Política

El cortocircuito entre Boric y Jara que tensiona la recta final de la campaña

La nueva arremetida del Mandatario contra Kast volvió a evidenciar su desconexión con la campaña presidencial oficialista y los distintos intereses que tienen él y su exministra. Mientras Boric está enfocado en su legado, Jara busca alejarse lo más posible del gobierno para tener opciones reales en un eventual balotaje.

El cortocircuito entre Boric y Jara que tensiona la recta final de la campaña

La tarde del lunes pasado, el Patio de los Cañones en La Moneda se llenó de overoles de colores fluorescentes. Eran los representantes de los más de 21 mil recolectores de basura que asistieron al acto de promulgación de la ley que reconoce su tarea, mejora sus condiciones de trabajo e incentiva un incremento de sus sueldos, que encabezó el Presidente Gabriel Boric.

La iniciativa fue impulsada por la exministra del Trabajo y Previsión Social Jeannette Jara -actual candidata presidencial del oficialismo y la DC-, quien, por razones de prescindencia política, no fue invitada al acto en Palacio ni mencionada en el discurso del Mandatario.

Boric, sin embargo, se las ingenió para meter el tema presidencial en su alocución.

“Hay algunos que dicen que da lo mismo el gobierno, porque al otro día igual hay que trabajar. Por supuesto que al otro día hay que trabajar, pero no da lo mismo hacerlo con un gobierno que garantiza derechos, que avanza en mejores condiciones laborales, que aumenta el sueldo mínimo, que mejore la distribución de la riqueza, con otro que, eventualmente, recorte derechos”, dijo el Gobernante, en una clara alusión a la propuesta del candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien prometió que, de ser gobierno, recortaría el gasto fiscal en seis mil millones de dólares en 18 meses.

El Presidente Boric, el lunes pasado, durante la promulgación de la ley que reconoce el trabajo de los recolectores de basura.

Tras la ceremonia, la directiva del gremio de los recolectores de basura partió caminando al comando de Jara -en calle Londres- a agradecerle a la exministra su rol en la nueva legislación. “Estoy muy agradecida y bien emocionada de que estén acá (...). Espero que, si soy Presidenta, podamos implementar esta ley en conjunto”, les dijo Jara en el encuentro.

Hasta ese momento era un día redondo para el comando. Antes de la sorpresiva visita, la candidata -con un look más cuidado y elegante- había presentado una nueva fase de su campaña y se preparaba para recibir a la directiva del Colegio Médico.

Pero las críticas de Boric a Kast -la tercera que hacía en menos de un mes- se tomaron rápidamente la agenda política, dejando nuevamente a Jara en una posición incómoda.

Volvían a fallar los vasos comunicantes entre la sede del Ejecutivo y el comando de calle Londres 76.

Los voceros golpean la mesa

La conclusión del equipo estratégico, liderado por el sociólogo Darío Quiroga, fue rápida: Boric volvía a darle tribuna al líder republicano, esta vez, en un momento en que su campaña recibía fuego cruzado de Chile Vamos y era amenazada por el candidato del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, según indicaban las encuestas. De paso, volvía a dejar a Jara en un segundo plano y la sacaba de su track de campaña.

Pero lo que más molestó a Jara y su team fue el hecho de que ya habían pedido al Presidente -a través de sus asesores- que no enfrentara al líder republicano. La primera vez fue el 30 de septiembre, cuando en plena cadena nacional de la presentación del Presupuesto 2026 calificó de “irresponsable” la propuesta de recortar US$ 6 mil millones. La segunda fue el 17 de octubre, cuando criticó la polémica columna del principal asesor republicano, Cristián Valenzuela, titulada “Parásitos”.

Desde La Moneda transmitieron al comando que había sido una “improvisación” del Presidente, que no existía una estrategia elaborada por el círculo de Boric y que sus dichos habían sorprendido a todos, incluida a la vocera de gobierno, Camila Vallejo, militante PC y cercana a su excompañera en el gabinete. La jefa de comunicaciones de la campaña de Jara, Susana González, fue hasta hace poco tiempo la jefa de gabinete de Vallejo -y una de las personas de su estricta confianza-. Por eso, para muchos resultaba incomprensible que no hubiera existido coordinación.

Pero tal como expresó la senadora Alejandra Sepúlveda, portavoz de Jara, el martes en el programa Desde la Redacción de La Tercera, no existe una coordinación formal entre ellos y La Moneda. Esta fue una decisión estratégica de autonomía del comando adoptada hace un tiempo por el petit comité de la candidata.

Sí, reconocen de ambas veredas, hay canales informales con la sede del Ejecutivo, donde el interlocutor es el jefe de gabinete de Jara, el socialista Jorge Millaquén (cercano al ministro del Interior, Álvaro Elizalde), además de Quiroga y González.

“El Presidente es como es, suele improvisar y hacer cosas que le nacen y que nadie podría aconsejarle hacer”, señala una fuente de La Moneda -recordando su punto de prensa sobre el caso Monsalve, que duró cerca 55 minutos y dejó con más dudas que respuestas-.

A pesar de las explicaciones, este tercer espolonazo evidenciaba poca empatía del Jefe de Estado con la campaña. Salir a poner los puntos sobre las íes fue la decisión tomada esa tarde en el sexto piso de la casona en el barrio París.

Esa misma noche del lunes, en el programa Tolerancia Cero, de CNN Chile, el senador y vocero de Jara, Ricardo Lagos Weber (PPD), fue claro en el punto. “Nos genera un ruido, nos distrae y succiona la energía comunicacional. Yo preferiría que tratáramos de mover bien las clavijas para mejorar la gestión hasta el último día de gobierno”, advirtió.

“La mejor ayuda que nos puede hacer el gobierno es hacer bien su pega, si no es como el abrazo del oso”, afirmó la senadora Alejandra Sepúlveda, el martes en Desde la Redacción, de La Tercera.

Lluvia de tesis

El martes Kast recogió el guante y acusó al Presidente de dedicarse a “ser el jefe de campaña de Jara” y en los días siguientes fue subiendo el tono contra Boric.

Desde la oposición, en tanto, insistieron en la idea de que el Jefe de Estado estaba levantando a Kast, pero con distintas tesis.

“Lo único que no quieren es que yo pase a segunda vuelta, porque saben que yo le gano a Jara sí o sí”, dijo la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, el viernes en radio Biobío.

Para otro grupo de dirigentes de la oposición, entre ellos el presidente del Senado, Manuel José Ossandón, la razón era que un próximo gobierno de Kast le haría más fácil el camino a Boric en su intención de volver a La Moneda en 2030.

Desde el oficialismo hubo otras tantas interpretaciones. Una de estas planteaba que, al ver que ningún presidente de partido ni parlamentario estaba sacando al pizarrón a Kast, él había tenido que hacer el trabajo sucio. Otra fue que, en medio de la crisis por los cobros excesivos en las cuentas de electricidad -que terminó con la caída del ministro de Energía, Diego Pardow-, el Segundo Piso buscó desviar la atención mediática con sus críticas a Kast.

Los analistas políticos también se hicieron un festín con otras hipótesis. Para Pepe Auth, por ejemplo, la intención de Boric es erigirse como uno de los principales líderes y referentes de la centroizquierda, tal como en su momento lo fue Ricardo Lagos y en la actualidad Michelle Bachelet -quien se replegó de la contingencia para postular al máximo cargo de Naciones Unidas, dejándole el camino abierto.

Intereses cruzados

Lo cierto es que los cables de Boric y Jara volvían a cruzarse, evidenciando dos estrategias contrarias entre ambos.

Fuentes de Palacio señalan que el Presidente está hoy enfocado en terminar de la mejor forma posible su gobierno, mantener la bandera en alto hasta el último día, tal como lo ha expresado en público y en privado, y defender y resguardar su legado. En esa pulsión se enmarcaría su actual protagonismo.

El plan de la Presidencia incluye una agenda cargada de inauguraciones y actos en distintas regiones, además de varios viajes al extranjero, entre ellos, a Corea del Sur, la próxima semana, donde asistirá a la cumbre de APEC.

La ruta de Jara, en tanto, es completamente distinta. Ella y su círculo de hierro saben que, ante un balotaje -que todos dan por hecho-, su única posibilidad de ganar es traspasando las fronteras del actual porcentaje de apoyo a Boric, el cual fluctúa entre un 25% y un 30%. La exministra deberá salir a buscar los votos de los seis candidatos que queden en el camino el próximo 16 de noviembre.

Por ello, saber diferenciarse del gobierno es uno de los objetivos diarios del equipo de estrategia, donde el diagnóstico es que La Moneda es un “pasivo” para la campaña.

Su plan es compartida en La Moneda, de ahí que la instrucción a los ministros es no polemizar con la candidata, lo que, salvo el ministro de Vivienda, Carlos Montes (PS), se ha cumplido a cabalidad.

Tibia relación

El impasse de esta semana reveló, además, la tibia relación entre el Jefe de Estado y su exministra estrella, la cual comenzó a evidenciarse cuando Jara criticó el hecho de que el Presidente haya usado la cadena nacional para atacar a Kast. “No es mi estilo”, dijo a fines de septiembre en el programa Candidato, llegó tu hora, en TVN.

“Yo no soy la candidata de la continuidad, porque soy la líder de una alianza mucho más amplia que la que este gobierno logró conformar”, señaló Jara hace dos semanas, en una entrevista a La Tercera.

En el oficialismo era un secreto a voces que Carolina Tohá (PPD) era la carta presidencial de Boric, lo cual quedó patente con su pomposa salida del gobierno el pasado 4 de marzo. Para él y su círculo cercano, la entonces ministra del Interior era la figura mejor preparada para enfrentar a la derecha en una carrera muy cuesta arriba. También quien podría darle proyección a la coalición.

La irrupción de la dirigenta comunista, con un estilo muy parecido al de Bachelet, volvió a echar un plan inicial de Boric por la borda, primero, al lograr -a contrapelo de la directiva de su partido- ser ungida como presidenciable y luego al arrasar en las primarias oficialistas con más del 60% de los votos.

En elecciones anteriores, La Moneda ha sido un gran aliado de sus respectivos candidatos, pero también han tomado distancia. Hace cuatro años, a Piñera y a su gobierno se le cuestionó por no tener una actitud más decidida a favor de Kast frente a Boric, y en la campaña de segunda vuelta fue evidente la falta de sintonía con el líder republicano, quien había sido muy crítico a sus dos gobiernos

Al revés, y yendo más atrás en el tiempo, a fines de 1999 y principios del 2000, se recuerda una jugada magistral de José Miguel Insulza -entonces ministro de la Segpres del gobierno de Eduardo Frei- en favor del candidato de la Concertación, Ricardo Lagos, quien se enfrentaba a un duro balotaje frente a Joaquín Lavín. En una disputa voto a voto, el “pánzer” puso suma urgencia a un proyecto de reforma laboral que puso entre la espada y la pared a Lavín y a los parlamentarios de la UDI. Ahora, las cosas están por verse.

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