La U se quedó con el Clásico Universitario. El desenlace es el soñado para cualquier hincha del equipo que se imponga en un enfrentamiento tradicional: en el tiempo adicional y, como añadido, gracias a un error del rival. La euforia de los 40 mil espectadores que asistieron al Estadio Nacional para apoyar a la escuadra de Gustavo Álvarez da cuenta de esa plena satisfacción.

En la trinchera opuesta, en cambio, todo era desazón. No era para menos. La UC no solo se inclinaba ante el adversario de toda la vida. También le cedía la punta de la Liga de Primera a Palestino. El fin de semana terminaba siendo para el olvido.

El pecado mortal que derivó en el error de Asta-Buruaga en el Clásico Universitario

El desajuste defensivo tuvo como principal apuntado a Tomás Asta-Buruaga. El central cometió una indecisión imperdonable en un partido del nivel más alto. Esa duda, en una fracción de segundo, derivó en el descalabro. Rodrigo Contreras aprovechó el regaló y sentenció el 1-0 con que terminó el encuentro entre las escuadras de Gustavo Álvarez y Tiago Nunes.

El zaguero tomó una decisión drástica para los tiempos actuales: cerró su cuenta en Instagram, el medio por el que solía relacionarse con los fanáticos. El motivo es evidente: evitar la descarga de energía negativa en su contra.

Un detalle crucial

Sin embargo, al margen de la desconexión, hay un detalle que permite concebir que Asta-Buruaga no se siente el único responsable de la fatal incidencia. Inmediatamente después del gol azul, la transmisión de TNT Sports captó su descargo. “No me habló”, dijo. El depositario de la queja fue Vicente Bernedo, quien defendió el arco de los cruzados ante los azules.

En una zona crucial del campo de juego, la comunicación es clave. Para los arqueros, es un mandato sacar la voz e imponerse ante sus compañeros: son los únicos que tienen a todos los jugadores, propios y rivales, enfrente.

El exjugador de Deportes Antofagasta había tenido que reemplazar a Gary Medel, quien no pudo más ante un cuadro gripal. Terminó pagando los platos rotos por una equivocación que considera compartida.