El pasado sábado 9 de marzo se dio inicio al Censo de Población y Vivienda 2024, proceso realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que se realiza cada diez años y en el cual participan todos los habitantes con el fin de obtener información para el desarrollo del país.

El operativo, cuyo objetivo apunta a conocer la realidad actual de la población chilena en términos de cantidad, distribución espacial y características sociodemográficas, ha sido cuestionado por un grupo minoritario que piensan que la información recopilada sería utilizada para otros fines.

Pese a que desde el INE e incluso algunos personeros del Ejecutivo han llamado a contestar el formulario, la encuesta Plaza Pública, que realiza Cadem, reveló este domingo que entre los consultados que no han sido censados, un 6% asegura que no va responderlo.

En los resultados del sondeo de opinión correspondiente a la cuarta semana de marzo, un 1% -que ya fue censado- aseguró haberse negado a participar en el proceso.

Por otra parte, un 77% de los sondeados dijo no haber sido encuestado y que responderán el formulario. Un 15% ya realizó el proceso.

En este contexto, un 67% considera muy o bastante relevante para el país tener un censo actualizado, lo que representa una caída de tres puntos respecto a lo consignado en el mismo operativo realizado en abril de 2017, tras las irregularidades que tuvo el censo de 2012.