Las olas de calor en Europa obligan a volver al carbón y al gas natural

Esta semana, un incendio forestal ardió cerca de unas turbinas eólicas en Alemania. FOTO: ANNEGRET HILSE/ REUTERS

Las temperaturas récord y la falta de lluvias hacen que los ríos estén bajos y calientes, interfiriendo en la generación de energía hidroeléctrica y nuclear. Este mes, Europa ha sufrido con máximos históricos en algunas zonas del Reino Unido y con un calor abrumador que ha calcinado los bosques de Francia, España y otros países. La necesidad de recurrir a los combustibles fósiles también está complicando los objetivos del continente para reducir las emisiones de carbono.


Las intensas olas de calor de este verano en Europa están contribuyendo a agravar un gran problema energético.

Las altas temperaturas, combinadas con la escasez de lluvias en muchas partes de Europa, están incrementando la demanda de energía y dificultando su generación, especialmente la hidroeléctrica y la nuclear. Esto obliga a las empresas de servicios públicos a quemar más carbón y gas para mantener el ritmo, lo que complica los esfuerzos del continente por reducir el consumo de gas natural ruso, ya que el Presidente Vladimir Putin está cerrando lentamente el grifo.

La necesidad de recurrir a los combustibles fósiles también está complicando los objetivos del continente para reducir las emisiones de carbono que, según los científicos, están aumentando la temperatura global, lo que podría convertirse en una constante retroalimentación positiva con temperaturas más altas que aumenten aún más las emisiones.

“Hay que aumentar la generación de gas y carbón para satisfacer el incremento de la demanda”, afirma Fabian Rønningen, analista de la empresa de investigación y consultoría Rystad Energy. “Eso está añadiendo más carbono a la atmósfera, lo que agrava el problema”, agrega.

Este mes, Europa ha sufrido una de las temperaturas más altas de las que se tiene registro, con máximos históricos en algunas zonas del Reino Unido y un calor abrumador que ha calcinado los bosques de Francia, España y otros países.

Las temperaturas en Europa aumentaron más rápido que el promedio mundial entre 2012 y 2021, una tendencia que se espera que continúe hasta el final del siglo, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Aunque el consumo de energía en Europa suele ser menor en verano debido a las mayores horas de luz y a las temperaturas templadas, las temperaturas muy altas tienden a reducir la diferencia. El consumo de energía aumentó hasta un 10% en Alemania durante algunas partes de la ola de calor, según los analistas. Para subrayar el impacto de la escasez de suministros y el aumento de la demanda, Alemania retiró, en algunas ocasiones, gas de sus instalaciones de almacenamiento a principios de este mes, en lugar de añadirlo para prepararse para un mayor uso durante el invierno.

En Francia, la Réseau de Transport d’Électricité (RTE), que gestiona la red eléctrica del país, afirma que una vez que las temperaturas alcanzan los 25 grados Celsius -equivalentes a 77 grados Fahrenheit-, el uso de ventiladores y aires acondicionados aumenta considerablemente. Durante una ola de calor, el incremento es notable. “Es como si una ciudad del porte de Burdeos se sumara a la red eléctrica por cada grado (Celsius) adicional” durante una ola de calor, dijo un representante de RTE. El área metropolitana de Burdeos tiene una población de al menos un millón de habitantes.

“La ola de calor hizo que la situación pasara de muy mala, a una extraordinariamente mala”, sostuvo Henning Gloystein, director de energía, clima y recursos de la consultora Eurasia Group.

Según los analistas, a pesar del corte en el suministro de gas, las empresas energéticas no han podido aumentar suficientemente la producción de otras grandes fuentes de energía. Muchas centrales nucleares francesas están fuera de servicio por un problema de corrosión. La energía eólica ha sido escasa en algunos lugares este verano, y la generación de energía hidroeléctrica ha bajado más de un 20% en el primer semestre del año, en comparación con el mismo periodo de 2021, de acuerdo a una estimación de Rystad Energy.

A juicio de los expertos, el aumento de la demanda durante la ola de calor se vio compensado, en parte, por el incremento de la producción de energía solar, que hace dos semanas alcanzó un récord en los 27 países de la Unión Europea. En Alemania, por ejemplo, la generación solar en julio ha aumentado más de un 30% respecto al año anterior, según datos de ENTSO-E, el operador de la red eléctrica europea.

El metro de Londres sufrió interrupciones y cierres durante la ola de calor del Reino Unido. FOTO: JOSE SARMENTO MATOS/ BLOOMBERG NEWS

Pero en muchos lugares la cantidad de energía solar en la red no ha sido hasta ahora suficiente para compensar el descenso de la energía hidroeléctrica. En Noruega, el mayor productor europeo de electricidad de origen hidroeléctrico, los fabricantes han reducido la producción para ahorrar agua para el invierno. “Ha sido uno de los peores años para la energía hidroeléctrica en Noruega”, aseguró Rønningen. “Los niveles de almacenamiento en las presas y embalses noruegos están cerca de sus mínimos históricos”, explicó. La sequía en España e Italia ha provocado un fuerte descenso de la producción hidroeléctrica este año en comparación con el anterior, mientras que los bajos niveles de los ríos en Francia y Alemania también han afectado a la producción, de acuerdo a los datos de la ENTSO-E.

Cuatro de los restantes reactores nucleares que Francia tiene en funcionamiento estuvieron a punto de reducir su producción durante la ola de calor de la semana pasada, debido a la normativa medioambiental destinada a proteger la fauna fluvial. Según las normas francesas, las centrales que utilizan agua de río para refrigerarse deben reducir su producción cuando la temperatura de este supera un determinado nivel, para evitar que el agua demasiado caliente vuelva a entrar en él. Sin embargo, cuatro centrales, tres de ellas en el Ródano y una en la desembocadura del Garona, tuvieron permiso para seguir generando a toda capacidad debido a la demanda adicional de la red eléctrica.

Los europeos intentan ahora prepararse para una futura escasez de energía, prometiendo reducir su consumo.

El martes, los minoristas franceses se fijaron el objetivo de disminuir su consumo de energía en un 10% en los próximos dos años, y prometieron, a partir de este otoño, ahorrar luz en los momentos de mayor consumo de energía, y reducir la calefacción interior cerca de las puertas de entrada.

En Alemania, el Ministerio de Economía dirigido por el político verde Robert Habeck lanzó una campaña para animar a los alemanes a ahorrar energía este verano, entre otras cosas, reduciendo el tiempo de ducha a un máximo de cinco minutos y bajando la temperatura del agua. La ciudad bávara de Augsburgo, por ejemplo, ha disminuido el alumbrado público y ha apagado las luces de edificios históricos como el ayuntamiento, la catedral y los museos. Las autoridades también están desenchufando algunas fuentes y usando agua más fría en las piscinas municipales y en las duchas de las piscinas exteriores.

“Sobre todo ahora, en los meses de verano, puedes realmente hacer algo para ahorrar energía”, señaló la alcaldesa de la ciudad, Eva Weber, en un mensaje de video dirigido a los ciudadanos locales a principios de este mes.

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