Opinión

Columna de Patricio Morales: Milei y la doctrina del shock

MARTIN COSSARINI

Javier Milei ya es Presidente. De corte libertario, con una base política frágil, una convivencia con la centroderecha compleja y una oposición kirchnerista activa. Milei ya anunció que buscará implementar su proyecto anti-político y económico inspirado en una fobia al Estado, un shock social y un shock económico. En Chile sabemos bastante de esta historia. Los Chicago Boys chilenos, su aterrizaje en la dictadura, el ladrillo, las privatizaciones, la crisis y salvataje de la banca, la política social de Odeplan, el sistema de AFP de José Piñera, el voucher en la educación, etc, etc, etc.

Si bien en Chile los Chicago Boys lograron exitosamente ser reconocidos como “liberales”, Milei se reconoce como libertario. La diferencia responde a una reinterpretación del liberalismo clásico en un nuevo liberalismo que fue rápidamente alejándose del liberalismo. En Europa de entre guerras este distanciamiento, teórico e intelectual, tuvo como principales referentes a Von Mises y Von Hayek. Generar una teoría de la competencia llevó a muchos a imaginar un orden natural donde el mercado poseía la capacidad de regir todas las interacciones, no solo económicas, sino también las sociales. La política y el Estado comenzaban a ser un simple estorbo. Muchas de estas reflexiones hicieron famoso a Von Hayek, rivalizando con Keynes. Sin embargo, este último logró imponerse intelectualmente en un mundo post Segunda Guerra Mundial.

Corría la década del 50, y Von Hayek se traslada a EE.UU. En la Universidad de Chicago se encuentra con otra derivada más sofisticada de este nuevo liberalismo. Milton Friedman se encontraba desarrollando un ejército de economistas que llevarían estas exploraciones teóricas en busca de laboratorios de gobierno, con consecuencias sin precedentes en Latinoamérica y otras regiones. Cuenta la leyenda que Hayek se asombró de la radicalidad teórica y se trasladó del Departamento de Economía a otro departamento de la misma universidad. Algo similar ocurrió a escala chilena. Dentro de los primeros Chicago Boys chilenos, economistas como Ricardo Ffrench-Davis tomaron distancia frente a este extremismo intelectual. Uno de los referentes de esta radicalidad, aparte de Friedman, fue el economista Gary Becker, cuya particularidad fue trasladar dicho programa económico a las más diversas esferas sociales, como la educación, la salud, la pobreza, etc. Becker desarrolló una teoría social de la competencia bajo el concepto de Capital Humano. No es casualidad que Milei concentrase gran parte de la política social en un nuevo Ministerio de Capital Humano.

Para los libertarios, a diferencia de los liberales, la política social no es una corrección de las fallas del mercado que equilibran la libertad y la igualdad por medio de economías mixtas. Los libertarios ven en la política social la generación de un Capital Humano dirigido a encarnar el principio de la competencia, ignorando el fenómeno antisocial que también generan dichos incentivos. Generando distorsiones en la cohesión social y el desarrollo humano.

Por Patricio Morales, cientista político y ex presidente del Partido Liberal

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