Moody’s retira la calificación triple A de la deuda estadounidense

La calificadora de riesgo Moody’s rebajó la nota crediticia de Estados Unidos desde su máximo nivel de triple A, en lo que supone un golpe al discurso del presidente Donald Trump sobre la fortaleza económica y prosperidad del país.
La rebaja de Aaa a Aa1 se produjo el mismo día en que varios legisladores republicanos frustraron en el Congreso una votación clave sobre el avance de un megaproyecto de ley visto como la pieza central del programa del mandatario estadounidense.
En un comunicado, Moody’s destacó “el aumento, durante más de una década, de los ratios de deuda pública y pago de intereses a niveles significativamente superiores a los de países con calificaciones similares”.
La decisión de Moody’s refleja un reciente aumento de los costos de financiación en Estados Unidos, agravado aún más por la pandemia de covid, y refleja decisiones parecidas tomadas en los últimos años por las otras dos importantes agencias de calificación estadounidenses, S&P y Fitch.
“Las sucesivas administraciones y el Congreso estadounidense no han logrado un acuerdo sobre medidas para revertir la tendencia de los grandes déficits fiscales anuales y el aumento de los costos de los intereses”, afirmó Moody’s.
“No creemos que las propuestas fiscales actualmente en discusión logren reducciones significativas plurianuales del gasto obligatorio y del déficit”, añadió la agencia, y señaló que prevé déficits mayores durante la próxima década.
“Es probable que el desempeño fiscal de Estados Unidos se deteriore en comparación con su propio pasado y con otros países con alta calificación crediticia”, advirtió Moody’s.
De negativo a estable
La agencia también modificó su perspectiva de Estados Unidos de negativa a estable.
A pesar del deficiente desempeño de Estados Unidos en la lucha contra el aumento de los niveles de deuda pública, el país “conserva fortalezas crediticias excepcionales, como el tamaño, la resiliencia y el dinamismo de su economía y el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva global”, dijo Moody’s.
No obstante, instó al gobierno a “implementar las reformas fiscales que permitan ralentizar significativamente e incluso revertir el deterioro de la deuda y los déficits públicos, ya sea aumentando los ingresos o reduciendo los gastos”.
Moody’s alertó sobre el hecho de que “un deterioro más rápido y significativo de los equilibrios presupuestarios” o un abandono por parte de los inversores mundiales del dólar como moneda de reserva podría pesar muy negativamente y provocar “un aumento de las tasas de interés, lo que encarecería el costo de la deuda”.
Reconoció, sin embargo, que este segundo escenario es “poco probable en la medida en que no ha surgido una alternativa creíble al dólar como moneda de reserva”.
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