La carta de despedida de Vidal a sus inestables 775 días en el Barça

El volante chileno llegó en 2018 al club azulgrana, pero solo sobre el final de su paso logró el protagonismo que anhelaba. Aún así, no alcanzó su gran sueño: la Champions League.



Arturo Vidal se fue del Barcelona. El Rey continuará su carrera en el Inter de Milán. Dos años después de haber llegado a la Ciudad Condal lleno de ilusiones y con la Champions League como principal aspiración, se va dejando sensaciones encontradas. Un poco de amor, como el el que le profesan figuras como Lionel Messi, Luis Suárez y Jordi Alba, y otro tanto de distancia. Titularidad a cuentagotas, aunque mucha más, paradójicamente, en la última parte de su estadía en el club. Dejando una huella, pero que no se condice con la carga genética del club. El ADN Barça que le pesó desde el primero hasta el último de sus días en la entidad. Una sombra demasiado desagradable. 774 días, contados desde su firma hasta el último entrenamiento, duró su paso por el club culé.

“Quiero ganar tres Champions seguidas con el Barça”, declaró el 6 de agosto de 2018, el día de su presentación en el club. “Estoy muy contento, muy feliz de llegar al Barça. Para mí es el mejor equipo del mundo, donde están los mejores. Vengo con muchas ganas de ganarlo todo. Con mucha energía y con mucho corazón”, declaró. La frase se parece bastante a la que pronunció en la antesala del encuentro ante el Bayern Múnich, por la última versión del principal torneo de clubes del Viejo Continente, que, paradójicamente, aceleró su salida del club. El chileno siempre sintió que tenía a los mejores futbolistas del mundo a su lado.

A la llegada, por cierto, tampoco olvidó un rito obligatorio: ensalzar a Messi. "Hay muchos grandes jugadores aquí, pero Messi es el mejor de la historia y espero estar a la altura como compañero suyo. Intentaré ayudarlo en todo”, puntualizaba. Con el tiempo, se fue ganando el respeto y la amistad del transandino y terminó siendo parte de un grupo de hierro que se rompe. Messi se queda a la fuerza, Vidal ya emigró y Suárez también prepara maletas. Al uruguayo se le sitúa en el Atlético de Madrid.

Los números

El balance consigna que Vidal no logró su gran sueño. La semifinal que en 2019 perdieron frente al Liverpool es la máxima aproximación que tuvo a la Orejona con el club. La última desencadenó el desastre en el club y la salida del Rey, tras el 2-8 frente al Bayern. A nivel local, la producción tampoco resultó demasiado generosa: solo ganó la liga en la temporada 2018-19 y la Supercopa ese mismo año. El último ejercicio terminó con la consagración del Real Madrid, otro elemento clave para profundizar los cuestionamientos.

El chileno tampoco se transformó en un indiscutido, la condición que tuvo en sus clubes anteriores En las dos ligas españolas en las que intervino, el chileno jugó la misma cantidad de partidos: 33. En la segunda, pese a que jugó menos minutos (1.662 contra 1.928), pareció verse más asentado. La llegada de Quique Setién, quien reemplazó a Ernesto Valverde, objeto incluso de algunos berrinches de Vidal por su falta de continuidad, pareció darle el impulso para la consagración. El chileno respondió con ocho goles que lo llevaron a convertirse en uno de los máximos goleadores del club en la temporada. Solo lo superaron Messi, Suárez y Griezmann, los obligados a convertir. En la última Champions fue titular en cuatro de los siete encuentros en los que participó. Tampoco le bastó para continuar. Ni para levantar la Orejona al menos una de las tres veces que soñaba con hacerlo.

El total de su paso por el Barça arroja 94 partidos disputados y 11 goles.

Fuera del molde

“El Barcelona tiene que cambiar su forma de pensar. Cuando piensas que con tu ADN puedes llegar a ganar siempre, estás muy equivocado”, declaró Vidal a fines de agosto, en una entrevista en Youtube con Daniel Habif. Por esos días, el oriundo de San Joaquín ya sabía que no entraba en los planes de Ronald Koeman, el técnico que la dirigencia de Josep Bartomeu fichó, apostando por su paso por la institución, para recuperar una esencia que parece intransable.

Vidal tuvo que pagar desde el primer día por no haber sido formado en el club y por tener características diferentes. Lo suyo es el despliegue físico, el tránsito de área a área. El ‘box to box’, como dicen en el Viejo Continente. El sector más conservador del barcelonismo le recriminaba carecer del sello técnico que, por ejemplo, tenían Xavi e Iniesta, dos de los jugadores más representativos de una forma distintiva de concebir el juego. Igual hubo otra facción que reconocía sus cualidades y la diferencia que aportaba. Claramente, tenía menos fuerza.

La materia fue siempre objeto de discusión, sobre todo por la subjetividad que conlleva. En julio, en una entrevista a La Tercera, Juan Ramírez, el preparador físico personal del futbolista, aseguró que el volante tenía de sobra las cualidades que indica el manual histórico del club. “Sobre eso del ADN Barça... Arturo se ha desarrollado en tres de las ligas más competitivas de Europa y en todas ha destacado. Puede golpear con sus dos piernas, tiene remate, cabezazo, recuperación, buena entrega de balón, una técnica espectacular. Uno afina su mirada en el aspecto físico, pero tampoco puede desconocer las cualidades técnicas que tiene. Tiene ADN Barça para dar, regalar y compartir por mucho tiempo más”, afirmaba. Ronald Koeman, el dueño de las decisiones en el equipo blaugrana, piensa lo contrario y dejó al Rey sin el trono que pocas veces pudo sostener con firmeza.

La despedida

Este lunes, Vidal compartió unas palabras a través de su cuenta de Instagram en la que dice adiós al Barcelona.

Hoy me despido de todos en Barcelona, después de vivir 2 años maravillosos en este gran Club. Me voy muy orgulloso de haber vestido esta camiseta y por haber jugado junto a grandes jugadores y muy buenas personas”, escribió el chileno.

“Quiero agradecer a mi familia, a mis compañeros, a los entrenadores, los doctores, el staff y a toda la maravillosa afición que me demostró siempre mucho cariño”, agregó.

Hoy empiezo una nueva etapa en mi vida pero van a estar siempre en mi corazón. Nos vemos pronto, y siempre Visca Barça!”, cerró Vidal.

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