Felipe Kast, senador de Evópoli: "Muchas personas, en vez de apoyar a Piñera, han optado por darle la espalda"

Felipe Kast
Foto: Mario Téllez

El parlamentario dice que su partido ha dado "sustento al gobierno" durante la crisis. Además, asegura que se la jugará por una nueva Constitución, pero que esta "debe ir de la mano de una reforma estructural al Estado".


Pese a que no se logró sellar un acuerdo complementario para el proceso constituyente, el senador de Evópoli Felipe Kast valora el consenso inicial y dice que su partido se la va a jugar por el sí en el plebiscito de abril. Además, analiza la forma en que el oficialismo ha enfrentado la crisis y, en particular, el rol de su colectividad, a la que define como "sustento del gobierno".

La búsqueda de un acuerdo complementario tensionó las conversaciones en los últimos días. En la decisión de Chile Vamos de dar por finalizadas las negociaciones, ¿primó la negativa de la UDI para abrirse a materias como escaños para pueblos originarios?

Se han tomado como principios orientadores dos cosas: cuidar y honrar el acuerdo suscrito ese 15 de noviembre, y cuidar la unidad del sector. Por lo tanto, lo que se ha definido en los últimos días es circunscribir la posición de Chile Vamos a aquello que fue firmado el 15 de noviembre.

Se ha dicho que primó un poder de veto de la UDI, dado que Evópoli y RN ya se habían abierto, por ejemplo, a los escaños reservados...

Evópoli cree en tener escaños para los pueblos originarios, y la forma de hacerlo es respetando la proporcionalidad de una persona, un voto. Lo que hemos acordado es darle viabilidad al acuerdo en esta primera etapa. Cualquier modificación futura tendrá que regirse por la Constitución y las normas vigentes.

¿Corrió riesgo el acuerdo original en estos días?

Es natural que se generen debates. No creo que el acuerdo haya estado en riesgo.

El acuerdo original contempla un plebiscito de entrada. A la luz de las encuestas, se puede proyectar que va a ganar el sí. ¿Usted tiene definido cómo va a votar?

El plebiscito va a generar un sano debate sobre la Constitución actual y una Constitución nueva. En ese debate, hemos decidido como Evópoli votar por el sí y promover una Constitución democrática, que no sea de izquierda ni de derecha, sino que le dé cabida a todas las posturas; una Constitución liberal y democrática que permita a todos los sectores políticos sentirse interpretados.

¿Qué elementos tiene que tener esa Constitución "liberal y democrática"?

En lugar de entrar con lápiz de escribir, a la Constitución actual hay que entrarle con goma de borrar. Espero que seamos todos muy honestos en que la nueva Constitución por sí misma no va a resolver los problemas que aquejan a Chile, sino que tiene que ir de la mano con un nuevo Estado. Si la nueva Constitución no viene de la mano con una reforma estructural al Estado, que permita a la democracia generar más justicia, servicios públicos de excelencia, sacar a los operadores políticos y lograr que la misma excelencia que vemos en el Banco Central la veamos en la salud y la educación públicas, vamos a haber fracasado en la posibilidad de estar a la altura de lo que el estallido social le exige a la política.

¿Tiene algún temor o aprensión sobre lo que apruebe la convención constitucional?

Nosotros estábamos convencidos de que, para que ese órgano constitucional pudiese funcionar bien, era fundamental que las normas sean aprobadas por 2/3. Ese mecanismo -que se ha utilizado en muchas partes del mundo- permite que las minorías no sean aplastadas por las mayorías. Este acuerdo tiene la virtud de que va a permitir construir una Constitución con las prioridades más importantes de cada sector, que va a buscar el mínimo común denominador de los distintos sectores.

Mientras RN -Mario Desbordes, en particular- aparece liderando conversaciones y acuerdos con la oposición, la UDI se ve más como el escudo de los principios de la derecha. ¿Cómo definiría el rol de Evópoli en esta crisis?

A Evópoli le tocó asumir un rol crucial de responsabilidad y de conducción en el país en el momento más complejo desde el retorno a la democracia. El hecho de que tengamos -sin haberlo buscado activamente- a dos ministros, uno a cargo del tema económico y el otro, de la conducción política y la seguridad ciudadana, nos ha significado jugar un rol de ayudar a la unidad al interior de Chile Vamos y articular conversaciones con la oposición para sacar adelante acuerdos tan cruciales como el constitucional. Y en eso también agradecerle a la oposición, al presidente del Senado, a la DC, el PPD, el PS y RD, con quienes nos tocó dialogar intensamente.

En esos diálogos ustedes han tenido un perfil más bajo que el que tuvieron otros partidos, como RN...

Nos ha tocado jugar un rol menos mediático y de mayor responsabilidad por la complicidad que sentimos con nuestros ministros y con el gobierno. Nuestro rol como partido ha sido darle sustento al gobierno y viabilizar que esos acuerdos puedan llegar a puerto. Le agradezco a todos los parlamentarios de Evópoli; ninguno de ellos ha estado preocupado de los medios de comunicación, de sacar algún rédito político; tampoco los ministros, sino que han estado 100% abocados a colaborar para que nuestro país salga adelante. Eso habla de un partido que, en los momentos más complejos, ha estado a la altura y no mirando la calculadora electoral, sino mirando la responsabilidad que tiene sobre sus hombros.

El próximo año habrá varios procesos electorales. ¿Cómo cree que está preparado Chile Vamos para enfrentar esos procesos?

Estoy convencido de que los próximos 12 meses van a definir los próximos 30 años de Chile. Va a ser una elección muy distinta a otros años, donde había una cierta apatía con el mundo político. Creo que lo único que queda en nuestras manos es redoblar los esfuerzos, trabajar para poder convocar a muy buenas personas tanto en la elección municipal como -principalmente- en la elección de la (convención) constitucional.

A su juicio, ¿cómo ha enfrentado la crisis el Presidente Piñera?

Es fácil ser general después de la batalla. Al Presidente le tocó vivir algo que a ninguno de los políticos que conozco le habría gustado vivir. Ha habido también mucha mezquindad en este episodio y muchas personas que, en lugar de apoyar al Presidente Piñera en el momento más difícil, han optado por darle la espalda. Es refácil ser leal cuando un Presidente tiene el 50% de aprobación; es bastante más difícil mantener esa lealtad cuando un Presidente tiene un 10%. Y no se trata solamente de una persona, se trata de la institucionalidad del Presidente de la República.

Hay un tema que cruza las acusaciones constitucionales contra el Presidente Piñera y el exministro Andrés Chadwick: las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos, en que se responsabiliza directamente a la autoridad. ¿Cómo analiza usted ese tema?

De los hechos más dolorosos que hemos vivido en las últimas semanas ha sido la violación a los derechos humanos. Y más allá de que la justicia tiene que investigar y sancionar, son un hecho real y muy doloroso para nuestro país. Yo valoro que la reacción del gobierno frente al informe de Human Rights Watch (HRW) haya sido no solamente de apertura, sino de compromiso, para que no exista impunidad. Y creo que el informe es muy decidor en las causas que están detrás de esta realidad dolorosa, y es que llevamos 20 años sin haber profesionalizado a nuestras policías, sin haber cuidado que exista la formación y los protocolos adecuados. Más allá de que esa es una labor fundamental, me quedo con que nuestra democracia se tiene que fortalecer con un compromiso irrestricto con los derechos humanos. El respeto a los derechos humanos y el orden público son dos obligaciones que van de la mano: ni una ni la otra puede abandonarse jamás.

La reacción del gobierno frente al informe de HRW fue diametralmente distinta a la que tuvo ante el reporte de Amnistía Internacional. Sobre este último, pareciera que el gobierno negaba las violaciones a los derechos humanos. ¿Por qué cree que pasó eso?

Creo que lo relevante es que el gobierno, en estas materias, tome acciones. Hay una serie de medidas; la Subsecretaría de DD.HH. ha formado una mesa de trabajo que no se queda simplemente en los casos denunciados, sino que busca fortalecer los mecanismos, los protocolos, para que, en el futuro, los episodios que hemos visto no se vuelvan a repetir. Desde la invitación que hizo a la ONU, desde la realidad de hacerse cargo de este tema y no simplemente esconderlo, el gobierno ha actuado con proactividad.

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