Masacres impactan a Colombia y ensombrecen el proceso de paz

Protesta contra el gobierno de Iván Duque, el 21 de noviembre, en Bogotá.

Cuatro años después del histórico acuerdo que desarmó a las Farc, el país vive un alza de asesinatos y el Ejecutivo ofrece recompensas por el Clan del Golfo.


A cuatro años del histórico Acuerdo de Paz entre el gobierno de Colombia y la entonces guerrilla de las Farc, cuyo propósito era poner fin a décadas de violencia y desarticular al grupo rebelde, el país sufre por estos días un recrudecimiento de las masacres. Además, la violencia que quedó al descubierto tras la publicación de un informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), que reveló el ascenso de un “nuevo protagonista” del crimen organizado en el país: el Clan del Golfo.

De acuerdo con el documento, entre octubre de 2015 y septiembre de 2016 hubo 192 incidentes de grupos armados, mientras que entre octubre y septiembre de 2020 esta cifra aumentó a 318, lo que implica un alza del 65%.

La FIP alertó especialmente por las masacres -asesinatos de más de cuatro personas- que se cuadruplicaron en las 170 urbes con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, que fueron protegidas por ser las más afectadas en el conflicto armado. Así, las matanzas pasaron de registrar 43 víctimas fatales entre 2015 y 2016 a 126 este año, según datos del ministerio de Defensa.

Sin embargo, el Instituto para el Desarrollo y la Paz maneja otras cifras e informó que este año se registraron 76 masacres con 305 decesos, que afectan principalmente a los departamentos de Antioquia y Cauca.

Un soldado del Ejército de Colombia junto a un helicóptero. Foto: Europa Press

Según el diario El Tiempo de Bogotá, la desaparición de las Farc como guerrilla, la irrupción de sus disidencias y el fortalecimiento de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cambió el mapa de la violencia en territorio colombiano.

De esta manera, los datos de la FIP señalan que antes del alto al fuego de las Farc -entre octubre 2014 y septiembre 2015- el 78% de los ataques armados del país estaban vinculados al grupo guerrillero y un 16% al ELN. En cambio, en el último año un 38% de los actos violentos proviene del ELN, un 34% de disidencias de las Farc y un 15% está relacionado con el Clan del Golfo.

Según la cadena Deutsche Welle, esa organización surgió en 2017 después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y actualmente es la principal banda delictual del país. El grupo domina Antioquia, donde realiza sus labores de narcotráfico, además de secuestros y extorsiones de todo tipo.

Las cifras evidencian un alza de ataques en ciertas áreas del país. Mientras los homicidios cayeron un 12% a nivel nacional, estos crímenes aumentaron en un 39% en los municipios bajo protección. Estas zonas rojas -donde vive el 13% de la población de Colombia-, concentra el 24% del total de los casi 10 mil decesos violentos registrados este año.

“Narcoterrorismo”

Justamente, el domingo 15 personas fallecieron en dos ataques separados: dos en Cauca y 10 recolectores de café en Betania, Antioquia. Ante este escenario, el Presidente Iván Duque señaló que el aumento de asesinatos colectivos se debe al “fenómeno del narcoterrorismo”.

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, viajó hasta Betania, donde ofreció US$ 55 mil de recompensa por información sobre el líder del Clan del Golfo, conocido bajo el alias de “Rubén”, señalado como el responsable de masacres y del reclutamiento de menores para cometer delitos.

El último informe del Instituto Kroc apunta que a cuatro años del Acuerdo de Paz, el 25% de las disposiciones se han implementado en su totalidad, un 15% tiene un nivel de avance intermedio, un 36% de los consensos está en el mínimo y un 24% no ha iniciado.

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