Familia de Pilar Pérez vende la casa de Seminario

<p>La matriarca de la familia puso en venta el lugar donde fue asesinado Diego Schmidt-Hebbel. Se trata de una de las propiedades que originaron la disputa con su hija mayor.</p>




En noviembre de 1947, María Aurelia López y José Pérez Pérez compraron el "derecho a llave" de la panadería Seminario, ubicada a la altura del 99 de la calle del mismo nombre, en Providencia. Arrendaron para vivir la propiedad contigua, la 97, y construyeron un pequeño imperio bajo el nombre de sociedad "Seminario", que compartirían con sus tres hijas: Pilar, Gloria y Magdalena.

Nunca pensaron que, 60 años después, la disputa por la sucesión sería el móvil de un conflicto familiar y el escenario del crimen del joven Diego Schmidt-Hebbel a manos del sicario José Ruz, quien, según la investigación, cumplía el encargo de Pilar Pérez para matar a toda su familia.
 
A ocho meses de ocurrido el asesinato, la matriarca de la familia, María Aurelia López, decidió vender toda la propiedad, con panadería incluida. En junio pasado, el lugar fue el escenario de la reconstitución de escena del crimen, con la presencia de José Ruz y de la propia Pilar Pérez, imputada además por los crímenes de su esposo Francisco Zamorano y la pareja de éste. No obstante, ella se negó a participar.

LOS ULTIMOS AÑOS
El inmueble comprende la panadería (con un subterráneo) y dos pisos superiores, con dos departamentos cada uno. Son 350 metros cuadrados en total, avaluados en 18.700 UF, alrededor de $ 391 millones.

"María Aurelia quiere vender para empezar de nuevo y borrar el pasado. Acá pasó momentos buenos, pero también muy malos en los últimos años. Ahí murió su papá, su esposo y luego Diego, a quien quería mucho", explica Agustín Molina, quien hasta el día del crimen en noviembre pasado, vivía en esa casa junto a su esposa Gloria y su hija Belén, la novia de Diego.

Según Molina, existía una negociación de hace meses con una cadena de supermercados interesada, pero que hasta ahora no se ha concretado. Por eso, el jueves pasado se instaló el letrero para abrir las posibilidades.

"Es una esquina comercial que puede ser utilizada para muchas cosas. No hay apuro en vender, porque a mi suegra no le interesa el dinero, sólo quiere empezar de nuevo". La propiedad contigua más una mansarda en el frente son de Pilar Pérez y tienen orden de embargo.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.