Nacional

Chomalí dirige Te Deum con homilía marcada por la contingencia electoral y oposición al aborto y eutanasia

El cardenal hizo pidió a los candidatos presidenciales priorizar la educación, relevó el valor de la democracia y también reiteró el rechazo de la comunidad religiosa a dos de los proyectos impulsados por el gobierno.

En medio del tradicional Te Deum Ecuménico con motivo de Fiestas Patrias, el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, reiteró la oposición de la Iglesia al aborto y la eutanasia -ambos proyectos de ley impulsados por el Ejecutivo- e hizo referencia al escenario político, cruzado por las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo.

La ceremonia contó, entre otras autoridades, con la asistencia del Presidente Gabriel Boric, los representantes de los tres poderes del Estado, los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, los jefes de Carabineros y la PDI, además de tres de los ocho candidatos presidenciales: José Antonio Kast, Evelyn Matthei y Johannes Kaiser. Harold Mayne-Nicholls, Franco Parisi, Marco Enríquez-Ominami, Eduardo Artés y Jeannette Jara no estuvieron presentes en el rito.

Al inicio de la homilía, el cardenal resaltó la educación como una prioridad nacional. “Estoy convencido de que los dramas que vive Chile son fruto del empobrecimiento en la educación, más centrada en adquirir conocimientos profesionales orientados a producir, consumir y competir, por sobre el discernimiento que emana de la filosofía, la ética y el saber teológico centrados en la verdad del ser humano, su condición de ser social y su vocación originaria de ser para los demás”, aseveró.

Foto de archivo del arzobispo Chomalí. Foto: Luis Quinteros/Aton Chile. LUIS QUINTEROS/PHOTOSPORT

Junto con comentar que en sus diálogos con la juventud ha abordado el convulsionado escenario mundial -incluyendo los conflictos en Medio Oriente y la guerra en Gaza- el prelado pidió a los ocho candidatos presidenciales, nombrándolos individualmente, “realizar su mejor esfuerzo por fortalecer la enseñanza en Chile, y de modo especial, la educación pública”.

El alto representante de la Iglesia Católica hizo un repaso por la inseguridad y el crimen organizado, la importancia de la familia, el cuidado de la infancia y la adolescencia y además, reparó en la baja tasa de natalidad.

Luego de hacer mención de la fe en Chile y cómo las comunidades se vinculan con ésta, Chomalí reiteró su oposición al aborto y la eutanasia: “Chile es un país laico, lo sabemos, pero ello no significa que los creyentes tengamos que guardar silencio cuando vemos amenazados los fundamentos de la democracia y del Estado de Derecho, sobre todo cuando se pretende aprobar leyes claramente injustas como el aborto y la eutanasia, porque atentan contra quienes el Estado debiese cuidar y proteger celosamente, los más débiles”.

Santiago, 18 de septiembre 2025. El Presidente de la Republica, Gabriel Boric asiste al Te Deum Ecumenico 2025 en la Catedral de Santiago. Javier Torres/Aton Chile JAVIER TORRES/ATON CHILE

Seguiremos aportando al debate desde la razón y la fe, desde nuestras universidades y centros de estudios, desde nuestros hogares de ancianos y casas de acogida para mujeres embarazadas. Lo dijimos ayer cuando se violaban los derechos humanos en Chile, lo decimos hoy con la misma convicción: la vida humana siempre es un bien intocable y nadie tiene el derecho a arrebatarla ni a disponer de ella”, añadió.

Adicionalmente, destacó el valor de la democracia y señaló que su práctica en Chile es motivo de orgullo. “Ello es producto de una democracia sólida que está llamada a prevalecer frente a cualquier intento de dictadura. El pueblo de Chile ama la democracia, reconoce su valor y sabe el costo que se paga cuando se pierde. Ello exige agradecer, pero al mismo tiempo, estar atentos a las corrientes que minimicen su valor“.

Otro de los aspectos destacados por Chomalí en su alocución fue la solidaridad. En ese acápite, recordó a los siete pescadores que desaparecieron en la lancha Bruma luego de que una de las embarcaciones de la pesquera Blumar chocara contra ellos, según investiga la Fiscalía, y a los seis mineros que fallecieron en el derrumbe de la mina Andesita en El Teniente.

Sin embargo, el llamado central del discurso fue, parafraseando al Papa León XIV, a “pensar en grande”. Para ello, Chomalí enumeró tres desafíos: impulsar un proyecto común, recuperar la ética y promover el valor de lo comunitario. Al detallar el segundo desafío, el cardenal reparó en que “duele ver las listas de espera en los hospitales y servicios públicos, mientras quienes están llamados a servir a los conciudadanos usan licencias fraudulentas para viajar fuera del país (...) Hay tantas acciones que parecen pequeñas pero que dañan la confianza y perjudican a quienes más necesitan: por ejemplo, la evasión en el transporte público o la falsificación de datos en el Registro Social de Hogares”.

Hacia el final de su discurso, el arzobispo hizo referencia al escenario político: “Hoy, en medio de la contienda electoral, Chile se asemeja a una barca en medio de la tormenta. Algunos reman hacia la izquierda, otros hacia la derecha. Algunos reman por más impuestos, otros por menos; algunos reman por más Estado, otros por menos. Esa es parte de la belleza del diálogo y de la democracia”.

“Lo que no podemos hacer es usar los remos para golpearnos, porque así la barca zozobra y nos hundimos todos. Este no es tiempo de divisiones estériles, de polarizaciones, de cálculos mezquinos, sino de unidad en lo esencial: la defensa de la dignidad de cada persona, la búsqueda del bien común, la recuperación de la confianza y de la esperanza. Es tiempo de políticas públicas de largo plazo”, llamó.

Además de sostener que “Chile necesita líderes probos y consecuentes”, Chomalí llamó a quienes detentan cargos de elección popular y a quienes competirán por ellos a “hacer de su actuación una clase magistral de civilidad y respeto”.

“No se trata solo de ganar votos, sino de recuperar la confianza de los chilenos y demostrar que la política es una actividad noble, necesaria y fundamental, cuyo fin último es el bien común, el más alto bien al que podemos aspirar. No están los tiempos para trincheras, para slogans, o para hacer de la política un mero ejercicio de propaganda y marketing. Son los tiempos para pensar en grande respecto de las futuras generaciones, para que no tengan miedo de existir desde el vientre materno hasta el lecho de enfermo y puedan dar lo mejor de sí para el servicio de todos”, advirtió.

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