Alfredo Moreno, ministro de Desarrollo Social: "Lo importante es que haya transparencia y claridad, para que todos tengamos confianza"

Secretario de Estado confía en el trabajo que realizan la PDI y la fiscalía para esclarecer la muerte de Camilo Catrillanca. Y hace un llamado a perseverar en el camino trazado por el Plan Araucanía.


"No podemos perder lo que hemos avanzado", subraya una y otra vez -casi como un mantra- el ministro Alfredo Moreno, al ponderar el impacto de la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca en el desarrollo del Plan Araucanía, iniciativa primordial del gobierno de Sebastián Piñera que le toca encabezar desde Desarrollo Social.

Consciente de que el episodio de Temucuicui amenaza las confianzas que se habían construido entre distintos sectores en la región, Moreno apuesta porque la investigación que realizan la PDI y el Ministerio Público entregue resultados que "no den lugar a dudas".

"Este es un conflicto que tiene muchísimos años y muchísimos aspectos. Logramos avanzar en algo crucial, se habían acercado los distintos grupos que conviven en la región, y esos grupos, además, habían recuperado su confianza en las instituciones", plantea el ministro al establecer el grado de avance del Plan Araucanía antes del operativo del miércoles. "Hay un cambio en la sensación anterior de que este es un conflicto sin solución. Ahora, hay una sensación de que es un conflicto que puede resolverse, aunque puede tomar muchos años", añade Moreno, quien durante esta entrevista mantiene contacto con la familia de Catrillanca para conocer detalles del funeral que se efectuó ayer.

¿Qué impacto genera lo ocurrido en el plan? Usted ya decía en la semana que va a provocar un efecto.

Tanto el impacto del hecho mismo como lo que hemos visto después con los atentados es un momento difícil. Obviamente, hay un impacto emotivo de la muerte de un joven, que nadie quisiera que ocurriera. Me imagino la pena de sus familiares, de quienes lo querían, de la gente que vive en ese lugar. Lo mismo para aquellas personas que antes fueron asaltadas, o quienes después sufrieron la pérdida de la escuela, el hotel, las capillas. Pero, por otro lado, ha surgido también con mucha fuerza la idea de que no podemos perder lo que hemos avanzado. Tenemos que redoblar los esfuerzos para perseverar en el camino que llevamos.

Su gestión frente al Plan Araucanía tiene una valoración transversal. Sin embargo, los mismos que destacan su labor, dicen que el plan es incompatible con la figura del denominado Comando Jungla.

Este es un problema que tiene muchas facetas y que hay que enfrentarlas todas al mismo tiempo. Por supuesto que interesa el desarrollo económico, el reconocimiento de una cultura. Hay problemas históricos y culturales también. Pero uno de ellos, y que es esencial en la vida de cualquier chileno, en La Araucanía o en cualquier otro lugar, tiene que ver con la paz y la tranquilidad para desarrollar cualquier actividad. Y eso el Estado tiene que proveerlo. Y la gente lo pide, lo piden las comunidades mapuches y las personas no mapuches. Entonces, la labor de Carabineros, de los tribunales, de la fiscalía, es muy importante y naturalmente que tienen que estar al nivel del desafío que tienen al frente. Esto, además, no es una cosa que se inició en este gobierno, sino en el gobierno anterior, las Fuerzas Especiales se instalaron en La Araucanía en 2013, siguieron en 2015, han tenido un incremento con el gobierno actual.

¿Es proporcional el actuar del Comando Jungla?

Digamos primero que no se llama Comando Jungla, sino que la prensa lo bautizó así y quedó pegado ese nombre. Pero la respuesta de Carabineros es proporcional a la dificultad que tiene que enfrentar. Sobre esto, desgraciadamente, la información que se entrega a veces no se ajusta a la realidad. Se habla de 200 carabineros en el operativo, pero el máximo llegaron a ser 40 y en el enfrentamiento había cinco carabineros, de los cuales uno conducía el vehículo. Pero más allá de eso, y más allá de los errores que pudo tener un funcionario u otro frente a un procedimiento, lo global es que todos en La Araucanía quieren más seguridad, quieren más paz.

¿Cuánto influye en su trabajo en el Plan Araucanía la baja credibilidad que hoy tienen Carabineros y la fiscalía tras la Operación Huracán?

Fue muy duro lo de la Operación Huracán, pero también hay otros antecedentes anteriores. Si uno dijera cuál es el principal problema para dar el primer paso hacia un acuerdo, es la desconfianza entre los distintos grupos. Ese es el mayor problema. Y por supuesto que toda esa historia antigua pesa. Y por eso, cómo se resuelva lo ocurrido con Camilo Catrillanca también es importante. Independiente de lo que ha pasado en el hecho mismo, lo que se ha hecho es positivo: están trabajando la PDI, dos fiscales, ha estado presente al Instituto de DD.HH. desde el primer momento, desde que se hizo la autopsia se le pidió a una persona de la familia que estuviera en el lugar y que participara en todas estas etapas, de manera tal que los hechos después fueran incontrovertibles.

¿La forma en que se resuelva el caso puede marcar un hito para el futuro del Plan Araucanía?

Por supuesto. La muerte de un joven de 24 años, la pérdida de una vida, no puede pasar desapercibida. Por eso, el cómo lo enfrentamos es importante. Pero como le dije antes, ha sido un momento en que la gente también se ha dado cuenta de que lo que se ha avanzado es muy valioso y no se puede perder.

¿Es razonable que el Comando Jungla opere ante un delito común?

En este caso hay que considerar que los autos robados fueron llevados a un lugar donde después los carabineros fueron atacados, según la información que se conoce. Donde, además, en las semanas anteriores hubo un evento exactamente igual, donde también hubo un enfrentamiento donde quedó herida una persona. El equipamiento de este comando lo que tiene es una mucho mayor protección, vehículos blindados, y una vestimenta que los protege muchísimo más que a otros carabineros comunes y corrientes. Obviamente, toman mayores precauciones, porque la situación es más compleja y difícil.

Se reveló que los carabineros del operativo no portaban cámaras. ¿Incumplieron el protocolo?

No lo sé. Entiendo que algunos de ellos tienen cámara y otros no, no sabría decirle.

¿Cuánto afecta su trabajo que no existan certezas sobre lo que sucedió el miércoles en Temucuicui?

La justicia tiene sus tiempos y uno poco puede decir sobre eso. Entiendo que estuvieron hasta las ocho de la mañana en interrogatorios, por lo que creo que lo están haciendo lo más rápidamente posible. Mientras más rápido lo sepamos, bien, pero la justicia tiene sus tiempos, tiene sus posibilidades prácticas de cómo hacer las cosas. Pienso que lo importante es que haya la transparencia y la claridad, para que todos tengamos confianza.

Si finalmente se comprueba que Catrillanca no participó en el asalto o que la respuesta de Carabineros no fue proporcional, ¿hasta qué punto queda en entredicho la autoridad de Carabineros?

Hay que esperar los resultados y una vez conocidos corresponderá ver las medidas que tienen que tomar, ya sea la justicia, Carabineros o quien sea. Recordemos que aquí cuando asumió este gobierno teníamos la Operación Huracán sin ninguna consecuencia para Carabineros. Y una de las primeras cosas que hizo el Presidente fue precisamente tomar las medidas correspondiente a la gravedad de lo que había sucedido y hacer los cambios que permitieran que Carabineros volviera a ser una institución que tuviera todas las condiciones para poder operar. Como dije antes, aquí está trabajando la justicia, aquí ha estado una persona de la familia, el INDH, la PDI. Todos los elementos, de manera tal que sea completamente transparente y lo más rápido posible.

Tras los testimonios de los profesores que fueron víctimas del robo de vehículos en Ercilla surgió mucha incredulidad en redes sociales y también en La Araucanía. ¿Cómo se combate esa sensación?

Ya está dicho que una parte muy importante del problema aquí, más allá de los problemas objetivos, que uno podrá discutir o podrá diferir de algunos de ellos, es la desconfianza entre las partes. Por eso es tan importante juntarlos, conocerse, que las personas tengan los nexos y que puedan confiar los unos en los otros. En este caso, yo confío plenamente en las instituciones, pero a la gente allá hay que hacer todo lo posible para que estén absolutamente tranquilos, de que la información es exactamente la que es, que lo que se determine no dé lugar a dudas. Aquí hay mucha gente, además, que se aprovecha de las circunstancias y que hace rumores y habla irresponsablemente sin tener la información. Creo que la única manera de contrarrestar eso es con información clara, abierta y que todo el mundo la pueda ver.

Hace un tiempo se reunió con Víctor Ancalaf, exvocero de la CAM. ¿Qué encontró en esa otra mirada? Por ejemplo, en cómo ven ellos los hechos de violencia que hay en la zona.

Hay personas que piensan que la justicia de sus planteamientos justifica la violencia. Yo veo que la justicia de los planteamientos es parte de un diálogo necesario que tenemos que tener. Lo que la gente ha vivido, no hablemos de los últimos siglos, sino las últimas décadas, en términos de discriminación, de abandono, son importantes, y eso es algo que el pueblo chileno tiene que reconocerlo, verlo y corregirlo. En eso hay mucho que hacer. Pero también hay que entender que la justicia de los planteamientos, aunque fuera ciento por ciento justa, no justifica la violencia.

¿A usted le hace sentido cuando se plantea que el Estado chileno está en deuda con el pueblo mapuche?

Yo creo que tenemos una deuda con el pueblo mapuche. Partiendo por el desconocimiento, que es muy fuerte. Conocemos más de los incas, de los egipcios, los romanos o los reyes españoles que de nuestro pueblo mapuche. El pueblo mapuche es una proporción relevante de nuestra población y tenemos que tener una nueva manera de relacionarnos, que tiene que partir por respetarnos y conocernos.

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