Tanto Gonzalo Lama como Hans Podlipnik no pudieron jugar el viernes, por distintos motivos. El primero, por una torcedura en el tobillo derecho; y el segundo, por decisión técnica, a pesar de ser el número uno de Chile en el ranking ATP.

Ambos enfrentaron la víspera con mucha ilusión, y se juramentaron la victoria. Con la cara pintada, casi como si fueran a una guerra, saltaron a la cancha del Club Palestino. Tenían la seguridad de que, el dobles ante Perú, era la oportunidad perfecta para quedar en la historia de la complicada serie ante los incaicos.

Y lo consiguieron...

Una trabajada victoria, por 6-4, 3-6, 6-4 y 7-5, selló la serie en favor del equipo nacional que, de este modo, avanzó a la segunda ronda de la Zona Americana II de la Copa Davis.

El marcador refleja lo complejo del trámite frente a una pareja rival, compuesta por el experimentado doblista Sergio Galdos y la gran promesa del tenis peruano, Juan Pablo Varillas.

Por momentos, el juego mostró un alto nivel de los cuatro tenistas. Incluso, de Galdos, quien pese a estar con un evidente sobrepeso, demostró tener una buena mano y correctos tiros.

Un quiebre bastó para cerrar el primer set a favor de Chile. Las 1.500 personas que estaban en el recinto de Las Condes premiaban con sus vítores a la dupla nacional. Sin embargo, las cosas se complicaron. Un momento de nerviosismo de los locales, le permitió a los de la nación vecina quedarse con el segundo parcial.

Afuera, los mensajes de Whatsapp entre los miembros del cuerpo técnico se multiplicaban. Había algo de preocupación, pero también existía una cierta sensación de tranquilidad.

En tanto, en la banca peruana, el capitán Pablo Arraya alternaba su tiempo entre alentar a los jugadores, con sus habituales frases, y conversar animadamente con la chica encargada de sostenerle el quitasol.

En esos momentos difíciles, Lama pidió en reiteradas ocasiones el apoyo del público que, rápidamente, captó el mensaje, reviviendo el aliento de esas jornadas de antaño. También las arengas y consejos de Nicolás Massú lograron el efecto deseado, y la intensidad regresó.

Alentados por su gente, los chilenos lograron poner en aprietos a los adversarios, que comenzaron a sentir la presión. Varillas, el más regular de los peruanos, cometió errores clave, que facilitaron la tarea.

En el cuarto set, Perú quebró de entrada. Pero el cuadro nacional no se desenfocó, y se volvió a meter. Luego de recuperar el break, Lama y Podlipnik salieron con todo a buscar la victoria, que llegó tras una ruptura en el duodécimo game.

Luego de la extensa batalla, Podlipnik y Lama se abrazaron. Salieron las banderas chilenas y el agradecimiento al público que, a su vez, premió el esfuerzo con una ovación, una prueba más de que la gente se está reencantando con el tenis.