Política

Pactos de derecha logran marca histórica en la Cámara y oficialismo sufre su peor derrota

Incluyendo al Partido Demócratas, ambas coaliciones consiguieron 76 diputados, rozando el quórum de mayoría simple. Si prosperan negociaciones con los 14 legisladores del Partido de la Gente, llegarían a 90 votos, lo que les permitiría tener votos suficientes para reformas constitucionales.

RENE LESCORNEZ

Nadie sabe para quién trabaja.

A 10 años de la Ley 20.840, que instaló un sistema electoral proporcional con el fin de ampliar la representación del llamado progresismo, en esta ocasión, las fuerzas de derecha salieron favorecidas, ya que lograron romper el techo histórico que tenían en la Cámara de Diputados.

Aquella reforma de 2015, impulsada por la segunda administración de la Presidenta Michelle Bachelet, tenía como objetivo central romper el desempate entre oficialismo y oposición que propiciaba el sistema binominal.

Entonces, predominaba la suposición de que las fuerzas de izquierda y centroizquierda conformaban una mayoría social en el país, por lo que al ampliar los escaños (idealmente por números impares), lograrían tomar un control indiscutido de la Cámara, reduciendo la participación de la derecha y terminando con el estatus quo especialmente en materia de modificaciones a la Constitución.

Todas aquellas premisas se derribaron la noche del domingo.

A pesar de haber competido en dos listas y a pesar de su diversidad ideológica, los siete partidos que fijan su domicilio en la oposición a Gabriel Boric (sin contar al PDG), eligieron 76 de los 155 diputados, lo que equivale a un 49% de la Cámara.

En todo caso, en ese rebaraje de las derechas, la lista que estaba detrás de las candidaturas de José Antonio Kast y Johannes Kaiser superó a la Chile Vamos.

Los republicanos lograron 31 diputados; los socialcristianos 3; y los libertarios 8; mientras que la UDI obtuvo 18, RN 13, Evópoli 2 y los Demócratas sacaron una legisladora.

Si la política de alianzas y negociaciones de estas dos listas de la actual oposición prospera con los 14 legisladores del PDG (algunos de los cuales por ideario son más cercanos a la derecha), podrían alcanzar 90 votos.

Ese alineamiento de fuerzas, sin embargo, dependerá de quién gane la segunda vuelta presidencial, por lo tanto, ese encuadre todavía es suspenso.

Con todo, los pactos de derecha más el PDG ya tienen más del 50% para aprobar las leyes simples, leyes orgánicas (78 votos) y reformas a la Constitución (89 votos).

Independiente de cuál sea el desenlace de las alianzas, el avance de las derechas ya tiene ribetes históricos.

Por el contrario, los 64 diputados que lograron conseguir las fuerzas de izquierda y centroizquierda, constituye una debacle histórica pues solo lograron el 41% de la conformación de la Cámara.

Las únicas cuentas alegres son las del PPD y la DC, el Frevs que retuvieron sus escaños o bien crecieron algunos cupos. El PS, el PC y el Partido Liberal tuvieron un retroceso de uno a dos escaños. El resto de la caída se explica por la baja del Frente Amplio de 23 a 17 cupos y por otros partidos de izquierda como humanistas y ecologistas que no lograron representación.

Nueva hegemonía

Entre las décadas de van desde 1990 a 2010, la Concertación siempre tuvo un predominio claro en la Cámara Baja (entre 70 y 62 diputados de un total de 120).

No obstante, esa hegemonía fue desafiada en las elecciones de 2009, donde la derecha, entonces bajo el nombre de Coalición por el Cambio logró 58 de 120 diputados (48,3%). En aquella elección, la antigua Concertación sacó 57 escaños, pero de los cinco cupos restantes, cuatro de ellos habían sido parte de ese conglomerado. Frente a ello, el gobierno de Sebastián Piñera cerró un acuerdo con independientes y el PRI, integrados por exmilitantes DC, para hacer un acuerdo de gobernabilidad y tomar el control de la Cámara.

Aun así, el gobierno de Piñera y los partidos de derecha no superaban el 50% de esta rama del Congreso, por lo que siempre estuvieron a merced de los vaivenes de independientes y grupos no alineados. De hecho, ese factor pesó en la acusación que se aprobó en contra el exministro de Educación, Harald Beyer, en 2013.

En 2017, la derecha también estuvo cerca de romper su techo. Gracias al impulso que brindó la segunda elección de Piñera, su sector, que ya había adoptado el nombre de Chile Vamos, logró 72 de 155 escaños (46,4%).

En esa ocasión, debutó el nuevo sistema electoral que elevó los asientos en la Cámara. Si bien la derecha era el pacto más grande, las izquierdas y fuerzas de centroizquierda seguían siendo mayoría. A la administración piñerista, sin embargo, le favoreció ese fraccionamiento, en el que ya era patente la irrupción del Frente Amplio.

Rostros de la nueva Cámara

Dentro de las nuevas figuras que llegan a la Cámara están los exalcaldes Carlos Cuadrado (PPD) e Irací Hassler (PC); el psicólogo Gustavo Gatica (indep. PC); y el exconvencional Jaime Bassa (FA).

En la derecha, las principales caras nuevas son la académica Constanza Hube (UDI), Francisco Orrego (RN), el general (r) Enrique Bassaletti (indep. republicano) y José Antonio Kast Adriasola, hijo del candidato presidencial.

El Partido de la Gente se anotó con los triunfos del periodista Javier Olivares -en la Quinta Cordillera- y de Cristián Contreras, más conocido como Doctor File, en el distrito 8 de la Región Metropolitana.

Los diputados con mayor votación son Pamela Jiles (PDG), Ana María Gazmuri (AH), Gonzalo Winter (Frente Amplio), Álvaro Carter (republicano) y Ximena Ossandón (RN), el mismo Gatica (indep. PC) y Agustín Romero (republicano)

En términos porcentuales, sin embargo, destacan los electos por el pacto de Unidad por Chile, Sebastián Videla (liberal), Luis Malla (liberal), y Daniel Manouchehri (PS).

Alianzas

Con estos nuevos cuadros y el reequilibrio al interior de la Cámara Baja, en la derecha se proyectan dos potenciales alianzas: la de los partidos que sustentaron las candidaturas de Kast y Johannes Kaiser -republicano, socialcristiano y libertario-; y los que tuvieron como abandera a Evelyn Matthei: UDI, RN, Evópoli, Demócratas y Amarillos.

De hecho, estos cinco partidos ya vienen trabajando de manera coordinada al interior de la Cámara.

Por el lado de la izquierda, si bien han existido distintas voces de este mundo que han abogado por mantener el pacto electoral que conformó la alianza de gobierno con la Democracia Cristiana, hay otros que han sugerido que eso se resuelva luego de las elecciones.

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