“Oímos el disparo, y después silencio”: el crudo relato de un chileno en el frente de coordinación de urgencias médicas en Israel

Chaim Rafalowski (56), chileno-israelí que vive en Tel Aviv desde los seis años, se encuentra al mando de la coordinación de la Gestión de Desastres del Sistema Nacional de Atención Prehospitalaria, –también conocido como Magen David Adom– y la crudeza se ha tomado su rutina. Relata que tras el bombardeo han duplicado las ambulancias para atender a los cientos de heridos y que el equipo médico "está atendiendo cuando hay disparos afuera y entienden que en cualquier momento los terroristas pueden entrar y matarlos a ellos también".


El sábado a las seis de la mañana en Israel, comenzaba un día aparentemente normal para Chaim Rafalowski (56), un chileno-israelí que trabaja como coordinador nacional de Gestión de Desastres del Sistema Nacional de Atención Prehospitalaria. Pero eso cambió de golpe.

A esa hora, Hamas, el grupo palestino que gobierna la Franja de Gaza, lanzó un ataque en contra de Israel. La incursión consistió en el lanzamiento de miles de proyectiles a territorio israelí, además de la infiltración de decenas de combatientes que se sumaron por tierra y mar.

“Bastante rápido entendimos que estábamos en algo que era muy diferente a lo que conocíamos y que teníamos que responder de una forma diferente”, señala desde el otro lado del teléfono a La Tercera.

Chaim vive desde los seis años en Tel Aviv con su padre, hermana y dos sobrinos –que ahora partieron al frente militar israelí–. Su puesto como coordinador nacional lo ha llevado a conocer de cerca las consecuencias humanas del conflicto.

Relata que las calles se han vuelto un campo de batalla para los equipos de salud que, entremedio de las balas van socorriendo a los heridos que se multiplican.

“Le dispararon a nuestras ambulancias, y hablo de ambulancias que iban con luz roja, con sirena, eso significa que van a atender pacientes y les disparan como si nada”, dice en comunicación desde el país de Medio Oriente

El constante riesgo que viven los funcionarios médicos es algo que vive día a día de cerca. Chaim cuenta hasta ahora que dos voluntarios del Servicio Nacional fallecieron.

El chileno-israelí comenta además un momento especialmente duro, tras la llamada de un desconocido a la central del servicio: “Había un terrorista que estaba entrando a su domicilio. Estamos en la llamada, oímos el disparo y después silencio. El terrorista, después de haber disparado toma el teléfono y le dice a nuestra recepcionista puedes colgar la llamada, los maté a todos”.

Pese a los peligros que azotan las calles de las ciudades más al sur de Israel, las ambulancias se mimetizan con los militares, insurgentes, balas y escombros. Chaim ha sido testigo de estas cruzadas. Ya es habitual que los equipos terminen atendiendo a las víctimas dentro de las bases militares, mientras el sonido de los proyectiles ensordece a los paramédicos.

“Ellos están atendiendo cuando hay disparos afuera y entienden que en cualquier momento los terroristas pueden entrar y matarlos a ellos también”, manifiesta.

People flee their homes amid Israeli strikes in the southern Gaza Strip, October 8, 2023. REUTERS/Ibraheem Abu Mustafa

En estas situaciones, los equipos de emergencia no distinguen bandos. Chaim explica que en el momento que le disparan a alguien deja de ser combatiente. “Nuestros funcionarios han atendido a terroristas porque una víctima es una víctima”.

Al momento en que da su testimonio a este medio son las ocho de la noche en Israel. Comenta entre risas que probablemente no duerma, le quedan al menos cinco horas más de trabajo. “Es una forma de chiste, pero es muy triste, se va viviendo como se puede”.

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