Diane Warren: la reina en las sombras de la la balada pop firma su primer disco

32 top ten del ránking Billboard, doce nominaciones al Oscar y la creación de algunos de los grandes éxitos de Cher, Aerosmith y Céline Dion son parte del currículum de la prolífica compositora estadounidense, quien después de cuatro décadas de eficaz artesanía pop cedida a otros artistas acaba de editar su álbum debut, acompañada de invitados ilustres. "La mayoría de la gente no sabe quién mierda eres y la verdad no me importa, mientras sigan escuchando mis canciones”, asegura a Culto.


Durante cuatro décadas algunos de los mayores estudios de Hollywood, diversos productores discográficos y todo tipo de grupos y solistas han recurrido a su talento, necesitados y urgidos por una canción universal que le termine de dar forma a una película, por esa balada que falta en el disco, por un éxito infalible capaz de levantar una carrera promisoria o de revivir otra a la baja.

Además de ser una de las más prolíficas y exitosas compositoras del pop anglo de esta era, Diane Warren (65) es sobre todo una solucionadora de problemas. Una eficaz artesana de coros inolvidables y hits asegurados con un magister en el pop al piano, el R&B y las baladas rockeras, que desde los años 80 acumula nueve números uno y 32 top ten del ránking Billboard, un premio Grammy, un Emmy y doce nominaciones al Oscar por temas grabados en la memoria colectiva como Nothing’s gonna stop us now, que el grupo Starship grabó para la película Maniquí (1987), o I don’t want to miss a thing, de Armagedón (1998), la canción de Aerosmith más escuchada en plataformas hasta hoy.

“Antes solía haber mucha resistencia de algunos críticos hacia la música pop, pero ser pop significa popular. Y no hay nada malo con eso, al contrario, creo que es algo bueno, significa que la gente reacciona a lo que haces. Y me encanta ser parte del pop porque quiero que todas mis canciones sean populares”, dice Warren, quien tras cuatro décadas de trabajo ininterrumpido para otros artistas decidió este año sacar el primer disco que lleva su nombre en la carátula.

Titulado The Cave Sessions Vol. 1, en honor al apodo con el que se le conoce a su célebre sala de composición (”tan sucia y asquerosa que alguien la llamó La Cueva”, explica), la misma donde ha creado gemas como Un-break my heart (Toni Braxton), I get weak (Belinda Carlisle) y otros singles para Ringo Starr, Cher, Chicago, Lady Gaga, Roy Orbison y Barbra Streisand -entre muchos otros-, el debut discográfico de Warren como solista es en realidad una colección de composiciones con su sello interpretadas por ilustres viejos y nuevos amigos de la industria.

Ensamblado en pandemia y publicado hace un mes, el álbum incluye colaboraciones con Carlos Santana, Rita Ora, LP, John Legend, Céline Dion y Ty Dolla $ign, además de estrellas latinas como Sofía Reyes, Luis Fonsi y el grupo mexicano Reik. Allí, Warren hace gala de su oficio en la cantautoría pop y en las power ballads, como también de su capacidad para explorar piezas más cargadas al rap y el reggaetón.

“Es el primer disco que lleva mi nombre, aunque es como un tecnicismo porque en realidad es la continuación de lo que he hecho siempre, que es escribir canciones para otros artistas”, aclara.

“Lo que lo hace diferente es que esta vez mi nombre va al frente y que es un cuerpo de trabajo, tal como suelen hacerlo algunos DJs y productores, los David Guetta, los Calvin Harris o los Mark Ronson del mundo. Pensé que yo también podía hacerlo y que podía hacerlo muy bien”, dice la autora, quien a diferencia de sus creaciones cargadas de sutileza y armonía, demuestra a través de la pantalla su personalidad frontal, directa y sin falsa modestia.

“Cuando terminé de componer la canción para John Legend, que fue una de las primeras que hice, sentí que necesitaba encontrar un hogar para ella y para otras canciones nuevas que estaba haciendo. Creo que es de lo mejor que ha grabado él y no es una opinión objetiva, mucha gente lo cree así”, asegura la artista.

Su primer disco, del que ya prepara un segundo volumen, funciona como un ejercicio antológico y con grandes invitados, sólo comparable a lo que han hecho recientemente los discos tributos a leyendas como Metallica o The Velvet Underground. Precisamente lo que Warren quería evitar.

“Si solo hubiese sido una compilación de viejos éxitos lo hubiese detestado. No es interesante cuando se trata de canciones que ya se hicieron, me preocupa más el presente, porque siempre estoy creando nuevas canciones. Y aunque estoy muy orgullosa de lo que hice en el pasado, para mí era muy importante que esto no fuera un tributo”, explica.

aerosmith
Con I don´t want to miss a thing, de Armagedón (1998), Diane Warren creó la canción de Aerosmith más escuchada en plataformas hasta hoy y recibió una de sus doce nominaciones al premio Oscar.

Pese a la diversidad estílistica que tiene The Cave Sessions Vol. 1, se puede percibir su sello en sus 15 canciones. ¿Cuál diría que es el hilo conductor del disco?

Bueno, espero que sea la calidad de las canciones. Aun cuando sean de diferentes géneros, espero que sean buenas canciones. Estoy muy orgullosa de todo lo que está en el disco, y no estaba buscando necesariamente que todas las canciones fueran éxitos, sino que sonaran distintas entre sí. Hay un par de baladas, pero el resto es distinto (a lo que hecho), como Domino, que es la canción más rara del disco, pero me encanta; aunque a todos les gusta mucho Seaside. La canción de Lauren (Jauregui), Not prepared for you, también ha tenido éxito, se volvió viral. Incluso antes que se lanzara la gente se volvió loca con esa canción.

¿Conocía previamente a los artistas latinos que invitó a participar del álbum?

Había trabajado antes con Luis Fonsi, así que cuando escribimos When we dance slow simplemente pensé que tenía que lucir su voz, porque es un gran cantante. Sentí que sería el artista perfecto para esa canción. Con Carlos Santana nunca había trabajado antes pero escribí She’s fire y le incluí esa parte con guitarra, pensando en él. Y aunque no nos conocíamos le encantó la canción.

¿Cuánto cree que ha cambiado su oficio desde que comenzó a componer, a mediados de los 80, hasta ahora?

Para mí es el mismo principio siempre, me siento a componer en mi pieza y listo. Todavía se trata de hacer una gran canción, por suerte. En estos días se estila mucho esos verdaderos comités creativos, con diez compositores para una canción, pero eso no es lo mío. Realmente no sé qué hacen esos diez compositores.

En el último tiempo muchas grandes estrellas de la música, como Bob Dylan, Neil Young o Shakira, han vendido los derechos de sus catálogos a grandes compañías por altas sumas de dinero, pero en su caso controla los derechos de sus propias canciones. ¿Por qué?

Sí, lo que pasa es que les están ofreciendo toneladas de dinero, pero para mí esto es mi alma y y mi alma no está a la venta. Pero es una decisión personal, hay gente que puede necesitar la plata. Yo al menos no me sentiría cómoda haciéndolo.

Si bien ahora su rostro ilustra por primera vez una carátula, y aun cuando nuevos libros y documentales de Netflix despiertan el interés por los autores en las sombras de los grandes éxitos del pop de las últimas décadas, Warren no cree que su fama se salga de control. “Es genial que la gente que está tras bambalinas tenga algo de atención, pero a mí me gusta estar un poco en las sombras, me acomoda ir en el asiento trasero del auto”, dice.

“He trabajado con estos artistas gigantes y sé muy bien que Lady Gaga no puede caminar por las calles, Cher tampoco, pero a mí no me gustaría ese tipo de vida. Muy de vez en cuando alguien se acerca y te dice ‘gracias por las canciones, gracias por tu música’, y eso siempre se agradece. Pero la mayoría de la gente no sabe quién mierda eres y la verdad, no me importa, mientras sigan escuchando mis canciones”.

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