Ucrania se suma a ola de gobernantes populistas y atípicos

FOTO: REUTERS

El caso del comediante y actor Volodymyr Zelensky, ganador de las elecciones en Ucrania, demuestra que los outsiders han sabido movilizar el descontento de los ciudadanos a su favor. Sin ninguna experiencia política previa, Zelensky se suma a otros líderes fuera de lo común, como Jimmy Morales en Guatemala y George Weah en Liberia.


La elección del actor y comediante Volodymyr Zelensky en la segunda vuelta de los comicios presidenciales del domingo en Ucrania, no sólo ha provocado un alto impacto en ese país, sino que a nivel global. Esto, porque no solo se trata de un outsider que llegará a la Presidencia ucraniana, como ha ocurrido en otros países -en Brasil con el caso de Jair Bolsonaro o en Estados Unidos con Donald Trump-, sino que de un actor que supo utilizar políticamente el principal rol que hizo para la televisión: el de un Presidente ucraniano.

Zelensky, de 41 años, representó a un jefe de Estado en la serie Servidor del Pueblo, que tuvo una alta audiencia y que le sirvió, de alguna manera, para ganar la popularidad que le permitió arrasar con el 73% de los votos, frente al actual mandatario Petro Poroshenko. Incluso, denominó a su nuevo partido político con el mismo nombre de la serie. Así, Zelensky, sin ninguna experiencia política previa, se alzó frente a sus contrincantes con un discurso populista en contra de la corrupción y con la promesa de "relanzar" el proceso de paz con Rusia. De hecho, los expertos sostienen que los ucranianos apoyan al personaje de la serie, más que al mismo Zelensky.

De esta forma, el próximo Presidente ucraniano se suma a la creciente ola de mandatarios populistas y atípicos, como el propio Trump, que forjó parte de su popularidad con el reality The Apprentice; Jair Bolsonaro, quien prometió atacar la inseguridad y la corrupción en Brasil; Viktor Orban en Hungría y Matteo Salvini en Italia, quienes sumaron apoyos con un discurso antiinmigración. Todos ellos lograron movilizar a su favor la rabia y el descontento de sus ciudadanos con el establishment.

El comediante de Guatemala

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Sin embargo, hay otros casos que se asemejan al del ucraniano. Uno de ellos es el del actual Presidente de Guatemala, Jimmy Morales. El comediante y productor de televisión ganó las elecciones presidenciales de 2015. "Ni corrupto ni ladrón", era el eslogan que repitió Morales hasta el cansancio durante su campaña presidencial. El anterior gobernante, el general retirado Otto Pérez Molina, tuvo que renunciar a la Presidencia para enfrentar acusaciones por delitos de cohecho, asociación ilícita y defraudación aduanera. Morales participó durante casi dos décadas del programa de comedia llamado Moralejas. "Durante 22 años los he hecho reír. Si gano las elecciones, prometo que no los voy a hacer llorar", dijo durante su campaña. De todas formas, hoy Morales se ve envuelto en acusaciones de corrupción.

Una estrella de fútbol en el poder

Otro de los outsiders con poca experiencia política que han logrado lograron llegar a la Presidencia es George Weah, el actual mandatario de Liberia, elegido en 2017. Weah tuvo una notable carrera como estrella de fútbol. Se trata del único africano ganador de un Balón de Oro (1995). Weah logró el apoyo de los ciudadanos africanos cansados de los constantes conflictos en el país y la región, y por los altos índices de pobreza. "Es hora de que la nueva generación de líderes suba al escenario", dijo durante su campaña presidencial. Weah ha sido comparado con Trump, y el Presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, por su mensaje anti-élite que resonó fuertemente entre los ciudadanos más pobres de su país.

La inmigración: el arma populista en Europa

Entre los populistas que han llegado al poder en el último tiempo, con discursos que encausan el descontento de los ciudadanos, los países europeos lideran la lista. El vicepresidente y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se ha alzado como el principal líder en su país. Su discurso antiinmigración ha llenado plazas, al canalizar el descontento de los ciudadanos sosteniendo que la migración desestabiliza el mercado laboral, obliga al Estado a gastar recursos en los migrantes y amenaza el orden público. De hecho, Salvini decidió lanzar una agrupación internacional populista y nacionalista para las elecciones del Parlamento Europeo, del 26 de mayo, junto con la formación de la ultraderechista francesa Marine Le Pen, y Alternativa para Alemania (AfD).

Viktor Orban, el primer ministro de Hungría, sigue una ruta similar a la de Salvini, o al revés. Rechaza fuertemente la inmigración y la Unión Europea. Por ejemplo, Orban se negó a participar en un esquema de reubicación obligatoria de migrantes de la UE y rechazó el plan de la Comisión Europea para reubicar a 160.000 refugiados. Impugnó las medidas de la UE en los tribunales y perdió, pero de todas formas ningún refugiado ha sido reubicado en Hungría como parte de ese plan. El miedo por parte de los húngaros a una invasión del islam, le generó a Orban los apoyos suficientes para seguir perpetuándose en el poder.

Mencionado también como otro de los Presidentes populistas a nivel global, Rodrigo Duterte de Filipinas llegó al poder en 2016 gracias a un fuerte discurso en contra del mercado ilegal de drogas y la inseguridad asociada a ello. Cuando celebró su victoria electoral, instó a civiles armados a matar a los traficantes de droga:"Siéntanse libres de llamarnos o hágalo usted mismo, si tiene un arma (...). Abátanlos y les daré una medalla", dijo Duterte. Su perfil autoritario, nacionalista y populista ha sido comparado constantemente con Bolsonaro.

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