
Resiliencia con rostro humano

En tiempos en que la humanidad busca caminos para enfrentar desafíos complejos, como los desastres naturales o las crisis sociales, la resiliencia se ha convertido en un concepto clave. No se trata solo de resistir, sino de reconstruir y recuperarse con sentido. Con esa convicción, fuimos parte de la “Semana de la Resiliencia” en la Exposición de Osaka 2025, invitados por ProChile, para representar a nuestro país, a través de dos charlas, que conectaron nuestra experiencia técnica con una dimensión más íntima y humana. En ese espacio, compartimos no solo con destacados profesionales de Chile y Japón, sino también con mujeres de ambos países que han vivido el impacto de la naturaleza, especialmente de los tsunamis.
La primera intervención tuvo lugar en Tokio en el seminario internacional titulado “Chile resiliente: prevención y reconstrucción con visión de futuro”, donde presentamos “Ciudades sismo resistentes: la experiencia chilena y su impacto en las personas y su calidad de vida”. En ella compartimos cómo Chile, a lo largo de su historia, ha ido transformando los riesgos en aprendizajes y estos aprendizajes en políticas públicas.
Asimismo, expusimos nuestra trayectoria en planificación urbana, diseño estructural antisísmico, normativas actualizadas y sistemas de emergencia. Pero lo más importante fue destacar que estos avances no solo han evitado pérdidas humanas y materiales, sino que también han mejorado la vida cotidiana de millones de personas. Vivir con seguridad, contar con infraestructura preparada y confiar en instituciones capaces de responder ante una emergencia no es solo un logro técnico, sino una muestra de respeto hacia la dignidad de quienes habitan nuestros territorios. Por cierto, todavía tenemos que seguir mejorando en beneficio de las personas y las familias en Chile
La segunda intervención, en tanto, fue más personal y en el estand de Chile en la Expo Osaka. Esta abordó nuestra experiencia con el dolor y la resiliencia. En un ambiente cercano y emotivo, dejamos de lado el lenguaje académico para compartir parte de la historia contenida en un libro autobiográfico, como es “La vida golpea (a veces demasiado) fuerte”, publicado por Ediciones UC. En ese espacio dimos cuenta de vivencias marcadas por el dolor, la enfermedad y la pérdida, pero también por la esperanza, la fe y la capacidad de seguir adelante. Fue una invitación a reflexionar sobre la fortaleza interior que cada persona necesita para reconstruirse cuando todo parece derrumbarse.
El público japonés, marcado por su propia historia de desastres naturales y reconstrucción, acogió el testimonio con respeto y atención. En particular, resonaron con fuerza los relatos personales en un país que conoce de cerca la tragedia, como ocurrió tras el terremoto y el tsunami de 2011. Esa conexión emocional entre culturas distintas, pero experiencias comunes, dio sentido profundo al encuentro.
La resiliencia no es solo una propiedad de los edificios o las ciudades. Es, sobre todo, una capacidad humana. En ese cruce entre la ingeniería y la vida, entre lo colectivo y lo personal, radica el valor de compartir lo que hemos aprendido. Chile, golpeado una y otra vez por terremotos, incendios e inundaciones, ha sabido convertir sus heridas en conocimiento, fortaleciendo una cultura de prevención, respuesta y adaptación que puede ser un aporte para otros países.
Agradezco haber podido tener esta experiencia de intercambio y aprendizaje, en el marco de la Expo Osaka, que nos permitió representar a Chile no solo como ingeniero y académico, sino también como persona. Una dimensión que resulta hoy más necesaria que nunca, en un mundo que necesita reconstruirse tanto por fuera como por dentro.
*El autor de la columna es profesor titular de Ingeniería UC, miembro Clapes UC y presidente de Colegio de Ingenieros de Chile
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
Contenidos exclusivos y descuentos especiales
Digital + LT Beneficios$3.990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE