Columna de Josefa Monge: “Una chispa”

Josefa Monge

“Este domingo, pase lo que pase, no tendremos más excusas para no ponernos de acuerdo en tantas materias que nos apremian: inseguridad, educación, productividad, crisis climática, infancia, tercera edad, salud, vivienda, pobreza, crecimiento, inteligencia artificial”.


Esta no es una columna para crear conciencia sobre el peligro de los incendios en este verano que se viene, caluroso, pero podría serlo… Tampoco para advertir sobre los riesgos de la inmovilidad del sistema político frente a los problemas sociales, económicos y ambientales, pero podría serlo…

Se trata de otra chispa, una de esperanza, porque afortunadamente la esperanza es porfiada. Y la mía es que estamos ad portas de un Chile más cohesionado, sostenible, moderno e innovador.

Muchos se preguntarán si en medio de la incertidumbre, con instituciones cuestionadas, una economía aletargada y una sociedad cansada, tendrá sentido destinar energía y recursos a la sostenibilidad, impacto e innovación empresarial ¿Podrán éstos servirnos como puente en un ambiente polarizado? Estoy segura de que sí. Es lo que vemos a diario desde la creciente comunidad de Empresas B, en los Encuentros 3xi, Icare, en el libro “Transformando Chile desde la Empresa” de USEC: el deseo de que las empresas actúen decididamente en resolver problemas y no crear nuevos; que desarrollan vínculos significativos entre sus equipos, comunidades, proveedores y clientes. Las empresas que innovan en su manera de relacionarse virtuosamente con las personas y el medioambiente, cosechan grandes ideas y soluciones de las que todos pueden sentirse orgullosos.

Como ilustra el prof. George Serafaim, en su libro “Propósito+Rentabilidad”, en 1975, el 80% del valor de mercado de las compañías del índice SP 500, correspondía a su valor libro, sus activos físicos como terrenos, instalaciones, maquinarias e inventarios. Al 2018, ellos representaban sólo el 20%. El 80% corresponde a activos intangibles, el capital humano y social, como el talento de los trabajadores, la cultura, la red de clientes, la reputación de marca y la propiedad intelectual. Este cambio nos obliga a poner la sostenibilidad, el impacto positivo y la innovación al centro de los modelos, porque hoy el éxito empresarial no se entiende a costa de las personas y el medio ambiente.

Este domingo, pase lo que pase, no tendremos más excusas para no ponernos de acuerdo en tantas materias que nos apremian: inseguridad, educación, productividad, crisis climática, infancia, tercera edad, salud, vivienda, pobreza, crecimiento, inteligencia artificial. Desde el sector público y privado saldremos al pizarrón y tendremos que poner toda nuestra capacidad técnica y voluntad para acometer juntos cada uno de estos desafíos.

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