Columna de Matías Acevedo: “Hibernación 2024″

Matías Acevedo, economista.

“Nos preparamos para entrar al 2024 en un estado de 'hibernación', algo así como un estado de letargo económico como anticipó correctamente el mercado, que nos permitirá al menos conservar energía, y seguir avanzando lentamente con el viento cola que nos dejará el relajamiento monetario”.


Antes de entrar en las proyecciones, es importante hacer un breve balance del 2023. Lo bueno: el desempeño del Banco Central para controlar la inflación y conducir sus expectativas hacia la meta. Lo malo: la oportunidad perdida de actualizar nuestro contrato social, permitiendo una condición fundamental para salir del estancamiento, como lo es cambiar las reglas de nuestro fallido sistema político. Lo feo: el aumento de la delincuencia, el debilitamiento de las instituciones por los casos de corrupción en el Estado, que no favorece a un clima pro-inversión.

¿Qué deberíamos esperar para el 2024?

⊗ Mismas reglas, mismas propuestas, mismos resultados: J. Schumpeter (1942) pasando por una larga lista de economistas y académicos, nos ilustraban como los procesos económicos, sociales y políticos son co-determinantes y co-evolutivos. Así, cuando aumenta la polarización y fragmentación de la política, los procesos de estabilización son más largos y complejos (Alesina, 1991) porque la racionalidad individual prima sobre la colectiva, tal como ilustraba en “La tragedia de los comunes”, del académico americano G. Hardin (1968).

Mientras Schumpeter nos alentaba a comprender las características de las naciones observando sus resultados económicos, “el espíritu de un pueblo, su nivel cultural, su estructura social, las acciones que la política pueda diseñar; todo esto y más está escrito en su historia fiscal”. Y vaya que razón tenía, si revisamos con atención los resultados económicos de la última década.

Pero un sistema político con mayorías tampoco no es condición para lograr buenos acuerdos. Muestra de aquello son la reforma tributaria, del sistema electoral y educacional impulsadas en el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet, que explican parte importante de los problemas que hoy nos aquejan para progresar.

La política se mueve por reglas, y si estas no cambian, y las propuestas del Ejecutivo son las mismas, no podemos esperar resultados distintos en las materias económica que depende del Congreso.

⊗ Crecimiento económico con viento de cola: por el lado de la política monetaria, del Banco Central (BC) deberíamos esperar que, de no mediar sorpresas externas en el control de la inflación, la tasa de interés debería seguir reduciéndose, alentando la recuperación de la demanda interna, lo que permitirá a la economía crecer con el viento de cola del relajamiento monetario, en el rango medio esperado por el BC (1,75%). ¿De qué depende que nos podamos mover al rango alto de crecimiento (2,25%) proyectado por el BC? Bueno, entre otros, de la gestión económica (que no depende del Congreso) sea efectiva por parte del Ejecutivo. Por ejemplo, asegurando mayor agilidad de los organismos públicos en los plazos de tramitación de proyectos. Ejecutando la inversión pública que en los últimos dos años ha dejado cerca de US$3.600 millones (1,1 puntos del PIB) sin ejecutar o bien 120 mil empleos se dejaron de crear.

A pesar de lo tarde, el comité del crecimiento liderado por el Presidente Boric es una buena señal, pero la tarea es más compleja y se subestima el tiempo, esfuerzo y fortalecimiento institucional que requiere para luchar contra nuestro anquilosado Estado, por lo que no se debería esperar un impacto relevante de estas medidas durante el 2024.

Nos preparamos para entrar al 2024 en un estado de “hibernación”, algo así como un estado de letargo económico como anticipó correctamente el mercado, que nos permitirá al menos conservar energía, y seguir avanzando lentamente con el viento cola que nos dejará el relajamiento monetario. Esto nos ayudará a sobrevivir a las condiciones políticas adversas y a tiempos de escasez de buenas soluciones para hacer frente a las urgencias ciudadanas. La única incertidumbre es cuán prolongada será la hibernación.

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