
Mayne-Nicholls la sorpresa y Matthei la ganadora: zoom a un debate que cumplió, a ojos de analistas
Según los expertos, el primer debate presidencial que reunió a los ocho candidatos dejó como vencedora a la abanderada de Chile Vamos, mientras que el expresidente del fútbol chileno fue el que mejor aprovechó la exposión. De Jara y Kast, en tanto, dicen que jugaron al empate, meta que consiguieron.
Por cerca de tres horas los ocho candidatos a La Moneda se enfrentaron “cara a cara” la noche de este miércoles en el primer debate presidencial televisivo de 2025. El encuentro -transmitido en horario prime y con alta sintonía- estuvo marcado por emplazamientos cruzados y algunos momentos de tensión -menos que en otros debates- que reordenaron el escenario electoral.
José Antonio Kast (Partido Republicano), Jeannette Jara (PC), Evelyn Matthei (UDI), Johannes Kaiser (PNL), Franco Parisi (PDG), Marco Enríquez-Ominami (ind.), Harold Mayne-Nicholls (ind.) y Eduardo Artés (PCAP) aprovecharon la instancia para presentar propuestas, pero también para lanzar algunos dardos a sus contrincantes.
El desafío era grande: por primera vez los ocho compartían escenario y la apuesta era ver si el formato permitía contrastar visiones sin que la discusión se convirtiera en un simple intercambio de frases. Para Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, “el desafío era bien difícil, era exigente, porque son muchos candidatos, primera vez que debatían estos ocho candidatos entre sí, y en ese sentido me parece que en términos generales la apuesta resultó. Fue posible observar los planteamientos y el posicionamiento que están intentando tener los distintos candidatos”.
Pero la pregunta posterior a la instancia es quién de los ocho dominó y quién, de lleno, desaprovechó el espacio.
Ganadores y sorpresas
El analista político Camilo Feres, director de estudios de Azerta, sintetiza así el mapa: “Los que aprovecharon bien el debate, con rendimientos diferentes entre sí, fueron Mayne-Nicholls, Matthei y Kaiser. Los que jugaron al empate -y lo consiguieron- fueron Jara y Kast. Y los que reprobaron, porque fueron más de lo mismo, fueron MEO, Parisi y Artés”.
Para Feres, la figura que más provecho le sacó a la noche fue Harold Mayne-Nicholls, quien debutó en un escenario de alta exposición: “No digo que sea el ganador, pero sí que es el que más provecho le sacó. Eligió un buen personaje, estuvo documentado y se presentó como una opción. Eso era lo que podía conseguir, y lo hizo bien”, explica el experto.

La otra gran protagonista fue Evelyn Matthei, quien según Feres “tenía la misión de abrochar el cambio de estrategia que había implementado en las últimas semanas. Partió tensa, pero fue de menos a más, logró tener momentos muy buenos y concentró el debate en temas relevantes para su campaña”.
El doctor en Ciencia Política y académico de la Usach René Jara coincide en el buen desempeño de la exalcaldesa de Providencia: “Lo que me sorprendió fue la performance de Evelyn Matthei. Hoy hay dos ”Bachelets" en la contienda: Jara como su heredera natural y una Matthei mucho más dialogante, condescendiente con la centroizquierda, que se controló mucho. Sabía que varias de las preguntas la iban a incomodar, pero mostró control, capacidad de diálogo y puso la pelota en la esperanza, en una visión no catastrofista”, afirma.

Jara destaca también el tono del candidato independiente: “Me pareció muy interesante el uso del tiempo de Harold Mayne-Nicholls. Casi todos los bloques los terminó cerrando él, con un tono pacificador pero contundente. Esta era su presentación en sociedad y la aprovechó bastante bien”.
Para el académico de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales Cristián Leporati, “la puesta en escena de Matthei fue estratégica: desde el uso del blanco hasta su actitud positiva. Ella y su equipo leyeron bien el formato y anticiparon el tono duro del debate, y eso le permitió ganar en la ‘primera división’ de candidatos, tanto en lo no verbal como en contenido”.
El empate
Tanto José Antonio Kast como Jeannette Jara optaron por evitar errores no forzados. Para Feres, el líder republicano “brilló poco, tuvo un par de comentarios erráticos, pero nada terrible. Jugó al empate y lo consiguió”.
Sobre la candidata oficialista, desde la Usach el académico Jara subraya que “logró posicionarse con elocuencia y carácter enérgico, lo que le habla muy bien a su electorado, mostrándola menos pasiva que en otras ocasiones”. No obstante, advierte que su interpelación directa a Kast “quedó un poco fuera de tono televisivamente, aunque probablemente fue bien recibida en su interna y en redes sociales”.
El debate, sin embargo, para ella fue cuesta arriba. “Fue muy ingrato para ella”, advierte Alvarado. “Los temas que dominaron -seguridad, economía, empleo- claramente no la acomodan. Esa incomodidad se notó por momentos y fue muy criticada, muy apretada por los candidatos de oposición, en especial por Kast, Kaiser y Enríquez-Ominami”.
Desaprovecharon la vitrina
Entre los perdedores, los analistas coinciden en señalar a Marco Enríquez-Ominami, Franco Parisi y Eduardo Artés. Según Feres, el primero “se vio preocupado de las otras candidaturas, más que de proponer cosas, incluso asumiendo un rol de moderador”.
Respecto a Parisi, el experto indica que “su principal objetivo fue reposicionar su nombre y el del PDG, sobre todo en el norte, pero dejó en evidencia que su estrategia estaba más enfocada en consolidar ese nicho que en seducir a nuevos electores”. Además, lo critica por saltarse las reglas del debate para arremeter contra Matthei, cuando sacó dos fotografías, una del expresidente Sebastián Piñera y otra con la de Augusto Pinochet, ambas con la frase “traicionó”.
Artés, en tanto, se mantuvo en el mismo tono que ha caracterizado su candidatura, sin grandes novedades ni giros que le permitieran ampliar su base.

Pese a las dificultades propias de un encuentro con ocho candidatos, los analistas coinciden en que el formato cumplió.
“Se logró posicionar a quienes no habían estado antes en el radar, mostrar quiénes disputan las primeras mayorías y generar cruces relevantes. Fue un muy buen primer espacio y marca la pauta de lo que viene”, concluye René Jara.
Con tantos personajes había preocupación por la falta de profundidad. Pero para Alvarado las expectativas se cumplieron, principalmente por lo difícil que es tener a ocho candidatos debatiendo entre si. “Va a servir como referente para sacar lecciones de cara a los siguientes debates”, señala, sumando que, pese a las limitaciones, “sí fue un avance” respecto de los encuentros previos.
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