Los precios récord del gas natural sacuden a los mercados de energía

En la foto se puede ver como se introduce gas licuado a tanques de gas abastible.

La demanda china, el calor en el noroeste de la costa del Pacífico de EE.UU. y la sequía en Brasil crean focos de escasez de este combustible clave para la generación de electricidad.


La lucha por el gas natural está creando focos de escasez en el mercado global, aumentando los precios del combustible y de la electricidad generada al quemarlo.

La demanda desenfrenada de China está absorbiendo cargas de gas de Estados Unidos, después de un año en el que las empresas energéticas estadounidenses redujeron la producción. Una sequía en Brasil se ha sumado a la competencia al reducir la producción de energía de las represas hidroeléctricas.

El calor abrasador en Canadá y el noroeste del Pacífico de EE.UU. también ha elevado la demanda de gas. Y no se ha mencionado algunos lugares, como Pakistán, donde la escasez de gas y el inicio tardío del monzón de verano han provocado cortes de energía.

Europa, en particular, está sintiendo el golpe. Con buques de gas natural licuado que se dirigen a Asia, los compradores del continente han tenido problemas para reponer los tanques y las bóvedas después de un largo y frío invierno. Los niveles de almacenamiento son los más bajos para esta época del año en una década, afirmó Natasha Fielding, analista de gas de Argus Media.

El precio del gas en un centro de comercio en los Países Bajos se disparó a un récord de US$13,10 por millón de unidades térmicas británicas en julio, según datos de S&P Global Platts que se remontan al 2004. Salvo que las temperaturas sean suaves este invierno, es probable que los precios del gas se mantengan elevados a nivel mundial durante al menos otro año, según Chris Midgley, director de análisis de la firma de datos de materias primas.

“Simplemente no hay suficiente (gas natural licuado) para abastecer a Europa”, afirmó Midgley. “El GNL, que, por supuesto, proviene principalmente de Estados Unidos, está siendo llevado a Asia y también a América Latina”.

Los altos precios del gas, el carbón y los permisos de emisión—los principales costos de insumos para las centrales eléctricas— se han retroalimentado entre sí para hacer que los mercados de electricidad también se disparen. En Alemania, la economía más grande de Europa, los precios de la energía en julio subieron a alrededor de € 83,67, equivalente a alrededor de US$99,26, un megawatt por hora, según Argus. Eso está cerca de su nivel más alto en cifras que se remontan a 2000. Los precios de la energía en el Reino Unido, España e Italia se han disparado a niveles récord.

Los movimientos se encuentran entre los casos más extremos de un repunte más amplio en los mercados de energía. Los precios del crudo estadounidense han subido un 54% este año a unos US$75 el barril y los conductores estadounidenses están pagando más por la gasolina de lo que han pagado en casi siete años. El carbón térmico no ha sido tan caro en una década.

Para los consumidores y las empresas, es un doloroso recordatorio de que las facturas de energía pueden tanto subir como bajar. El salto está impulsando un ritmo más rápido de inflación, aunque los bancos centrales dicen que el efecto desaparecerá.

Los elevados precios están mermando el auge de la demanda de productos fabricados por empresas que hacen uso intensivo de energía. Las ganancias se reducen en industrias como el químico, según Benedict De Meulemeester, director ejecutivo de E&C Consultants, que asesora a las empresas sobre cómo adquirir energía.

“Las luces de advertencia empiezan a encenderse y la gente pregunta ‘¿qué está pasando aquí?’”, afirmó De Meulemeester. Las empresas farmacéuticas y automotrices que no pueden aumentar fácilmente los precios para los clientes se encuentran entre las más vulnerables, agregó.

Evonik Industries AG, un productor alemán de especialidades químicas con fábricas en todo el mundo, ha estado aislado en gran medida porque fija los precios del gas y la energía con años de anticipación, dijo Andreas Steidle, jefe de gestión de energía. Es probable que esta subida los comience a afectar el próximo año, cuando Steidle espera que la factura de energía de la compañía aumente en un 20%, acercándose al promedio en el largo plazo. El aumento de los precios del combustible, de la electricidad y de los permisos de emisión de carbono han acelerado el impulso de Evonik para adquirir energía generada a partir de sus propias plantas de energía de nueva construcción y de fuentes renovables de bajo costo, afirmó Steidle.

Por otro lado, los exportadores de gas, incluidos Gazprom PJSC de Rusia y Cheniere Energy Inc., con sede en Houston, están listos para estar entre los grandes ganadores. Las acciones de Cheniere han subido un 40% este año, mientras que los papeles de Gazprom que cotizan en Estados Unidos han subido un 41%.

Las boletas más caras de energía han hecho que se preste más atención a las propuestas de políticas de la Unión Europea para alcanzar los objetivos de emisiones del bloque, que se publicarán el miércoles. A las empresas de industrias hambrientas de energía, como el vidrio, les preocupa que las medidas puedan aumentar la presión al alza sobre los precios del carbono y así las pongan en desventaja frente a los competidores internacionales.

El fabricante de productos químicos con sede en Múnich Wacker Chemie AG asegura los precios con mucha anticipación, pero aún verá un aumento significativo en los costos de la energía este año, afirmó su vocero Christof Bachmair. Para algunos productos, la empresa transfiere automáticamente los precios de las materias primas y la energía a los clientes. Para los productos cuyos precios se establecen en los mercados globales, Wacker recibirá el golpe, afirmó.

Para las empresas que no pueden transferir rápidamente los precios de la energía a los clientes, el impacto en las ganancias podría ser considerable. El gas y la energía representan significativamente más de la mitad de los costos de insumos en la fabricación de cloro por electrólisis, afirmó Jörg Rothermel, jefe de energía y clima de la Asociación de la Industria Química Alemana.

“Actualmente, ya es un problema”, sentenció Rothermel sobre el aumento de los precios de la energía.

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