De a siete es mejor

CONDORES CHILE ARGENTINA SEVEN
Foto: AGENCIAUNO


Hace unos meses, antes de que su proyecto a la cabeza del rugby nacional y su personalidad chocaran con los dirigentes, que le conminaron a hacer sus maletas para regresar a Francia, Bernard Charreyre, finalista juvenil con su país y mundialista adulto con Rumania, entre muchos otros destinos, aseguró que Chile debía apostar por el Seven.

Dijo que como las grandes potencias no le daban demasiada relevancia a esta modalidad, a diferencia del XV, había muchas más oportunidades de desarrollo y de mejores resultados.

Las últimas actuaciones y logros de los Cóndores confirman la agudeza del reconocido técnico galo. La clasificación al Mundial de San Francisco, en julio, no habrá llegado de la forma deseada, sino que gracias al triunfo de Uruguay sobre Brasil, pero eso, a la larga, se convierte en un detalle.

Sus triunfos sobre los All Blacks y Tonga, en noviembre, los Springboks, la semana anterior en Punta del Este, donde además fueron subcampeones, y los Pumas, este fin de semana en Viña del Mar, son hitos que marcan un recorrido ascendente, más allá de que se consiguieran frente a versiones alternativas de esos cuadros de la primera línea mundial.

Además, demuestran que para ganarle a Chile hay que poner lo mejor en la cancha.

La modalidad XV es la vedette de la ovalada, no hay que engañarse. Pero tanto el escenario internacional y, sobre todo, el local, no se presentan ni remotamente llanos para los nacionales.

Cambiar la condición de amateur en que se mueve la disciplina por estos lados no ha sido nunca una prioridad que se mantenga a largo plazo.

El Seven, en cambio, se mueve por otras órbitas. Ser parte del programa olímpico le entrega un realce mayor al de un panorama de entretención durante el fin de semana, junto con más recursos económicos para su preparación.

Los Cóndores no estuvieron en Río 2016, luego de ser terceros en el Sudamericano clasificatorio y ser derrotados por Alemania en los cuartos de final del Preolímpico.

Tokio 2020 puede ser la bisagra para el Seven chileno (y ojalá también para el XV). Llegar hasta ahí son palabras mayores. Las victorias de estos últimos meses, el retorno a un Mundial después de 17 años y su nueva presencia en la World Seven Series (a la qualy de la fecha de Hong Kong, en abril próximo) son señales que muestran que existen las condiciones para ganarse un lugar entre los mejores. Aunque eso obliga a trabajar aún más duro.

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