Una nueva estrategia para la educación pública

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El SAE asigna los cupos en los colegios que reciben recursos públicos.


Nuestro popular dicho "quien mucho abarca poco aprieta", lamentablemente, no aplica para la Dirección de Educación Pública (DEP), la que tiene por delante la implementación de la que probablemente es la más compleja de las políticas de educación: instalar los 70 Servicios Locales (SLEP) que serán los nuevos sostenedores de los más de seis mil establecimientos que están a cargo de los 345 municipios. Todo esto, con el fin de recuperar la educación pública, mejorar su calidad y subsanar los problemas evidenciados en la gestión de las municipalidades.

Para hacerlo se elaboró la estrategia nacional de educación pública, que tiene como objetivo "mejorar la calidad de la educación pública provista por los establecimientos educacionales integrantes del sistema, propendiendo a su pleno desarrollo", la que servirá como una hoja de ruta a seguir. El documento realizado por la entidad debe entregar una mirada común hacia donde avanzar, con objetivos claros y fáciles de comprender; cuestión que en su primera versión no se logró del todo, pero la nueva propuesta presentada por la directora en el Senado logra hacerse cargo de las observaciones hechas.

De esta manera, se entrega un diagnóstico y se crea un relato que permite comprender los objetivos y prioridades de la institucionalidad. Se manifiestan claramente los problemas por los que atraviesa la educación pública: la falta de valoración que se ha traducido en una baja matrícula y disminución de establecimientos. Ello, en parte, por los bajos resultados obtenidos y el contexto de las escuelas. Se evidencia, además, la poca capacidad de retener a los profesores y directivos y da cuenta de los nuevos desafíos que enfrenta la educación pública debido a un aumento creciente de la matrícula de extranjeros, además de la educación especial y de adultos en contexto de encierro que tantas veces suele ser invisibilizada.

Este diagnóstico da pie a objetivos específicos, especialmente en la gestión que deben realizar tanto la dirección, los servicios locales y los propios establecimientos.

Se comprende en este sentido que la DEP en su apoyo a los SLEP, y estos de manera más directa con sus establecimientos, tienen el rol de generar las posibilidades para que sean las propias escuelas quienes instalen desde su interior las mejoras que requieren.

Por supuesto que todo puede ser perfeccionado, de hecho, la propia ley establece que dentro de tres años se debe revisar el funcionamiento de la estrategia para hacer las modificaciones necesarias, y la misma se plantea en base a la teoría del cambio, para ir incorporando los aprendizajes con cada nueva experiencia. Sin embargo, lo fundamental es que esta estrategia permite generar acuerdos y crea un relato del cual los distintos actores se pueden hacer parte para así fortalecer la educación pública.

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