valoro el Consejo de innovación, integrado por siete reconocidos profesionales del ecosistema, y el reciente lanzamiento del Consejo de Sostenibilidad para el Sector Exportador Agroalimentario, en respuesta a una solicitud del propio sector.

Hemos avanzado en forma significativa. Por ello agradezco y valoro especialmente el profesionalismo y compromiso del equipo de ProChile. Sin embargo, la crisis sanitaria, económica y social originada por la pandemia aceleró cambios que se estaban desarrollando a escala global, imprimiendo mayor sentido de urgencia a los cambios en los que hemos avanzado. Este nuevo ritmo nos lleva a buscar contribuir abriendo nuevos espacios de reflexión y ejecución en torno a las exportaciones del futuro. Esto es una tarea país y estoy seguro de que para el aniversario 47 de ProChile seguiremos avanzando de acuerdo a nuestra hoja de ruta trazada, siendo un Servicio Público de vanguardia, competitivo y demostrando resultados que impactan positivamente nuestra economía, pero también los empleos y a nuestra gente.

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