Las picadas en Santiago donde reinan el folclor y los sabores chilenos
Estas picadas son puro patrimonio, memoria emotiva y folclor y donde los sabores y tradiciones chilenos se celebran todo el año.


Foto: Valentina Miranda Vega
El Grandioso Caballo de Palo es de esas picadas chilenas que emocionan y que tiene detrás más de un siglo de historia.
Te hablamos del local que abrió en la calle Cartagena, en plena comuna de Cerrillos, la señora María Susana Araya, hace 103 años.
Actualmente funciona en la misma casona de madera, con mesas para compartir de coloridos manteles de hule, a cargo de Juan González Araya (86 años), su nieto, quien cocina junto a su señora y sus hijos.

Foto: Valentina Miranda Vega
Ahí, la cocina está unida al folclore nacional, como te lo demostrará la foto de la que fue una de sus parroquianas más ilustres, Margot Loyola, quien la firmó con una leyenda de su puño y letra, que dice: “El Caballo de Palo, un rincón de Chile a quien amo”.
Además, lo que rige en este lugar, más que una carta, son platos típicos de las cocina chilena, la mayoría en torno a los $ 8.000, como la cazuela, que puede ser de chancho con chuchoca; también de ave o de vacuno.
Otra alternativa es que te tientes con conejo escabechado,pescado frito o el pernil ($ 12.000), que llegará entero a tu mesa.

Foto: Carolina Vargas
Más de 60 años de historia en la calle Nueva Rengifo, ad portas de La Vega Central, tiene La Milla.
Un local emblemático, donde se han filmado series como Huaiquimán y Tolosa, protagonizada por Benjamín Vicuña y Daniel Muñoz, además del video de Loca, de Chico Trujillo, a pura talla y cumbia.
Y que está a cargo de Juan Guillermo Flores, alias “El Memo”, hijo del corazón de la señora María histórica dueña del local, quien atiende junto a Rosa y Paola Sepúlveda, ex señora y actual señora, todos parte de una gran familia.

Foto: Carolina Vargas
De hecho, "El Memo" es también conocido como el rey del arreglado, por esos jarros heladitos que verás sobre la caja registradora: de pipeño, melón con vino, chirimoya y vino blanco, borgoña, durazno y vino blanco, además del popular clery de vino blanco con frutilla.
Cuestan entre $ 1.500 y $ 2.000 elvaso de medio litro.
Y puedes acompañar tu cañita con un crudo ($ 3.000), que se sirve en marraqueta, bien aliñado, con una receta propia que se guarda bajo siete llaves en esa cocina, y sumar ají o cebollita en escabeche ($ 300).
Ojo, que los martes suele haber cueca. Se trata de grupos que se organizan de manera independiente y que tocan en el lugar, como Los Benjamines, la foto principal.

Foto: Carolina Vargas
“El que no vino a La Piojera no vino a Chile” reza uno de los tantos carteles que hay en las paredes del famoso y popular bar de calle Aillavilú, a la salida del Metro Cal y Canto.
Y cuesta no darle la razón, por que este es un local de más de 100 años de historia, uno de los más antiguos de Chile.
De hecho, fue 1916, cuando don Carlos Benedetti Pini adquirió este cantina, que hoy administra la tercera generación de su familia.

Foto: Carolina Vargas
La misma cantina a la que en 1922 llevaron al presidente Arturo Alessandri Palma, visitada por ministros y funcionarios de gobierno, y que al verla exclamó: “¿Y a esta piojera me han traído”?
Si se trata de imperdibles, parte por su terremoto ($ 4.00), que se hace con pipeño que traen directamente desde Portezuelo, en la Región del Ñuble, que almacenan en un estanque y luego pasa por un enfriador.
Por eso te lo sirven heladito, en la versión que prefieras, ya sea con fernet, el clásico, o con granadina, dulcecito y peligroso, y con harto helado de piña.
Vital para acompañar los platos de cocina chilena, como el arrollado, hecho en el local, de tierna pulpa de cerdo, que puedes pedir en media porción ($ 13.000) o entero ($ 20.000), acompañado de papas cocidas con salsa verde de la casa o papas fritas ($ 21.00).
Además del pernil también con papas cocidas, o la carne mechada, muy blandita, jugosa y generosa en las verduras de su cocción.

Foto: Mario Téllez
Quizás si pasas por fuera de La Previa Criolla no dimensionas todo lo que encuentras adentro.
Pero sube con confianza hasta el segundo piso para conocer este lugar que primero llama la atención con su ambientación, lleno de antigüedades y recuerdos que su dueño ha ido coleccionando, como TVs y radios vintage.
Luego conquista por el estómago, con los clásicos de la cocina chilena que son la especialidad de esta picada en la comuna de Lo Prado.
los fines de semana se llena de familias, que llegan a probar sus platos caseros en tamaño XL y sobre todo la especialidad de La Previa Criolla, el pollo al coñac.

Foto: Mario Téllez
Un clásico chileno familiar y rendidor, que alcanza para al menos cuatro personas.
De hecho, a la mesa llega en una enorme cacerola de fierro y adentro un pollo entero trozado y con dos litros de caldo, cocinado por más de horas con verduras, vino blanco y, por supuesto, coñac.
Y lo encuentras en distintas versiones. Partiendo por el tradicional pollo al coñac ($ 24.990) y siguiendo por otras como a la previa ($ 25.900), con una salsa de la casa, o al champiñón ($ 25.900).
Además hay otros platos típicos de la cocina chilena, todos con baranda. Como la plateada con agregado ($ 13.990), que puede ser con arroz, papas fritas o papas cocidas; o el pastel de choclo, disponible todo el año.

Foto: Carolina Vargas.
Es uno de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo. O una picada inolvidable, ubicada en una antigua casona, de principios de 1900, con jardín interior y por supuesto con parrón.
Además de una carta con arrollado, prietas, conejo escabechado y terremoto todo el año. Atendido por su dueño, Mario Riquelme, y Andy, su hija, a quien encuentras en la barra.

Foto: Carolina Vargas
De los imperdibles de El Parrón prueba su conejo escabechado, que viene con cremoso puré; o la cazuela, que puede ser de vacuno o de osobuco, e incluye la ensalada.
También el arrollado, con papas cocidas, que tal como las prietas con nueces, don Mario manda a hacer a una carnicería del barrio, para que tengan ese saborcito casero, en tripa de cordero, nada de plástico. Pesan casi un kilo y se sirven con papas cocidas.

Foto: Carolina Vargas
Y, por supuesto, el terremoto, que es un imbatible todo el año.

Foto: Carolina Vargas
Aunque tiene más de 25 años, muchos aun desconocen queen la sede del Sindicato de Folkloristas y Guitarristas de Chile pueden probar almuerzos con todo el sabor casero.
Y es que para algunos aun continúa siendo un secreto bien guardado el casino de esta agrupación, que se ubica en el segundo piso de un histórico inmueble frente a la Plaza de Armas de Santigo, el Portal Bulnes.
Un lugar como detenido en el tiempo, donde se juntan la música, la historia y el patrimonio, con paredes llenas de recuerdos y fotografías de folcloristas de todas las generaciones.
De lunes a viernes, desde las 12.30 PM, ahí puedes ir a probar ahí ricos almuerzos caseros, con varias alternativas de menú y a precios convenientes.
Todos incluyen sopa o ensalada de entrada, pan, pebre, jugo, plato de fondo y postre, y los valor cambian según el plato principal.
El más económico es el menú de colación ($ 5.800), que tiene alternativas como porotos con riendas, que llegan en librillo de greda y con longanizas o un memorable charquicán.
Y si te gustó el almuerzo, no te olvides de tocar la campanilla que está junto a la caja y todos en el lugar se pondrán a aplaudir.
El Huaso Enrique

Foto: El Huaso Enrique
El Huaso Enrique tiene más de 70 años de tradición en el barrio Yungay, y es un local emblemático no sólo por su carta de cocina chilena, también por la cueca, que aquí se escucha, baila y toca en vivo.
Aquí, puedes partir por el tradicional consomé ($ 3.600) y alguno de los aperitivos como la clásica vaina ($ 4.600); o el terremoto ($ 5.200) por ejemplo.
Lueo, seguir con platos como el arrollado huaso ($9.800), que puede ser con papas cocidas; o las longanizas de campo ($ 10.500), con acompañamiento a elección.

Foto: Valentina Miranda Vega
La Picá de Pancho Causeo es una de las picadas en Santiago legendarias. Un local con más de cien años ubicado en la esquina de Avenida Ecuador y Toro Mazote, en el barrio Pila del Ganso, comuna de Estación Central.
Famosa por el arrollado ($ 7.500 para dos), hecho en el lugar, con pura carne de cerdo, que se deja adobar con un aliño de comino ligeramente picante, y que puedes pedir con agregado como papas cocidas, papas mayo o ensalada.
O la pichanga ($ 7.500 para dos), hecha con el mismo arrollado -o si prefieres pernil, que lleva también queso fresco, papas cocidas, aceitunas, palta y cebolla en escabeche. ¡Deliciosa!
El Pipeño

Foto: Carolina Vargas
El Pipeño, o Portal de Latas, es un restaurante y cantina con más de 60 años de historia, que abrió en 1962 en la esquina de la calle Tocornal con Biobío, en barrio Franklin, a cargo del matrimonio Pérez-Alarcón.
Y, que se ha hecho famoso, por que ahí encuentras uno de los mejores terremotos de la zona, que puedes pedir en formato individual ($ 2.500) o jarra ($ 7.500). Hecho con un pipeño, vino dulce de la Viña Santa María de San Javier, parte primordial de su oferta.

Foto: Carolina Vargas
Además de una carta de cocina chilena, icónica de lo rica y abundante. Como el Costillar, digno de compartir, de carne suave, jugosa, dorada, con ese aliño de orégano y ajo tan propio nacional.
El que se acompaña de papas cocidas y queda delicioso si agregas las cebollas en escabeche ($ 2.500), infaltables del local.
También los porotos granados o la cazuela, que puede ser de osobuco, imposible más sabrosa.
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