Christiane Endler, La bella y The Best

Endler portada

Hoy, la emblemática capitana de las Rojas, sabrá si sus colegas creen que es o no la mejor arquera del mundo. Un sueño que se hizo realidad. Una niña que jugaba con niños; una joven que tuvo que emigrar para buscar el éxito; una mujer que hace historia en el deporte patrio.



Es verano en Algarrobo y Nicolás, el mayor del clan Endler Mutinelli, comienza junto a sus amigos a armar la pichanga del día. La mayoría bordea los 13 años, pero una niñita de ocho también participará. "Sin llorar, ah", le advierten. Es la Tiane, delgada y alta para su edad; una interesante opción para cuidar del arco; no le tiene miedo a la pelota, aunque aún es muy chica. Nadie imagina que 18 años más tarde esa misma niña estará nominada al premio The Best como la mejor arquera del planeta, brillando en lo más alto del fútbol femenino mundial.

Pero lo cierto es que Christiane Endler (28 años) hubiese brillado en cualquier deporte. Primero probó con la natación. Miembro de una de las familias fuertes en la disciplina en Chile, que esta fuese una de las primeras actividades que practicara era algo lógico. Y reunía todas las condiciones para hacerlo. "Era súper buena, por eso le decíamos que siguiera, pero a ella no le gustaba. Lo de Tiane iba más por los deportes colectivos", comenta Carolina, su hermana mayor, ex campeona sudamericana y esposa de Max Schnettler, representante chileno en las aguas de Atenas 2004.

Rodrigo Bañados también se acuerda de aquella época. El entrenador del equipo nacional de natación conoció de cerca los primeros pasos de la actual portera del París Saint-Germain. Aunque en ese momento entrenaba a sus hermanos, ambos miembros excluyentes del equipo del Stadio Italiano, la recuerda perfectamente: "Ella perteneció a la escuela del club, tenía aptitudes para nadar, además era muy alta para su edad. Pero siempre anduvo con una pelota debajo del brazo, de chica. Tengo muy guardada esa imagen".

Como parte de la formación de sus hijos, los Endler Mutinelli impusieron una obligación a cada uno de ellos: sí o sí practicar algún deporte. "Era la política de la familia", reconoce Carolina. Por ello es que los dos hermanos fueron tan relevantes en la natación chilena. Su hermano, Nicolás, también fue campeón y plusmarquista nacional en varias oportunidades. Era imposible que Tiane no practicara un deporte.

Pero como hace casi dos décadas era prácticamente imposible pensar en una liga dedicada exclusivamente al desarrollo del fútbol femenino, Endler debió luchar el doble para desarrollarse en su pasión. Mientras, practicó de todo. Destacó en el hockey césped del club Manquehue y en tenis, jugando por el Stadio Italiano, pero además realizó gimnasia rítmica y básquetbol. Hizo de todo, pero solo el fútbol la llenaba. Ahí sí era feliz.

"Desde chiquitita se destacó por ser siempre la primera en llegar a la cancha y no solo eso, sino que jugar mejor que todos los hombres", se lee en la página de su anuario, de la generación 2008 del club Manquehue. Calule, Cristi y Matadora eran algunos de sus apodos.

Además, con una familia fanática de la UC, creció yendo a San Carlos de Apoquindo a mirar a los cruzados.

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Tiane, hace 22 años, en primero básico del Colegio Alemán de Santiago.[/caption]

La dueña del arco rojo

Mayo de 2007. Nibaldo Rubio prepara una selección nacional para enfrentar el Mundial Sub 20 y el Sudamericano Sub 17. Ambos serán albergados al año siguiente por Chile. Necesitan jugadoras y saben que en el sector oriente de Santiago hay algunos buenos elementos. Por ello, junto a su cuerpo técnico decidieron realizar un campeonato para observar a jugadoras seleccionables. Fue un 1 de mayo y debía ser la irrupción de Endler en la Roja, pero no pudo mostrarse; estaba lesionada.

Una vez recuperada y ya con el proceso de Quilín en marcha, por recomendación de distintas compañeras de Santiago Oriente, club en el que Endler era centrodelantera, Rubio decidió darle una oportunidad para probarse. "Profe, tengo a una compañera que le pega muy fuerte a la pelota", fue la sugerencia que recibió. "Jugaba de delantera y poseía buena técnica con el balón, pero yo la quería de central. Por su estatura estaba muy proyectada para esa posición", recuerda el ex DT de las Rojas, que vio de inmediato en Endler un prospecto para conformar las selecciones que preparaba. Tenía apenas 16 años.

Pero Tiane pronto se iba a mudar del área chica a los tres palos. "Justo había pocas jugadoras en el puesto de arquera y ella reunía todas las condiciones, estaba pintada para el puesto". Quien habla es Marco Cornez, el preparador de arqueros de ese cuerpo técnico, y el primero en preparar a la portera para la alta competencia. Quizás, ya lo tenía asumido de antes, pues no dudó en especializarse en el puesto. "Le explicamos que tenía todas las cualidades para serlo. Alta, ágil, muy buena con los pies y rigurosa con su entrenamiento. Estuvimos un año entero entrenándola para el puesto", recuerda el exmeta de la UC.

Con la posibilidad cierta de ser considerada entre las 23 seleccionadas para el Mundial Sub 20 de 2008 pese a su corta edad, Endler se entregó a la Selección casi tanto como al colegio. Día a día, se desdoblaba entre Vitacura y Peñalolén; el Colegio Alemán y las canchas de la ANFP.

Su voz de líder estuvo siempre presente. Eso, sumado a su calidad técnica y física dentro de la cancha, la hicieron desde siempre una jugadora importante en la Selección. Metódica, casi obsesionada, se destacó por vivir cada entrenamiento con un respeto marcial. Cursaba cuarto medio, pero soñaba con cosas de grandes.

"Un día, después de entrenar en la ANFP, para motivarla le pregunté si estaba apta para el Mundial de Chile. Ella me dijo que sí, pero que estaba (Romina) Parraguirre. Le dije que tenía que confiar en sus capacidades y así fue", transparenta Cornez. El 19 de noviembre de 2008, en el Sánchez Rumoroso de Coquimbo, Endler fue la golera para el debut nacional ante Inglaterra. Pese a que consiguió dejar el marcador en cero hasta el descanso, Brooke Chaplen a los 54' y Toni Dugan en los 79' la doblegaron. Chile fue 14º en su Copa y Endler recibió ocho goles en total, pero con 17 años consiguió adueñarse definitivamente del arco rojo.

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Tiane, con cuatro años, con la camiseta de la UC puesta, junto a su hermana Valentina.[/caption]

"Papá, me voy"

Fue en 2012 cuando Tiane decidió internacionalizar su carrera. Lo hizo, eso sí, como estudiante universitaria. Ya llevaba cuatro años como futbolista semiamateur en la liga doméstica nacional; Unión La Calera (2008 y 2009), Everton (2010) y Colo Colo (2011 y 2012) ya habían contado con sus servicios, disputando dos finales de Copa Libertadores junto a ruleteras y albas. La última, la de 2012, la ganó en los penales, atajando incluso el tiro del título.

Por su prominencia en el arco, fue elegida tres veces como la mejor futbolista del año. Así, era normal que llegasen ofertas. La tentaron dos veces desde Brasil, pero una beca para estudiar en la Universidad del Sur de Florida, en Tampa, EE.UU., fue la que la sacó por primera vez de los pórticos chilenos.

En las South Florida Bulls rápidamente se hizo dueña del arco. Mientras cursaba Negocios, vivía el sueño de estudiar gracias a su talento. Pero dos años más tarde, cuando se adentraba al tercer curso de carrera, Emma Hayes, la entrenadora del Chelsea, le ofreció un contrato para defender a las Blues en la FA Women's Super League.

En la intimidad de los Endler Mutinelli, aunque no lo digan muchas veces, saben que Tiane sacó mucho de su papá, Peter. Oriundo de Mannheim, al suroeste de Alemania, siendo aún muy joven dejó un importante puesto en la compañía farmacéutica Boehringer Mannheim para comenzar de cero en Chile. "Él dejó de lado su núcleo familiar para venirse a Santiago a perseguir su sueño. En ese sentido, sí, se parece mucho al papá", dice Claudia Mutinelli, la matriarca del clan.

Por ello es que, a pesar de todas las reticencias y recomendaciones hechas por sus padres -algunas muy duras-, Tiane ni dudó en hacer realidad su propio sueño y establecerse en Londres. Como es la constante en su carrera, llegó, se mostró y se hizo de la titularidad. Eso sí, allá no fue como esperaba. Jugó apenas cinco partidos, pues sufrió una rotura del menisco medial, lo que la trajo a Chile para recuperarse. Finalmente, pese a que el club la tenía considerada para su próxima temporada, decidió no continuar.

De vuelta en casa de sus padres todo parecía mejor. Al fin estuvo de vuelta con los suyos e inició los estudios en Ingeniería en Administración de Empresas en DUOC. Además -porque si otro talento tiene Endler es un gran olfato para los negocios- se estableció con un gimnasio de electroestimulación. También volvió a Colo Colo, para disputar por cuarta ocasión la final de la Copa Libertadores Femenina. Aunque la perdió, todo marchaba en orden.

Pero el anhelo de estar dentro de una cancha pudo siempre más. Por eso no tuvo dudas en aventurarse nuevamente a internacionalizar su carrera. Fue en junio de 2016, cuando el Valencia llegó a buscarla. Estaban interesados en contar con ella y la invitaron unos días a conocer el equipo, a sus dirigentes y las instalaciones. En ese viaje se encantó con la liga y la ciudad y, al ver el interés, se sintió aún más complacida. Pero el tema económico fue un punto en contra. No tanto para ella, sino para sus padres, que viendo todo el esfuerzo y la calidad de Tiane, no concebían que atajara por lo poco que ofrecían. Fue una discusión seria. Sin embargo, y sin consultarlo con nadie, firmó el contrato y se mudó a España.

En el Valencia encontró su lugar en el mundo. Apenas le convirtieron 9 goles en 22 partidos, lo que le valió para recibir el premio Zamora, que se entrega todos los años a los mejores arqueros y arqueras del fútbol español.

Con ese antecedente, no fue extraño que el PSG llegara a buscarla para reforzar el arco. El resto es historia conocida: la Liga de Francia en 2018-19 y el Premio a la Mejor Portera esa temporada han sido parte de las cosas que ha conseguido en París. Además, tras la anhelada clasificación al Mundial de Fútbol de Francia y, ahora, su nominación al The Best, como la mejor del mundo en su puesto, la tienen viviendo un idilio que ni en sus mejores sueños imaginó.

Chile tiene una guardiana. Su nombre ya lo conocen.

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