SEÑOR DIRECTOR:
Hace algún tiempo, una periodista señaló que las encerronas ocurrían en las carreteras donde “circulan los más ricos”. Más allá del clasismo detrás de esta frase, lo cierto es que el crimen no discrimina, y ataca por igual a ricos y pobres, creyentes o ateos.
La decisión de establecer vehículos de vigilancia municipal en las entradas y salidas de ciertos tramos de Costanera Norte o avenida Presidente Kennedy ha generado que el número de ocurrencias de estos delitos en comunas como Las Condes o Vitacura hayan disminuido, en desmedro de otros accesos menos vigilados de las autopistas; los delincuentes simplemente se trasladaron.
Las últimas cifras nos muestran que el delito de robo con violencia en las salidas y entradas de las carreteras se ha movido desde el sector oriente de la capital hacia el sector poniente y sur del Gran Santiago. Y comunas como Renca, Independencia, Pudahuel o Puente Alto, han visto cómo ha crecido exponencialmente este tipo de delitos.
La pregunta que surge entonces es por qué desde los ministerios de Interior y Obras Públicas no han tomado la iniciativa para coordinarse con las autopistas y municipios para replicar esta sencilla pero efectiva medida de vigilancia; propuesta que, junto a otras, ya habíamos presentado en 2021 los firmantes de esta carta y que también fueron expuestas a la ministra Tohá hace ya varios meses.
Llama la atención el poco interés por enfrentar la delincuencia; al contrario, parece que al Presidente y su gabinete este no es un tema que les importe mucho.
José Carlos Meza
Cristián Araya
Diputados
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