El reporte del Departamento de Estado que apunta que Chile como posible nodo de la desinformación rusa en Latinoamérica

El presidente ruso Vladimir Putin en una entrevista con China Media Group en Moscú. Foto: Reuters

Washington asegura que Moscú estaría financiando una campaña de desinformación en América Latina, con el objetivo de persuadir de que el Kremlin podría ser un aliado para “derrotar al neocolonialismo”. En ese esquema, Chile tendría un lugar central, albergando al “equipo editorial” que influiría a favor de Rusia.


Este martes, el Departamento de Estado norteamericano detalló en un informe sobre una supuesta campaña de desinformación, financiada por Rusia, y que estaría intentando influir sobre la opinión pública en Latinoamérica. La sorpresa: Chile sería una pieza clave en el esquema del Kremlin.

“Se conformaría un equipo cultivado con personal editorial en un país latinoamericano, lo más probable en Chile, con diversos individuos y representantes locales, a saber: periodistas y líderes de opinión pública de distintos países de la región”, indica el informe del Departamento de Estado. Los agentes del Kremlin, asegura el comunicado, entregarían a “contactos en medios de comunicación” propaganda y noticias falsas con el fin de “impulsar los sentimientos anti-estadounidenses y contra la OTAN”.

Según el Departamento de Estado, las operaciones en la red se “realizan principalmente en forma coordinada con los medios de comunicación en español Pressenza y El Ciudadano”, sin especificar si este último diario es el chileno o no.

El presidente ruso Vladimir Putin en una videoconferencia con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu. Foto: AP

El informe del Departamento de Estado apunta a tres organizaciones vinculadas al Kremlin como las responsables de desarrollar una campaña de “manipulación de información” dirigida a América Latina: “La “Social Design Agency” (Agencia de Diseño Social, SDA), el “Institute for Internet Development” (Instituto para el Desarrollo de Internet) y “Structura””.

Estas entidades estarían dedicadas a la “influencia por contratación”, con las cuales “Moscú siembra historias originales o amplifica discursos populares o divisivos ya existentes, sirviéndose de una red de actores de influencia de medios estatales, fachadas y de redes sociales, para luego intensificar ese contenido y penetrar incluso más en el entorno de información occidental”, indica el reporte norteamericano, advirtiendo que puede tratarse tanto de difusión de contenidos falsos como amplificación de información útil a teorías de conspiración.

Entre las personas detrás de estas entidades, se señala a una con fuertes lazos en Chile: el periodista “pro-Kremlin” Oleg Yasinskiy. “Periodista ucraniano chileno, colaborador de los medios independientes latinoamericanos como Pressenza.com, Desinformemonos.org y otros”, según el sitio Russia Today (RT).

Otro periodista con lazos entre Rusia y Chile es Denis Rogatyuk, cuya biografía en RT señala: “Es un periodista y escritor ruso-australiano ubicado en América Latina, y el director internacional de la plataforma mediática El Ciudadano, uno de los medios independientes más grandes de Chile”.

En entrevista con Infobae, el coordinador del Centro para la Participación Mundial del Departamento de Estado, James Rubin, ya había alertado una semana antes al respecto de la función de Oleg Yasinskiy. “Él es el que sabemos que sabe lo que está haciendo. El resto podrían ser lo que, francamente, llamamos ‘idiotas útiles’”, aseguró.

El coordinador del Centro para la Participación Mundial del Departamento de Estado, James Rubin.

El informe también apuntó a la coordinación entre embajadas rusas en América Latina y medios de comunicación financiados por el Estado “para aumentar los mensajes a favor del Kremlin, difundir narrativas antiestadounidenses y forjar asociaciones entre medios estatales rusos, medios de comunicación y estaciones de radio locales, embajadas de terceros países cuya postura se percibe favorable a Moscú en la región y periodistas locales”.

Según Rubin, muchos de los artículos y temas que estaría intentando difundir Rusia van en la dirección de persuadir a las audiencias latinoamericanas de que Moscú podría ser un aliado para “derrotar al neocolonialismo”. “Estos temas se alinean con la narrativa falsa más amplia de Rusia de que es un campeón contra la neocolonización; es una noción ridícula porque el propio gobierno ruso está actualmente involucrado en el neocolonialismo y el neoimperialismo a través de su guerra injusta contra Ucrania y su extracción de recursos en África”, indicó Rubin en la entrevista de Infobae.

Andrés Cañizález, politólogo y periodista venezolano especializado en medios de comunicación, señalaba al respecto en Deutsche Welle: “América Latina es, simbólicamente, un espacio importante para la presencia comunicacional rusa, porque, en la región, Rusia puede desafiar geopolíticamente a Estados Unidos en su propio terreno”.

Al respecto, el politólogo ruso-colombiano Vladimir Rouvinski señalaba: “A diferencia de Europa o Estados Unidos, en la región de América Latina y el Caribe hay muy pocos debates públicos acerca de la presencia de los medios de comunicación financiados por el Gobierno ruso. Adicionalmente, entre los miembros de las élites políticas e intelectuales de la región, hay poca consciencia acerca de los objetivos de la estrategia comunicativa rusa, mientras domina el punto de vista de que la presencia de los medios rusos hace parte del ejercicio de la libertad de expresión”.

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