¿Por qué mantener el Simce?

Simce

SEÑOR DIRECTOR:

Es posible que aún no seamos conscientes de la magnitud de las consecuencias que ha dejado la pandemia en los niños y jóvenes en nuestro país, especialmente en sus aprendizajes. Por esto, es sumamente relevante contar con datos que nos permitan medir adecuadamente su impacto para definir las medidas y soluciones adecuadas.

Con todo, pareciera que el Mineduc no le da tal importancia. Por una parte, no ha entregado información sobre la asistencia o el avance en vacunación de las escuelas, dato que resulta fundamental para incentivar la presencialidad. A esto se suma que en los últimos días anunció la posibilidad de suspender el Simce, argumentando la imposibilidad de compararlo con pruebas de años anteriores y que las escuelas ya tenían sus propios instrumentos de evaluación formativa.

Lo primero no es cierto, pues sí es comparable. Lo segundo, no es excluyente. La evaluación formativa que realiza un profesor y el Simce son complementarias. Mientras la primera entrega información para el profesor, con el objetivo de adaptar su planificación a las necesidades y logros de sus estudiantes, el Simce entrega información a nivel del sistema, permitiendo tomar medidas en función de los logros y necesidades de las escuelas, cosa que tampoco se logra con pruebas muestrales.

Por supuesto, los sistemas no son perfectos y siempre permiten mejoras, en esto el Simce no es la excepción. Sin embargo, dada las dificultades que experimenta nuestro sistema educativo, buscar suspender el Simce sin siquiera tener una alternativa de reemplazo -y de paso debilitar el sistema de aseguramiento de la calidad-, parece ser más un intento por hacer un punto político, que por atender a las complejas dificultades que enfrentamos en educación.

Magdalena Vergara

IdeaPaís

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