O'Higgins le da un repaso a Colo Colo y complica a Mario Salas

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El cuadro de Rancagua dominó en todas las líneas a los albos, que sin ideas ni juego pierden su segundo partido consecutivo. Jorge Valdivia fue expulsado.



FICHA DEL PARTIDO

O'Higgins 1-0 Colo Colo

O'Higgins: Ureta; Magalhaes, Acevedo, Cahais, Cereceda; Fernández (90'+4' López), Alarcón, Ramírez (65', Sepúlveda); Castro, Pol (87' Osorio), Doffo. DT. M. A. Figueroa.

Colo Colo: Cortés; Opazo, Barroso, Insaurralde, De La Fuente; Provoste (72', Vilches), Suazo; Costa, Valdés (63', Valdivia), Mouche (63', Bolados); Paredes. DT: M. Salas.

Goles: 1-0, 31', Magalhaes aprovecha de cabeza una mala salida de Cortés, luego de un córner y centro de Cereceda.

Árbitro: Á. Hermosilla. Amonestó a Cereceda, Magalhaes, Sepúlveda (O); Suazo, Mouche, Provoste, Costa (CC). Expulsó a Jorge Valdivia (CC) a los 89' por protestas

Estadio El Teniente. 8.008 asistentes.

El crédito se le acabó a Mario Salas. Colo Colo fue completamente superado en Rancagua por un O'Higgins dominante y motivado en todas las líneas. Reminiscencias al partido contra Unión La Calera en la Quinta Región, aunque en esta oportunidad los celestes supieron cuidar la ventaja. Sin mediocampo, sin juego, y sin un Esteban Paredes que influyera en el ataque —apenas pateó una vez al arco—, el Cacique vuelve a perder puntos en la lucha por el título.

Lo que más le debe preocupar al hincha albo es la falta de ideas del equipo de Macul. En conferencias de prensa Salas asevera que la táctica y la estrategia están asimiladas por el plantel. Que falta trabajar, pero que está. Sin embargo, la existencia de aquella supuesta idea se observó apenas durante los primeros partidos del Torneo Nacional. Y lo peor: que cuando las cosas se complican para los blancos, el Comandante borra cualquier atisbo de sus principios, desarma lo que quedase de aquel concepto inicial, y comienza a echar mano a nombres y no posiciones para conseguir el gol de la forma que sea.

Quien durante la semana discurso sobre cómo nunca renunciaría a sus principios, borró el mediocampo de Colo Colo cuando el reloj apretaba y el marcador presionaba. Corre el segundo tiempo: los discípulos de Marco Antonio Figueroa —expulsado y fuera de la banca— ganan y dominan por 1-0. Salas, otra vez abajo luego de un primer tiempo, busca que los rescaten los nombres de siempre. Saca a un bajo Jaime Valdés del centro y mete a Jorge Valdivia para esperar un pase mágico que lo arregle todo. Sale Mouche y entra Bolados, sin antecedentes que avalasen un milagro desde sus pies. ¿La última modificación? Quita a Provoste y se encomienda a Vilches, su comodín preferido.

Mientras, O'Higgins sigue demostrando la aplicación del primer tiempo. Pese al cansancio, Castro y Doffo inquietan y se mueven entre la primera línea colocolina, esperando que Pol arremeta entre los defensores y conecte un disparo o se despeje el camino. Ramón Fernández controla el juego cuando la tiene la pelota. Cuando no, el incansable Cereceda intercepta, adelanta y quita.

Esteban Paredes está solitario allá arriba. Recién a los 53' conectó su primer tiro, que choca impotente por fuera del arco. En su vuelta al once inicial el capitán naufragó desconectado y abandonado por unos compañeros que jamás lo abastecieron. En incontables ocasiones debió bajar hasta el mediocampo para hacerse con la pelota; el esfuerzo nunca pagó. Mouche no pudo influir como lo hizo en la primera rueda y Costa repitió otra actuación deplorable.

El cabezazo de Magalhaes tras centro de Cereceda, pésima salida de Cortés y horrible marca de los centrales, es el ejemplo de los padecimientos de Colo Colo. Desaplicaciones, errores, falta de claridad. No hay cura para los males albos, que continúan sin ideas, sin juego... y sin resultados. La expulsión de Jorge Valdivia por protestas solo es el colmo para un Mario Salas que con el buzo albo predica, pero no practica.

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