Leokadia Oreziak por propuesta de reforma previsional: "Asume una nueva y enorme carga financiera para el Estado y los empleadores"




Leokadia Or?ziak es la única integrante de la Comisión Bravo que votó a favor de volver al sistema de reparto, optando por dar fin al modelo de capitalización individual. Profesora de economía de la Escuela de Negocios de Varsovia, Or?ziak cree en un sistema en el que todas las contribuciones se utilicen para pagar pensiones actuales y dice que el gran problema hoy es la pobreza en la vejez.

¿Por qué votó por volver al antiguo sistema chileno?
Voté terminar con el sistema de AFP y reemplazarlo con un sistema reconstruido, público, basado en la solidaridad intergeneracional. Es un esquema de reparto en el que las contribuciones de los trabajadores se utilizan para pagar las jubilaciones actuales. Esta es el esencia de mi propuesta, la llamada Propuesta Global C del Reporte Final de la Comisión Bravo. Es la única de las tres propuestas entregadas por la Comisión Bravo que se basa en cálculos sólidos y minuciosos y datos confiables que vienen de instituciones oficiales de Chile y del extranjero. Esta propuesta es la única que respaldé con un modelo riguroso y completo de proyecciones, desarrollado por CENDA, que está disponible ahora no solo para investigadores y profesionales, sino a todos los individuos interesados en el asunto.

¿Cómo funcionaría pese a toda la evidencia respecto de que el reparto no es sostenible?
La Propuesta Global C sugiere reemplazar el sistema actual y convertirlo en un esquema de reparto y asume que todos los afiliados al sistema actual de pensiones de AFP sean transferidos, con sus fondos y contribuciones, a cambio de pensiones mejores, definidas, para toda la vida y sin discriminar. El monto total de las contribuciones se utilizará como ingresos para pagar pensiones contributivas sin subsidios estatales. La edad de jubilación efectiva, actualmente 70, se reduce a los límites legales, 65/60, y no se cambia. En un escenario alternativo se sube gradualmente solo un año a partir de 2030. En promedio, los beneficios de jubilación se incrementarían entre 75%-100%. Las tasas de contribución no serían elevadas hasta 2035 y después se incrementarían a 25%. No se necesitan impuestos adicionales. Al contrario, los subsidios de dinero efectivo directos e indirectos se terminan inmediatamente, generando ahorros fiscales anuales de 1,8% del PIB.

En comparación a mi propuesta, la Propuesta Global A apunta a mantener el sistema de pensiones actual gracias a subsidios de dinero estatales más altos y a un aumento significativo tanto en la edad de jubilación como en la tasa de aporte a las jubilaciones. En cuanto a la Propuesta Global B, esta asume restablecer el sistema de reparto, pero no completamente.

¿Qué opina de la evidencia internacional del sistema del reparto?
Los sistemas de distribución operan en casi 90% de los países del mundo, incluyendo a todos los países industrializados, altamente desarrollados, donde el sistema tradicional de reparto es la clave de la seguridad social. Cada cierto tiempo hay cambios paramétricos, pero no revolucionarios, que se necesitan para asegurar un buen funcionamiento. Habría que subrayar que los fondos de pensiones mandatorios no se han establecido en países capitalistas como Alemania o EEUU. Es la forma más barata de ajustarse a las cambiantes condiciones económicas y demográficas.

Pero puede colapsar...
El sistema de reparto no puede colapsar porque significaría que el Estado dejaría de existir. Los que proponen esquemas de pensión con capitalización de mercado asustan a las personas con tendencias demográficas y diciendo que las sociedades están envejeciendo. Quieren ocultar el hecho de que una sociedad que envejece afecta a los esquemas de capitalización de la misma forma que a un esquema de reparto, porque solo los que pueden trabajar pueden sostener a la gente que no. Solo los trabajadores activos pueden producir la comida, energía y bienes y servicios que los jubilados necesitan para sobrevivir. El volumen de bienes y servicios disponible para las personas en su jubilación depende no solo del número de trabajadores activos, sino también de la productividad laboral. Al ocuparse de estos dos elementos, cada Estado será capaz de asegurar pensiones en el marco del sistema de reparto. Todos los sistemas basados en inversiones financieras o especulación, crean la ilusión de pensiones. Esta puede verse golpeada por la inflación, las crisis financieras, las altas comisiones, etc.

Partiendo del sistema que tenemos actualmente, ¿qué se puede mejorar?
El objetivo general de mi Propuesta Global, presentada en la Comisión Bravo, llama a reconstruir el sistema de pensiones público basado en la solidaridad, donde todas las contribuciones sirvan para pagar las pensiones actuales. Esto es necesario para abordar el mayor problema de la actualidad: las bajas pensiones contributivas; mejorar la redistribución del ingreso y reducir la pobreza en la tercera edad y, por último, conseguir estas metas de una manera sostenible, tanto financiera como fiscalmente, en el corto y largo plazo.

¿Qué le pareció la propuesta de la Presidenta Bachelet?
La propuesta no contenía cambios sustanciales al modelo de pensiones actuales en Chile y puede verse en la práctica como un paso importante para mantener y reforzar el sistema de AFP. La mejora en las jubilaciones, prevista en la propuesta, no es significativa y podría ocurrir solo después de una década, y muchas personas morirán antes de ver mejores jubilaciones y condiciones de vida. La propuesta asume una nueva y enorme carga financiera para el Estado y los empleadores, incluyendo a las pequeñas empresas que dan trabajo a más de 80% de la población que trabaja. Los empleadores reciben la carga extra de 5 puntos porcentuales en la tasa de contribución y será una carga adicional para la sociedad chilena. Las AFP y sus administradores y gente conectada con ellos serán los mayores beneficiados de los cambios propuestos por la Presidenta, con los jubilados actuales y futuros siendo los mayores perdedores. Entiendo que temen que el esquema de capitalización no es capaz de garantizar una vejez digna y solo puede perpetuar la desigualdad. La clase media chilena, en especial, tiene miedo de caer en la pobreza en su jubilación si el actual sistema de pensiones continúa, incluso después de unos cambios cosméticos.

¿Qué piensa de la AFP estatal?
Su creación no eliminará las principales debilidades del sistema actual, porque los aportes de pensiones seguirán fluyendo hacia los mercados financieros en lugar de ser utilizados para pagar las pensiones actuales. Incluso si la AFP estatal se administra a costo cero, no es capaz de elevar las pensiones de manera significativa. Seguirán siendo muy bajas por las próximas décadas, y serán necesarios subsidios estatales de efectivo más altos para las pensiones. Al mismo tiempo, el sistema de pensiones, tanto por las AFP privadas como la estatal, seguirán transfiriendo a un volumen cada vez mayor, los sueldos e impuestos al sector financieros de Chile y el exterior y a grandes grupos empresariales. La propuesta de la Presidenta creará gastos adicionales a los empleadores y al presupuesto público y no eliminará ninguno de los mayores defectos del sistema AFP. Este sistema seguirá absorbiendo grandes recursos públicos y, a pesar de eso, no será capaz de asegurar las jubilaciones necesarias para la mayoría de sus afiliados.

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