El Deportivo

Antecedentes de un nuevo capítulo: la eterna revancha que mantiene Néstor Gorosito con la U

El exvolante nunca pudo levantar un título nacional en las cuatro temporadas que completó en Chile, todos quedaron en manos de los azules. Este jueves, como DT de Alianza Lima se enfrentará ante los estudiantiles, por la Copa Sudamericana.

Néstor Gorosito, ahora como entrenador de Alianza Lima, sostendrá otro round con Universidad de Chile. FOTO: Photosport. Javier Garcia Martino/Photogamma

En la historia del fútbol hay instituciones que chocan eternamente con las intenciones de los protagonistas. Obstáculos insalvables que se transforman en una verdadera obsesión, muchos de ellos con inmensas dosis de polémica en sus desenlaces.

Mucho de eso existe en el enfrentamiento particular del argentino Néstor Gorosito, de una larga trayectoria en Universidad Católica como jugador, equipo con el que nunca pudo obtener un título nacional, eternamente eclipsado por una sola institución: la Universidad de Chile.

Ahora, el Pipo tiene una oportunidad de superar esa constante aciaga en su trayectoria. Ya no de corto, sino sentado en la banca de Alianza Lima, el equipo peruano que echó a Boca Juniors de la Copa Libertadores y protagoniza los cuartos de final de la Sudamericana.

En la ida, los azules visitan el jueves 18 de septiembre la capital incaica para cerrar siete días más tarde en Santiago, sin público, tras la sanción impuesta por la Conmebol por los incidentes acontecidos en el estadio de Independiente de Argentina.

Enfrentamiento ante los Íntimos de la Victoria donde el equipo chileno aparece con un leve favoritismo sobre los blanquiazules, al menos en lo que se refiere a los pronósticos de las casas de apuestas.

El historial del Pipo

La peculiar rivalidad entre el ídolo cruzado y el eterno rival de su club en la historia se remonta a 1994, cuando los de la franja gastaron cerca de 2 millones de dólares de la época para sacarlo de San Lorenzo de Almagro. Un equipo chileno que lo juntó con Alberto Beto Acosta, por una cifra parecida depositada en la cuenta de Boca Juniors, bajo la dirección de un joven Manuel Pellegrini (tenía 41 años) para dirigir a uno de los mejores equipos chilenos de los 90’.

Pero su gran deuda fue el campeonato nacional, título que no pudieron levantar tras dos cerradas temporadas contra la Universidad de Chile de Jorge Socías. El equipo azul cortó una racha de 25 años sin estrellas en 1994, después de superar al equipo cruzado. El partido clave se disputó el 4 de diciembre de ese año, cuando el equipo laico ganó 1-0 con un polémico gol de Marcelo Salas, que hasta hoy es reclamado por la UC como posición de adelanto.

Cuando el partido estaba empatado sin goles, el árbitro Carlos Robles expulsó a Gorosito por doble tarjeta amarilla: a los 28 y 38 minutos, después de dos jugadas aparentemente inofensivas, que el argentino ha reclamado desde entonces.

“Si tuviera una máquina del tiempo en el ‘94 cambiaría al árbitro del partido Robles (Carlos) y a Calderón (Darío, exvicepresidente de la ANFP). Robles me echó y no me dieron fecha de castigo. Además, el gol de la U fue en offside. Coronaron en Cobresal, el Fito Ovalle hizo el gol, iban ganando y les inventaron un penal risueño. La estrellita no la tenemos, pero ese equipo salió campeón, tranquilamente”, dijo el transandino hace algunos años.

Asimismo, insiste en que el actuar del cuerpo arbitral, en general, y la influencia de los dirigentes privaron a la franja de un título que solo pudo llegar en 1997, tras diez años de postergaciones.

“Si me preguntan en qué fallamos en 1994, eso pasa solo porque no podíamos hacer de árbitros para lograr el torneo. Beto Acosta salió de la cancha para gritar un gol y le dieron tres partidos de suspensión… ¡Por gritar un gol! Bueno, esa es la única gran diferencia, sin lugar a duda. Fue de esa manera, todo el mundo pudo verlo. El vicepresidente de la ANFP gritando los goles (Calderón), eso es algo que no vi nunca en mi vida”, sostiene el actual entrenador de Alianza Lima, hasta el día de hoy.

Eterna postergación

La temporada siguiente sucedió algo parecido. Ambas universidades pelearon el primer lugar hasta la última fecha. Sin embargo, algunos discutidos fallos arbitrales en duelos clave de ambos equipos, terminaron con los católicos en el segundo puesto.

“En 1995 sufrimos otro fuerte golpe. Esa era el equipo más goleador, la defensa menos goleada. Éramos la escuadra con menos expulsados, teníamos todo a favor. Pero no tuvimos a Calderón. Si teníamos a ese dirigente, de todas maneras, salíamos campeones”, explicaba hace algunos años.

Tras las desilusiones, el volante formado en River Plate fue vendido al equipo japonés de Yokohama Marines, en 1996. En julio de ese mismo año regresó a San Lorenzo de Almagro y, tres años más tarde volvió a San Carlos de Apoquindo.

Entonces se topó con la U de César Vaccia en un extenso torneo que los azules dominaron de principio a fin para dejar segundos a los cruzados. Al año siguiente, los universitarios laicos obtuvieron el doblete y esta vez la UC remató en un pobre sexto lugar. En julio de 2001, Gorosito de retiró como futbolista sin lograr esa ansiada estrella.

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