El técnico Hernán Darío Gómez lloró al hablar, tras cuatro meses, respecto de la agresión contra una mujer que después le costó dejar la banca de la selección de Colombia. El DT, además, ofreció disculpas públicas.

El incidente a la salida de un bar de Bogotá en la madrugada del 7 de agosto originó un escándalo. Se exigió la salida del entrenador e incluso el presidente de Colombia Juan Manuel Santos reprochó su actitud.

Antes de perder el puesto, Gómez declaró que "la 'embarré', sí, yo la 'embarré'. Me emborraché y la 'embarré', pero siento que me han dado muy duro, que me han tratado peor que a un asesino, que a un delincuente".

Ahora, en una actitud menos desafiante, el DT enfrentó nuevamente el tema en una entrevista a Caracol Televisión, donde reiteró que su conducta se debió a una mezcla de medicamentos y licor.

"Fue una mala noche, una noche en la que no tuve fortuna, no soy una persona que salga a tomar trago, por mi imagen, por ser técnico de la selección no debía estar en ese lugar", expresó.

"Bolillo" agregó que "no acostumbro pegarle a las mujeres y lo sucedido lo hice inconsciente... Era un momento en el que venia de varias concentraciones largas, entre ellas la de la Copa América. Me dejé llevar del ambiente (el del bar)... No sé qué pasó, tomé vino y aguardiente", reconoció, y apuntó a que estaba consumiendo algunos medicamentos para controlar la tensión arterial.

Gómez aseguró que no recuerda que hubiese golpeado a la mujer que lo acompañaba y se abstuvo de revelar su identidad.

El técnico dijo que "estoy en mi peor época, mi mamá se enfermó por el escándalo... Todo esto ha sido muy duro, suficiente, el castigo ha sido muy duro y he pedido a Dios, 'llévame ya'... No sé manejar esta situación".

Finalmente expresó que "no estoy pidiendo puesto en la selección... Tengo claro, a un técnico de selección lo quieren y lo odian y la gente que me odia aprovechó esto (el escándalo)... en el fútbol no me pudieron sacar".