El extraño caso del joven penquista que inscribió ante notario todos los elementos de la tabla periódica

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Alberto Barriga busca poder cobrar un impuesto a las empresas que generen utilidades con el uso del compuesto químico. Dice que el 90% del dinero recaudado será donado para ayudar a la humanidad.




Alberto Barriga es un joven empresario de Concepción que este jueves acudió a una notaría de la ciudad para efectuar un curioso trámite: inscribió los 119 elementos de la tabla periódica a su nombre para ayudar a la humanidad.

Es decir, se hizo dueño –notarialmente al menos- de cada átomo, elemento y compuesto conocido hasta ahora.

El objetivo que persigue este joven es que las empresas que generen utilidades con el uso de los compuestos químicos deban pagar un impuesto mensual o anual.

Este joven no busca quedarse con dichos recursos, sino que ir en ayuda de otros. Los fondos serán recolectados a través de la organización SIDIS Foundation.

"Mediante lo que se recaude y sin lugar a dudas el 90% será donado y el 10% será para pagar los gastos de la empresa. Y es más, a la persona que le tengamos que cobrar un impuesto y vemos que su empresa no está en óptimas condiciones vamos a ver la opción de ver cómo ayudarlos, para que salga adelante y genere más empleo", sostuvo Alberto Barriga, el joven técnico universitario en minas que realizó el curioso trámite notarial.

"No quiero perjudicar ni al gobierno ni a las empresas privadas, lo que busco es mejorar el sistema para que la gente tenga una mejor calidad de vida", complementó el joven empresario.

La inscripción se realizó el pasado 4 de octubre con una pequeña cláusula: Durante los próximos 30 días, desde realizado el trámite, alguna persona mediante documentos puede objetar lo realizado por Barriga. Si nadie reclama, los elementos de la tabla periódica pasarán a su propiedad.

"No existe una ley o una organización que regule el uso de las partículas y elementos atómico o subatómico. Nuestra intención es 100% filantrópica y la idea no es generar un debacle económico con las industrias", señaló Gustavo Arias, cofundador de SIDIS Foundation.

No es la única vez que un chileno hace noticia por inscribir un objeto raro ante notario. En 1954 el abogado chileno Jenaro Gajardo Vera reclamó ser el dueño legítimo de la Luna. El talquino pudo concretar su insólita petición oficial porque la ley chilena permitía solicitar un título sobre una propiedad no reclamada.

Por ahora, los elementos de la tabla periódica parecen tener dueño.

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