“Daviiiid te amooooo”, gritó una chica que apretujada entre la masa de adolescentes, llegó a presenciar el show sorpresa de Kidd Voodoo en el Metro de Santiago. David, sonrió. “Yo también”, respondió juguetón.

Aunque el “sátiro”, anunció el show apenas 10 minutos antes de las 5 de la tarde, en sus redes sociales y en su canal de difusión, para entonces ya había al menos una cincuentena de fans esperándolo. Pero la asistencia fue creciendo con el paso de los minutos.

Los gritos del juvenil respetable retumbaron en la profundidad de la estación Los Leones del Metro. Aprovechando el amplio espacio de la entrada de la L6, por Suecia, Kidd Voodoo sorprendió a los transeúntes y los oficinistas que tomaban el tren. “Cuando veníamos, había unos cabros que nos miraron como WTF”, contó.

Voodoo entró al rincón habilitado como un improvisado escenario, luciendo la máscara que suele usar en sus shows. Lo escoltaron cuatro tipos vestidos de capa y máscara, estoicos ante el griterío adolescente. Un baterista, un tecladista, un corista y un músico de apoyo en las guitarras, estaban prestos a tocar.

En el lugar, Kidd Voodoo hizo un set concentrado en su repertorio más indie. Se colgó la guitarra y arrancó con su versión de Ángel para un final. Siguió con Recuérdame </3 y La Verdad, coreadas por el público que llenó rápidamente el lugar. Según los organizadores, se llegó casi a las mil personas.

La proximidad con el artista se prestó para conseguir una firma. Antes de seguir, Voodoo firmó algunos autógrafos. Una chica le alcanza un pedazo de papel doblado, como una carta de amor, junto a un lápiz. “¿Qué es esto?“, pregunta. Lo abre y el papel estaba en blanco. Presto, el ”sátiro" lo firma. Otros chicos estiran su mano para que se las firme. Y uno, que tenía un ejemplar de la Constitución fotocopiado, insiste en que el ídolo estampe la millonaria.

Como la actividad se cruza con la promoción del nuevo disco Satirología Vol.3 Deluxe Edition, disponible desde el jueves 7 de agosto, Kidd Voodoo estrena una nueva canción. Se llama Destello, y en su sonoridad, recorre el territorio más guitarrero del “sátiro”. De alguna forma vuelve a explorar en su mezcla de indie, letras románticas y efectos propios de la música urbana.

Tras cantar Ángeles, el público aplaude a rabiar. Braman por otra canción. Algo sorprendido aún por el entusiasmo, Kidd Voodoo, agradece a los fans su interés y la rápida respuesta para llenar el lugar. Un show que en poco más de 20 minutos, pasó con la intensidad propia de la era de las redes sociales. Y vuelve a dejar en claro, su interés por mostrarse como un músico cabal.

En un movimiento rápido, Voodoo sale por un costado, entre el público que parece desbordarse por la emoción. Pero unos minutos después, se mueven entre los andes y las escaleras. Los guardias invitan a circular. La voz en off habitual informa del recorrido de los trenes. El momento de magia musical se esfumó.