Por Felipe RetamalEl tenso historial de Los Prisioneros y la Teletón: una censura a los 26 segundos y el enojo de Kike Morandé
El trío participó de la cruzada solidaria prácticamente en todas sus etapas y no pasaron inadvertidos. Desde la censura que vivieron en 1985 en plena dictadura de Pinochet, cuando Televisión Nacional los sacó del aire, al playback de 1990, en los días de Corazones, a la dura alocución de Jorge González en 2002.

“La música pop se hace presente en la sexta Teletón con este aplauso aprovechamos de recibir al grupo ¡Los Prisioneros!”, anunció el conductor Iván Hernández. De inmediato comenzó a sonar la característica introducción de batería de La Voz de los 80′ y el público en el Teatro Casino Las Vegas comenzó a batir las palmas con entusiasmo.
Aunque el grupo había logrado algunas apariciones en la prensa e incluso se presentó en Sábados Gigantes, un ineludible de la televisión en plenos años ochenta, una participación en la Teletón eran palabras mayores. En ese año 85, la cruzada solidaria volvía a las pantallas tras no realizarse desde 1982 y se transmitía en directo a todo el país.
El trío sanmiguelino ya había publicado su primer disco, La Voz de los 80′ y bregaba por hacerse un espacio en una era de un incipiente auge del rock latino, por ello cada oportunidad para presentarse en la televisión era importante. Más por el hecho de aparecer por primera vez en la señal de Televisión Nacional de Chile, el canal manejado por la dictadura.

Como detalla el libro Ya viene la fuerza: Los Prisioneros 1980-1986, de Alejandro Tapia, los integrantes del grupo les transmitieron a sus cercanos que aparecerían en el canal nacional. Un hito absoluto para ellos.
Y todo parecía ir bien. El grupo fue programado en el segmento juvenil, para el mediodía del sábado 7 de diciembre. Salieron al escenario y comenzaron a doblar la canción. Los “lolos” de la época se levantaron de las butacas y comenzaron a seguir la animada música. Pero la transmisión de Televisión Nacional salió del aire apenas a los 26 segundos, cuando Jorge González cantaba la línea “los hippies y los punks tuvieron la ocasión de romper el estancamiento...”. Así apareció en pantalla el logo de la campaña sobre un fondo en color verde.
En el minuto, González, Tapia y Narea no se enteraron de que los habían bajado del aire y siguieron adelante. Por su lado, Hernández cuenta su vivencia en un testimonio recogido en el libro Ya viene la fuerza: Los Prisioneros 1980-1986. “No me di cuenta porque en ese momento estaba en el escenario y después seguí anunciando a otros cantantes. En el set nadie advirtió nada. Pero después la gente que estaba tras bambalinas comentó que Televisión Nacional los había bajado y que los otros canales siguieron transmitiendo”.
Testigo de la trastienda fue Jorge Modinger, quien trabajaba como editor periodístico en el equipo de Sábados Gigantes, el mismo que también trabajaba en la Teletón. “TVN tenía otra relación con el poder en ese momento -recuerda en el libro-. Probablemente algún director de turno, alguien de continuidad, reaccionó con hipersensibilidad para hacer eso. Debe haber sido la primera vez que uno de los canales se descolgó de la Teletón”.
Además de Los Prisioneros, agrega el texto, en esa Teletón también hubo cortes en las presentaciones de Roberto Nicolini, el conductor del popular programa infantil Pipiripao y la tía Pucherito de Los Bochincheros. Es decir, hubo una sensibilidad muy particular esa jornada en el switch.
Corazones, camisas y playback
Tras quedarse con el mal trago del debut en la Teletón 85, Los Prisioneros volvieron a ser incluidos en la cruzada solidaria en la edición de 1990, realizada entre el 7 y 8 de diciembre en el mismo Teatro Casino Las Vegas.
Era un momento distinto. El país dejaba atrás la dictadura de Augusto Pinochet y se acomodaba al retorno a la democracia. Mientras, Los Prisioneros vivían una renovación total; ese año publicaron Corazones, su álbum de sonoridad synthpop, que marcaba un giro estilístico absoluto respecto a lo que se les conocía. Era además el primer álbum como dúo, tras la salida del guitarrista Claudio Narea.
Los Prisioneros se presentaron el 7 de diciembre. En escena, Jorge González lució una llamativa camisa de un verde fluorescente, Miguel Tapia se ubicó con chaqueta de cuero ante la batería eléctrica y se sumó Cecilia Aguayo en los teclados, tal como lo venía haciendo en la gira promocional de Corazones.

Como se estila en televisión, el grupo hizo playback. Primero con Tren al sur, que ya gozaba de popularidad a la luz de la reacción del público presente. Cuando acabó la canción, Jorge González quiso hablar. “Muchas gracias. Muchas gracias a los que están acá, muchas gracias a toda la gente que está viendo por televisión...”.
No alcanzó a terminar la última frase, cuando la dirección lanzó la pista de Estrechez de Corazón. El tiempo en la TV, es valioso. Comenzó a sonar la introducción, la famosa línea “No te pares frente a mí/Con esa mirada, tan hiriente”. González se vio sorprendido, pero decidió seguir hablando mientras sonaba la canción de fondo. “Les pedimos que vayan a colaborar, tal como nosotros colaboramos con nuestro modesto playback y pongan su dinero en el banco para ayudar a la Teletón”, dijo en su estilo.
El momento pasó y el grupo siguió doblando el tema. Miguel Tapia pasó al sintetizador, mientras González se descolgó la guitarra y comenzó a bailar, con la colorida camisa abierta y un colgante, algo así como un cruce entre Sandro y Dave Gahan. Los despidió Antonio Vodanovic. “Para la juventud, para ponerse de pie y aplaudir a Los Prisioneros en esta tarde de Teletón”.
Quieren dinero
Los Prisioneros estuvieron en la Teletón en cada etapa de su historia. También en su regreso con la formación original a comienzos de los años 2000. Así, fueron invitados a participar en la edición de 2002, agendada el 29 y 30 de noviembre, esta vez como uno de los números estelares en el bloque de cierre, en el Estadio Nacional.
En su regreso, Los Prisioneros ya disfrutaban el estatus de ser una leyenda del rock chileno. Había pasado un año desde sus multitudinarios shows de regreso en el Estadio Nacional, los que permitieron al grupo sonar en mejores condiciones que en los años 80. Incluso tras ese regreso ocurrió un primer tanteo para llevarlos al Festival de Viña.

Por eso, se imponía invitarlos al evento. La noche del 30 de noviembre los presentaron los animadores en el escenario, Don Francisco, Rafael Araneda, Kike Morandé, Vivi Kreutzberger y Jorge Hevia. Como futbolistas saltando a la grama, el trío González, Tapia y Narea entró al escenario montado en la cancha del coliseo de Ñuñoa bajo una ovación.
Mientras se acomodaban, Jorge González comenzó a hablar. “¡Qué lindo!, ¿no? Qué bonito que se pueda transformar una cosa en otra; que de todo el ego gigante, que todas las ganas de figurar que tenemos los artistas, ¿no?, se puedan transformar en ayuda a los niños. Que de toda la avaricia y el sentido del buen negocio que tienen las empresas, que pueden subir los precios, pagar menos impuestos, hacerse propaganda y, que con lo que consume la gente, entre comillas ayudar, se pueda ayudar realmente a los niños”.
Luego, con su habitual ironía, dedicó Quieren dinero “a nosotros mismos” y “al gran Don Francisco”. Comenzaron a tocar y en el puente de la canción González, tal como solía hacerlo a menudo en los shows improvisó una letra. “Quiero más Luksic, quiero más Angelini; quiero más UDI, quiero más Pinocheques; quiero más Büchi, quiero más Lavín; quiero más libras, quiero más dólares“.
Tras terminar Quieren Dinero, González volvió a hablar. “Sabemos que es la gallada la que se mete la mano al bolsillo al final, y siempre se cumple la meta”. Luego siguieron con Corazones rojos.
En la posterior conferencia de prensa de los animadores, el más enojado fue Kike Morandé, quien tomó la palabra y calificó la performance de González como de mal gusto y contraria al espíritu de la cruzada.
Pero todo el asunto generó críticas por las palabras de González y gatilló una situación colateral; el grupo estaba negociando su participación en el Festival de Viña 2003, por lo que la organización quería evitar cualquier salida de libreto. El director, Ricardo de la Fuente, le pidió a los representantes de los sanmiguelinos que ojalá Jorge González hablara de cualquier tema -de Augusto Pinochet, de la derecha, de Joaquín Lavín, de lo que sea-, pero que no aludiera a Canal 13, y por consecuencia, a la Iglesia. En esa noche en Viña, González, por supuesto, no hizo caso.
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